Quinta do Lago, un rincón escondido del Algarve (Portugal)

El Algarve es una de las zonas de vacaciones más codiciadas en Europa, y curiosamente una de las que me quedaba por visitar, y de hecho me sigue quedando, porque solo fueron dos los días que pude disfrutar de la Quinta do Lago, una de las mejores playas del sur de Portugal, muy cerca de la ciudad de Faro.

Me alojé en el Ria Park Hotel, un resort escondido en el municipio de Almancil que es muy interesante, ya que a parte del hotel, la zona de piscina, gimnasio y otras típicas zonas comunes, cuenta con una serie de casas independientes que el hotel ha ido haciendo suyas, donde hay unas 7 u 8 habitaciones, y me parece algo muy interesante cuando se va en grupos de amigos o se quiere estar más alejado del barullo del hotel.

Estas casas cuentan con una piscina a parte para ellas (más cerca, pues a lo tonto quizás recorres 700-800 metros hasta la recepción del hotel) y se respira mucha tranquilidad.

Y ahora vamos a lo importante: Quinta do Lago es para muchos la mejor playa de Portugal. En mi opinión, está muy bien, pero tanto como para ser la mejor… no sé yo. Se trata de una playa situada en el Parque Natural da Ria Formosa, un laberinto de canales y marismas, kilómetros de dunas y vegetación que dejan un precioso paisaje.

Sus playas vecinas son la Praia do Ancao  y Praia do Garrao, que realmente no se separan unas de otras de ninguna forma. Lo mejor es que a lo largo de estas playas no hay rastro alguno de edificaciones altas típicas de las zonas de playa. Aquí solo hay hueco para casas unifamiliares y hoteles exclusivos.

Por detrás de la playa hay una gran banda de vegetación y lagunas que separan el mar de las casas, y todo ello está también recorrido por un larguísimo paseo de tierra y pasarelas de madera de más de 6km de longitud. De hecho, este mismo camino llega hasta el mismísimo aeropuerto de Faro.

Si buscáis un lugar tranquilo en el que disfrutar de la playa, la naturaleza y de cero aglomeraciones, os recomiendo esta zona sin duda.

Passadiços do Paiva (Portugal)

Hoy os traigo una ruta que hice el finde pasado, conocida, fácil y por este motivo, muy transitada, que discurre junto al río que las da nombre: el Paiva.

Se trata de un recorrido de 8km de pasarelas de madera en cuyos extremos se hayan los pueblos Espiunca y Areinho. Es absolutamente llana excepto por un corto tramo cerca del final (si se empieza por Espiunca) de un desnivel considerable que es salvado por una larga escalera. Para más facilidades, por si no era poco con las pasarelas de madera, hay:

  • Vestuarios en el inicio de la ruta en Espiunca (y posiblemente también en Areinho, aunque no llegué allí)
  • Un «chiringuito» a medio camino, alrededor del km 4
  • Paradas de taxis tantos en los dos extremos como en dicho chiringuito. Es decir, que puedes hacer la ruta completa (16km), solo la ida (8km), o incluso la mitad de la mitad (4km).

Y por estos motivos, no puedo entender por qué en la página oficial de los Passadiços, indican que es una ruta de dificultad alta.

Y es que sí, es un lugar tan transitado y famoso que tiene web propia, y de hecho cuesta 4€ entrar. Su web es esta, y mucho mejor si compráis las entradas por internet (ya que tiene aforo máximo de visitantes y es mejor no jugársela).

Elegí hacer la ruta igualmente, precisamente porque las condiciones meteorológicas eran horribles: predicción de mucha lluvia durante las 24h de toda la semana, incluyendo el finde. Pensé que muchas personas decidirían quedarse en el sofá, y aunque seguro que así fue, resultó haber mucha más gente de la que me imaginaba: me crucé con más de 50 personas.

Pero vamos a lo guay: la ruta es una pasada, las vistas todo el tiempo son preciosas, y lo mejor viene en el extremo cercano a Areinho: allí, en lo alto, hay un puente colgante inmenso recién construido; tan nuevo que ni está inaugurado ni sale siquiera en Google Maps. Pues bien, resulta ser el puente colgante para peatones más largo del mundo; mide 516 metros! Una pasada. Se supone que se abre este otoño, así que si aún estoy por estas tierras, sin duda vendré a cruzarlo.

En resumen: un camino agradable, sencillo y perfecto para un día lluvioso, pues su estructura lo hace absolutamente seguro a pesar del mal tiempo, y porque además cuenta con varias cabinas telefónicas de emergencia por el camino.

Parque Nacional da Peneda-Gerês (Portugal)

Me he trasladado a Portugal, más concretamente a Oporto, durante unas semanas, y hoy, como buen domingo, no podía faltar una ruta de montaña. Tenía Gerês apuntado en mi lista de pendientes desde hace varios años, pero nunca me había dejado caer por sus alrededores, así que lo he cogido con muchas ganas.

Aunque hay varios Parques Naturales y Reservas, Gerês es el único Parque Nacional de Portugal. Está situado al norte del país, y de hecho hace frontera con España.

Además de constar de varias cadenas montañosas, lo más especial de este lugar es que hay agua por todas partes: ríos, lagunas, cascadas… Y no hay ninguna cima especialmente famosa, ni rutas «obligatorias», así que anoche investigué por Wikiloc, y en base a las fotos que vi y la distancia y desnivel que me apetecía, elegí esta, de la cual he tenido que ir bastante atenta en algunas ocasiones porque es como una mezcla de rutas. Unos 15km con 850m de desnivel, en forma circular.

El sendero comienza saliendo del pueblo Vila do Gerês, y enlos primeros 5km se alcanza la altitud máxima: nada menos que 700m de subida, casi nada para «calentar»!

Después es ya todo bajada bastante llana, con alguna pendiente esporádicamente, y el grueso del desnivel hacia abajo se hace en los últimos 6km.

Más o menos a la mitad del recorrido se llega a la Cascata do Arado, donde casualmente estaban haciendo barranquismo esta mañana. El río con el mismo nombre es un popular lugar para las familias portuguesas: estaba lleno de gente bañándose y comiendo de picnic, así que ahí he descansado un rato mientras comía.

Prosiguiendo con la bajada, hay parada obligatorísima en el Miradouro Pedra Bella, qué pasada! Desde allí se ve, desde muy arriba, todo el valle del río Cavado. Una de las mejores vistas que han entrado en mis retinas últimamente.

Como apunte, mi consejo es no venir a esta zona en verano. El valle parece como la playa interior de los portugueses de la zona, y aún hoy (mediados de septiembre) está llenísimo de gente (y en consecuencia, de coches). Por suerte, no debe ser muy común esto del senderismo (o que la ruta no era para cualquiera) y apenas me he cruzado con 2 personas hasta que he llegado a la zona de la cascada.

Os dejo otra ruta que discurre por otra montaña y que también sale de Vila do Gerês; la cual era mi segunda opción.

22 de agosto: Passadiço de Melgaço (Portugal)

Último día por Galicia, aunque no ha sido en Galicia. Hemos cruzado la frontera con destino al municipio más al norte de Portugal: Melgaço. Prado es una aldea perteneciente a él, y de aquí parte una ruta súper sencilla, paralela al Miño, que discurre por pasarelas de madera entre un frondoso y precioso bosque.

Podéis encontrar el comienzo de la ruta en Google Maps como Trilho-Percursos Marginais do Rio Minho, pero igualmente os dejo como siempre la ruta de Wikiloc que hemos seguido. El recorrido que aparece es de 7km, pero el tramo de pasarela son apenas 4.

Nosotros hemos vuelto después de comer hacia Ribadavia porque queríamos ir por última vez a las Termas de Prexigueiro, pues las pozas públicas nos tienen enamorados y se nos ha hecho de noche allí más de un día esta semana; pero si queréis investigar un poco más la zona, el pueblo de Melgaço cuenta con un importante castillo y también el Parque Nacional de La Peneda-Gueres es una maravilla que está en mi lista de pendientes desde hace mucho (y que en menos de un mes podré visitar por fin).