23 de noviembre: Masada, Ein Gedi y Mar Muerto

El día de hoy también ha sido movidito, aunque no del todo para bien. Es nuestro último día en Israel y hemos dejado para hoy lo que, junto a Jerusalén, era para mí lo mejor del viaje: bajar hasta las profundidades del mundo en el Mar Muerto.

Hoy es sábdo, y debido a que desde el atardecer del viernes y todo el sábado es la fiesta judía del Shabbat, y normalmente en esta religión y en este país todos son extremadamente practicantes, todos los negocios regentados por judíos cierran en esa franja de tiempo, incluído, por supuesto, el transporte público. Así que si estáis pensando en venir por aquí, no podéis olvidar esto.

Por dicho motivo, la única opción que teníamos si queríamos llevar a cabo nuestro plan, era coger un tour organizado. Lo reservamos ayer por internet con la empresa Tourist Israel, y nos ha decepcionado bastante. El precio por los 3 lugares que os voy a contar a continuación es de casi 100€ por persona. Nos han recogido a las 7:45 en Jerusalén y nos han traído de vuelta a Tel Aviv a las 19:30 (pero se supone que iba a ser a las 18:30).

Todo lo que hemos visitado estaba increíblemente abarrotado de excursiones como la nuestra, así que nos ha sido imposible apreciar el encanto real de ninguno de ellos. Nuestro guía, para mi gusto, no era demasiado bueno, y todo además ha ido con retraso, incluida la vuelta, que ha sido caótica porque nos han cambiado de bus varias veces y se han retrasado casi 1 hora. Por no hablar de que en el Mar Muerto sólo nos han dejado estar poco más de 1 hora. Odio este tipo de tours, pero no nos quedaba otra si queríamos venir aquí.

Otro detalle, que no sé si será algo común, es que me ha atacado lo que he bautizado como «mal de bajura» jajaja. Hemos salido de Jerusalén a 800m sobre el nivel del mar, y 30 minutos después estábamos en Ein Gedi, a 400m BAJO el nivel del mar. Durante todo el día me he sentido mareada y sin energías, y no he sido la única, y aunque he buscado información en internet y no encuentro nada al respecto, yo aviso por si acaso!

Masada

A poca distancia del Mar Muerto en pleno Desierto de Judea, se alza un espectacular promontorio rocoso, aquel en el que el Rey Herodes construyó su palacio unos 30 años antes del nacimiento de Jesús. Un tiempo después de la destrucción de Jerusalén por parte de los romanos, en el año 70, muchos de ellos se refugiaron aquí y resistieron a sus oponentes durante 4 años, momento en el que, justo antes de ser derrotados, prefirieron matarse ellos mismos antes de perder su libertad a manos del Imperio.

Debido al asedio perpetrado por los romanos durante esos años, aún hoy se pueden apreciar los restos de lo que fueron sus campamentos en las faldas de la enorme roca.

Para subir a las bastante bien conservadas ruinas (teniendo en cuenta de sus más de 2000 años de antiguedad) hay un teleférico de 900m de largo, 3 minutos de duración y 12€ que va desde el parking hasta lo alto, o bien existen varios caminos de tierra que suben los casi 400m de altura en un recorrido en zigzag. Afortunadamente para mi malestar, la excursión contratada incluía el teleférico!

Ein Gedi

30 minutos al norte de Masada, la segunda parada del tour: el Parque Natural de Ein Gedi es un oasis en toda regla. Rodeado por nada más que tierra desnuda, se trata básicamente de una gran grieta en la tierra por la que discurre un río lleno de cascadas donde el agua es pura y apta para beber, y también es zona de baño para muchos.

Y también, como no, este lugar ha sido mencionado en temas religiosos en varias ocasiones: se dice que el Rey David estuvo por aquí y también Saúl, según la biblia.

Mar Muerto

El famoso mar que baña tierras israelíes, palestinas y jordanas cada año que pasa está más seco (actualmente desciende 1 metro al año debido a la irresponsable explotación de sal que se está llevando a cabo).

Naturalmente, hay muchas partes de él en el que uno puede acercarse a la orilla, pero hay zonas reservadas para bañarse puesto que al parecer hay minas antiguas en algunos sitios. En nuestro caso (y en el de otros cientos de personas más) nos llevaron a Kalia Beach, todo un emplazamiento turístico con bares (uno de ellos llamado The Lowest Bar on Earth) explanadas con hamacas y el típico cartelito de The Lowest Place on Earth, nada menos que a 430m bajo en nivel del mar, una pasada.

El suelo bajo el agua es totalmente un barrizal, y es muy típico aplicarlo sobre toda la piel porque, según dicen, tiene propiedades regenerativas, y sí, efectivamente se flota una barbaridad debido a la altísima concentración de sal en el agua (30% frente al 3% de los mares normales).

Otros datos curiosos es que es también el lugar con la presión atmosférica más alta del mundo y, atención, la tasa de oxígeno es un 15% superior a la del nivel del mar. A ver si lo que me pasaba es que me he emborrachado de oxígeno…!

En resumen, un buen día descubriendo lugares nuevos y uno de ellos tan especial como el Mar Muerto, que ponen la guinda a nuestro viaje por Israel y Palestina. Nos ha quedado en el tintero ver la parte nueva de Tel Aviv, la correspondiente a la ciudad que construyeron los judíos sobre la nada hace apenas 100 años, pero mañana volamos de vuelta por la mañana (aunque yo hago una paradita de un par de días en otro país).

Haré un post con consejos e impresiones, como siempre, por si a alguien pudiese serle de ayuda, así que si queréis saber algo o tenéis dudas, podéis dejarme un comentario y lo añadiré encantada.

Fin de la aventurilla… gracias por leerme amigos! Pronto más y mejor, y en compañía de, entre otros, dos de mis lectoras más fieles 🙂

20 de noviembre: Haifa – Jerusalén

Turno de conocer la ciudad en la que nos hemos alojado los últimos 2 días: Haifa, la tercera ciudad más grande y cuyo puerto es el más importante del país.

Realmente hasta finales del siglo XIX no fue más que un pequeño pueblo que no llegaba a tener 1km de largo, hasta que los ingleses decidieron que era un buen lugar para establecer un puerto que ayudase al transporte de sus mercancías con Oriente.

Jardines de Bahá’i

El lugar más famoso, turísiticamente hablando, de la ciudad, no se trata sólo de unos jardines preciosos en el Monte Carmel en pleno Haifa, sino que éstos son la sede de una religión llamada Bahaísmo, que cuenta con 7 millones de seguidores en todo el mundo y que me parece muy curiosa porque (tomando casi literalmente las palabras de nuestro guía del Free Tour) es como el «level up» del Islam, y realmente de las otras dos: si nos paramos a pensar, primero fue el Judaísmo, después el Cristianismo tomó lo del primero y añadió y modificó varias cosas, y finalmente el Islam tomó lo de las otras dos e hizo lo mismo. Pues bien, el Bahaísmo, llamado así por ser Baha’ullah su fundador, añadió aún más profetas de los que los musulmanes creían; es decir, que ha venido a hacer lo mismo que las demás, solo que ésta data de nada más que el siglo XIX.

Lo primero que se construyó aquí fue el mausoleo donde yacen los restos de ese primer profeta que los musulmanes no reconocieron como tal y por eso tuvo que nacer esta nueva religión, y posteriormente se crearon los jardines en su honor. Desde entonces, este lugar es la sede mundial del Bahaísmo y es aquí a donde peregrinan sus creyentes, eso sí, habiéndose apuntado antes a una lista de espera que ronda los 2 años.

Un último dato curioso sobre esta religión es que está permitida (obviamente) en todos los países, salvo en uno… Israel! Y la respuesta, aunque parezca inexplicable, es sencilla: los creyentes decidieron en su momento, que el hecho de que esta tierra sea tan sagrada para todas las religiones no ha hecho casi nada más que traer dolor y guerras durante miles de años, así que decidieron que no se podían construir comunidades bahaistas en Israel para no añadir más posibilidades de enfrentamientos, y es por eso que sólo es un lugar de peregrinación, pero no de culto permanente.

Más sobre Haifa

  • Haifa albergó la primera universidad del país, aunque a día de hoy el edificio en el que se encontraba no lo es más, y se ha trasladado a las afueras.
  • La ciudad se divide en barrios que fueron construidos por habitantes de diferentes países, y en concreto, la Colonia Alemana a los pies de los Jardines, fue construida a semejanza de las casas alemanas, implicando esto que sus tejados son rojos y muy inclinados, algo absurdo teniendo en cuenta de que esto es un medio para que la nieve no se quede en los tejados, y aquí no ha nevado nunca! Lo curioso de esto, es que como era considerado uno de los barrios más prestigiosos, no sólo de Haifa, sino de todo Israel, muchos copiaron este estilo y ahora hay casas con tejados inclinados en muchas partes del país.
  • La población se extiende entre la zona costera y todo el Monte Carmel, elevado a casi 300m sobre el mar pero muy pegado a él, lo cual aporta una imponente imagen de la ciudad, y de hecho desde lo alto se puede ver todo Haifa a los pies, Acre al fondo y también la frontera con Líbano y los montes de Galilea, otro mítico nombre de la religión cristiana.

Tras completar el Free Tour, algo que recomiendo totalmente, no sólo por el motivo por el que siempre lo hago, sino porque gracias a ello hemos podido entrar en los Jardines, cosa que sin guía es imposible, hemos vuelto por última vez al hotel a por las maletas, para emprender el camino a nuestro siguiente destino: nada menos que Jerusalén!

Como siempre, hemos utilizado el tren que tan bien funciona, primero de Haifa al Aeropuerto de Tel Aviv, y allí transbordo para coger otro hasta Jerusalén, a sólo 25 minutos del aeropuerto.

Hemos llegado casi anocheciendo, y no sabíamos qué nos íbamos a encontrar, pero nos hemos topado con un centro de la ciudad atestado de turistas cuyas supuestas fronteras con Palestina hemos, aparentemente, atravesado, pero ahí no hay frontera por ninguna parte (o de momento no la hemos visto). Hay buen ambiente (siempre hablo de la zona céntrica), muchísima variedad de etnias, personas, religiones y estilos y, a primera vista, ningún problema, así que nos hemos llevado buena impresión.

Muro de las Lamentaciones

Mañana haremos el Free Tour del casco antiguo y tenemos muchas ganas de que nos cuenten todo y más sobre este lugar, que os puedo decir que no hace falta ser creyente para sentirlo especial.

Alojamiento: Citadel Youth Hostel (65€/habitación doble/noche) – es una habitación privada en un hostel cuyas zonas comunes son muy guays: tiene un salón enorme con sofás estilo árabe donde es muy fácil hacer amistades, y también una terraza en el tejado con vistas a toda la ciudad. En cuanto a la habitación… bastante regular. Sin ventanas, y bueno, sin prácticamente nada más que la cama. No nos gusta demasiado.

17 de noviembre: Madrid – Tel Aviv (ISRAEL)

¡Nueva aventura a la vista! Y nada menos que a Israel, país que tenía muchas ganas de visitar desde hace varios años, y esta curiosidad me la despertó el libro Dispara, yo ya estoy muerto de Julia Navarro (el cual os recomiendo totalmente).

Aunque el vuelo ha sido directo, el día no ha dado mucho de sí. En el aeropuerto de Madrid el procedimiento es el mismo que el de cualquier viaje a un país de fuera de la Unión Europea. El vuelo dura unas 4 horas y media y el tostón llega en el aeropuerto de Tel Aviv: al parecer la entrevista en el control de pasaportes es bastante tediosa y puede serlo más si cumples cierto requisito, como ir vestido de manera «desaliñada» o tener sellos en el pasaporte de algún país árabe. Todo esto os lo cuento porque lo he leído, pero en mi caso, que llevaba sellos de los UAE, me han hecho dos preguntas: de dónde venía y por qué visito el país. Y en menos de 2 minutos estaba en el otro lado del control.

Llegar a Tel Aviv es súper rápido y fácil. Se puede tanto en tren como en bus, nosotras hemos elegido el tren y en 10 minutos hemos llegado a Ha-Hagana, la parada más cercana a la parte más antigua de la ciudad: Jaffa.

La mayor alegría del día han sido los 24ºC que nos han hecho olvidar el horrible frío que está haciendo en Madrid estos días, pero que el sol se ponga a las 16:30 no mola tanto. Y entre eso y que el checkin en el hostel nos ha llevado más de una hora porque se lo han tomado con calma, Tel Aviv nos ha recibido de noche.

Hemos dado una vuelta por Jaffa y por el paseo marítimo y poco más, y para terminar el día, teníamos que probar algo nuevo y típico: hemos cenado en Dr. Shakshuka, un restaurante en plena calle que sirve, como su propio nombre indica, shakshuka: se trata de un revuelto de tomate con huevo, al que se le puede añadir algún ingrediente extra como champiñones, carne, berenjena… Nos ha gustado mucho pero el sabor era muy fuerte!

Mañana tenemos free tour y además cambiamos de ciudad después, así que os podré contar más cosas.

Alojamiento: Florentine Hostel (40€/habitación doble con baño compartido/noche) – un hostel con un ambientazo, o sea que 100% recomendable, pero además nosotras estamos en un edificio anexo con apartamentos privados, así que muy a gusto, y el personal es súper atento y desprende muy buen rollo.