Copenhague es la capital de Dinamarca, el país más feliz del mundo y sede oficial del Hygge: un adjetivo que, según ellos, no tiene traducción a ningún otro idioma pero que podríamos definir con palabras como acogedor, bienestar o aquello que sientes cuando te acurrucas en el sofá junto a la chimenea, con una taza de café calentito, una luz cálida tenue, un buen libro y una mantita suave cubriéndote los pies.
Y es que los daneses prestan mucha importancia a los pequeños detalles, más allá de lo materialista o lo ostentoso, lo cual es origen, según los expertos, de que se les considere los más felices del mundo (si quieres leer más sobre hygge, te recomiendo este libro).
En relación con este concepto, el diseño danés está sumamente cuidado, y eso hace que pasear por las calles de Copenhague sea toda una experiencia: casi no hay espacio público o privado que no parezca exquisitamente preparado.
Visitar la ciudad es sencillo, es pequeña y totalmente llana, así que un par de días os valen. En cualquier caso, os recomiendo alguno más para disfrutarlo despacio, a la manera hygge.
1. Iglesia de Cristianshavn
Llamada Iglesia de San Salvador (Vor Frelsers Kirke), destaca por la peculiar forma de su torre: es muy estrecha y muy alta. Es posible subir a su larga torre a través de unas escaleras de caracol que discurren por el exterior de la torre, y de hecho este ha sido considerado por los copenhagueses el mejor mirador de la ciudad.
Según la leyenda, el artífice de la torre se suicidó saltando desde la cima porque la aguja había quedado ligeramente torcida hacia la derecha.

Dentro de la iglesia se encuentra el carrillón, que es el más antiguo del norte de Europa y varía su melodía cada cierto tiempo. ¡En una ocasión sonó la banda sonora de La guerra de las galaxias!
2. Christiania
Sin duda alguna, mi lugar favorito de Copenhague, aunque técnicamente no sea Copenhague…
Se trata de un asentamiento hippie originado hace 50 años en lo que eran unos barracones de guerra abandonados tras la Segunda Guerra Mundial (le encuentro mucho parecido con Metelkova en Ljubljana). Un tiempo después se declararon independientes de Dinamarca, cosa que el gobierno nunca ha llegado a aceptar oficialmente, pero tampoco han hecho nada por deshacer la comunidad. A día de hoy los vecinos se autogobiernan, tienen sus propias normas e incluso su propia moneda y su asamblea.

Una de sus leyes aprueba el tráfico y consumo de marihuana. Años atrás esto trajo problemas, pues se consumían cada vez más drogas duras, hasta convertir el lugar en territorio de drogadictos y conflictos. Fueron los propios habitantes quienes prohibieron todo tipo de drogas excepto la marihuana, y son muy estrictos con ello a día de hoy.

A diferencia de lo que uno pueda percibir, Christiania es un lugar totalmente seguro. Sus habitantes son personas abiertas y amables que están más que acostumbradas a la densidad de turistas que visitan sus calles llenas de graffitis y decorados estrafalarios, en las que por cierto, no está bien visto hacer fotos; al final es una zona residencial y no les sienta muy bien sentirse como si fueran animales en un zoo.

3. Slotsholmen
Es una mínima isla situada junto al puerto de Copenhague, y fue el germen a partir del cual se desarrolló la capital danesa. En su reducido espacio, concentra buena parte del patrimonio local.
Destaca el palacio de Christiansborg, sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de Dinamarca, algo que no sucede en ningún otro edificio del mundo. La construcción actual no es demasiado antigua debido a que al menos dos castillos anteriores, situados en el mismo lugar y de los que aún se conservan restos, fueron destruidos por diversas causas.

4. Nyhavn
Otra de mis zonas favoritas y sin duda la postal más fotografiada de Copenhague, Nyhavn fue el puerto principal de la ciudad, donde llegaban embarcaciones de todo el mundo.
Ahora, el Nyhavn es uno de los barrios más bonitos de Copenhague: totalmente restaurado y cuidado al milímetro, es un paseo marítimo con barcos de madera, casas de colores, hoteles y restaurantes.

5. Zona Militar de Holmen
Es quizás una zona menos turística, algo más alejada del centro, se trata de lo que fue la sede de los marines daneses. En la actualidad hay varios barcos utilizados durante el siglo pasado que se pueden visitar como museos.

6. La Sirenita
Bueno, quizás es ella y no Nyhavn la protagonista de las postales de Copenhague, pero es que está tan sola y tan alejada del centro que decepciona un poco.
La sirenita (Den Lille Havfrue) fue esculpida en 1913 en homenaje al famoso cuento de la Sirenita, escrito por el famoso escritor danés Hans Christian Andersen, y en representación a Ellen Price, una popular bailarina danesa que actuaba en el ballet basado en este mismo cuento.

La estatua de bronce fue encargada y donada a la ciudad de Copenhague por Carl Jacobsen, hijo del fundador de Carlsberg, la también famosa cerveza danesa.
7. Kastellet
Junto a la Sirenita se encuentra, alejada del centro turístico de la ciudad, el Kastellet, o la Ciudadela de Copenhague, una antigua fortaleza del siglo XVII rodeada de canales y extensos jardines y que tiene forma de estrella.

La ciudadela fue construida por el rey Christian IV, con el fin de proporcionar a la ciudad un lugar de defensa y protección. Hoy en día alberga cuarteles y oficinas militares, siendo, a la vez, un espacio totalmente público extremadamente bien cuidado.

8. Tívoli
Se trata del parque de atracciones más antiguo de Europa (y el segundo del mundo) y su aspecto clásico, original y sacado de un cuento sirvió de inspiración al mismísimo Walt Disney en su afán de construir lo que en el futuro se convirtió en Disney World (en EEUU).

Es especialmente bonito por la noche, cuando las luces se encienden y crean todo un espectáculo de colores, así que una buena idea es entrar por la tarde, ver el atardecer y pasear después en la noche. La entrada cuesta 16€ y las atracciones se pagan a parte.
9. Papirøen
Es uno de los mejores street food markets de Europa, además de una de las opciones más económicas de la Copenhague, ciudad conocida por sus altísimos precios.
Situada en una antigua nave industrial en el puerto de Copenhague, Papirøen (Isla de Papel) toma su nombre por ser el lugar donde, antiguamente, se almacenaban los periódicos antes de ser distribuidos por toda la ciudad. Hoy lo que se puede encontrar son puestos de comida provenientes de todos los rincones del mundo.

10. Castillo Rosenborg y Jardines Kongens Have
En pleno centro de la ciudad se encuentran los inmensos jardines Kongens Have, arropando a uno de los castillos más bonitos de Copenhague, el castillo Rosenborg.
Construido en el siglo XVII, el castillo Rosenborg fue residencia monárquica de Christian IV, hecho que dio nombre a los jardines anexos: Kongens Have significa Jardines del Rey.

11. Palacio de Amalienborg
Es la residencia oficial y actual de la familia Real danesa. Comandada por la estatua de su fundador, Frederik V, la plaza de Amalienborg en realidad no alberga un solo palacio, sino que son cuatro los edificios monárquicos que rodean a esta bonita plaza de forma octogonal.
A diferencia de otros palacios reales europeos, nunca veréis unos palacios reales tan integrados con el resto de la sociedad, pues no hay jardines ni vayas que los distancien de la ciudadanía.

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