12 de septiembre: Isla de Obonjan

Mi batería está al 0.0001%. Ha sido el día más largo que recuerdo en muchíiiiiiisimo tiempo; tan largo como divertido.

Todo ha comenzado con el despertador sonando a todo trapo a las 5:40 de la mañana. Brooks ha lanzado una serie de retos y uno de ellos era correr antes de que saliese el Sol, así que no había más opción. Han sido 20 minutos que nos han despertado pero bien, y después un café con vistas al mar y al amanecer. Ha costado pero ha merecido la pena.

Después un buen desayuno y ya estábamos listos para comenzar el día. Estamos todos los embajadores de Brooks Europa, compuesto por los países de España, Italia, Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Alemania y Francia.

A las 9:00 han comenzado las presentaciones y después nos hemos dividido por grupos para hacer una serie de talleres muy divertidos: uno de fotografía, otro de retro-running y otro de drones. Lo hemos pasado genial y el entorno de esta isla ha ayudado bastante, además hace súper buen tiempo (quizás demasiado, qué calor!).

Pronto ha llegado la hora de comer y por fin una pausa para una mini siesta muy necesaria.

Por la tarde era turno del resto de retos propuestos por Brooks: el primero de todos, correr con nuevos amigos, algo fácil, ya que no conocíamos a nadie de los otros países. Nos han puesto por parejas y hemos dado una vuelta a la isla, un buen momento para entablar amistades y para que los fotógrafos nos hiciesen fotos, jajaja.

El último reto no era otro que… comer pizza después de correr! Vaya reto! Así que al final del recorrido nos estaban esperando con unas cuantas.

Las pilas ya estaban bajitas, y por suerte hemos tenido 3 horas libres que hemos aprovechado para ir a bañarnos en las aguas cristalinas del Adriático mientras se ponía el Sol, una maravilla.

Última actividad del día: cena de gala y fiesta de despedida. Agradecimientos por parte del equipo de Brooks, que desde luego se han portado de lujo, mucha y muy rica comida (nos hemos movido que da gusto, pero hemos comido a la altura de las circunstancias), un poquito de baile… y por fin en mi súper tienda.

Día de 21 horas y 32.000 pasos que llega a su fin. No sé cuántos días podría aguantar este ritmo, pero desde luego que no lo cambiaría, ha sido una pasada!