31 de julio: La realidad de Corfú

(Para entender la realidad de Corfú, no os perdáis la última parte de este post)

Hoy el día ha sido bastante más tranquilito que ayer, «sólo» hemos caminado 10km… Hemos seguido investigando el norte de la isla, pero esta vez la parte oeste.

Canal de L’Amour

En el pueblo de Sidari hay una zona de playa llamada el Canal de L’Amour, se trata de unas formaciones rocosas onduladas muy curiosas que las hacen dignas de muchas fotos. En foros de internet leí que es uno de los mejores lugares de la isla y que la visita es imprescindible… Mmm, bueno, bonito es, sí, pero el circo turístico que tiene montado alrededor no tiene nombre. Las hamacas de los chiringuitos poco más y se meten en el agua, para caminar por la costa hay que ir atravesando restaurantes porque lo han invadido todo, la zona de playa es tan pequeña y hay tanta gente que es imposible colocar la toalla en ningún lado, y por supuesto los alrededores están plagados de apartamentos de vacaciones.

Conclusión: sí, bonito es, en condiciones salvajes lo sería, pero del modo que está ahora, hasta con carteles de neon, pues no. No recomiendo visitarlo, porque ni siquiera el agua es azul, está revuelta y tiene un montón de algas.

Cabo Drastis

Un entorno parecido al Canal de L’Amour, ya que se encuentra en la misma costa a pocos kilómetros de él. De hecho, nuestro plan de la mañana ha sido aparcar la moto aquí y caminar por un sendero paralelo a la costa hasta el Canal, más o menos unos 3,5km.

Desde aquí hay unas vistas fabulosas de los acantilados que sí me parecen dignas de visitar. Se puede llegar con el mismo transporte por una carretera estrecha o bien dejarlo en la iglesia del pueblo Peroulades y caminar 500m.

Llegando hasta el final del camino hay una calita estrecha y muy curiosa, y en ella se puede estar muchísimo más cómodo que en el otro lugar. También hay un mini-puesto de bebidas y venden tours en barco por los alrededores.

Rovinia Beach

Esta ha sido la playa elegida para ver la puesta de sol hoy. Con plena luz del sol el agua es azul y la playa es preciosa. Es fácilmente accesible por un camino en cuyo final se pueden dejar los coches, y después hay que bajar unos 150m a la playa caminando.

Es de piedras pequeñas y hay pocas olas, así que está genial para bañarse, y la puesta de sol con las montañas al fondo ya la han hecho perfecta.

La realidad de Corfú

Ahora os quiero hablar sobre algo que no aparece en internet y sobre lo que no se habla. Cuando pensamos en «islas griegas» se nos viene a la cabeza un lugar paradisíaco y perfecto para pasar unos días de relax y de fiesta. A mi Corfú me parece de todo menos esto.

La vida de la gente de aquí está bastante por debajo de lo que en otros países de Europa consideraríamos como normal, pero no es ese el tema al que me refiero. Lo que me llamó muchísimo la atención nada más llegar fue que hay cantidades ingentes de basura por todas partes, y no sólo basura por el suelo, que también, sino cubos de basura a rebosar y con cientos de bolsas alrededor, como si los basureros no hubiesen pasado por allí en semanas o meses.

Pero allí nadie está de huelga, es que directamente no pasan. Hay un grandísimo problema en la isla, y es que sólo hay un vertedero, en el pueblo de Lefkini, al sur. Fue construido en 2008 y debido a que sólo se recicla el 5% de los residuos generados, el vertedero está completamente lleno desde hace mucho tiempo. Los basureros han dejado de recoger los cubos porque no tienen a donde llevar los desperdicios, y este problema parece no tener solución. El gobierno central griego – el mismo que se está lucrando con el turismo de Corfú – hace oídos sordos y no está dispuesto a llevarse los residuos al continente ni a poner otra solución. Por lo visto, ha habido manifestaciones de la población, incluyendo reyertas violentas y acciones de la policía contra los ciudadanos.

Todo esto que os he contado lo sé porque he dado con este vídeo de YouTube en el que un chico que viaja por el mundo ha descubierto el problema y ha investigado sobre ello. Os recomiendo ver el vídeo entero, yo os acabo de contar un resumen:

Realmente me parece una situación lamentable porque el hecho de la mala imagen que dan tantas toneladas de basura desperdigadas por todas partes es casi lo menos importante: el olor que hay en algunos lugares es insoportable y vivir rodeado de deshechos es insalubre para los habitantes. Este blog aún no tiene mucho alcance, pero ya que aún nadie habla de este problema, por lo menos dejo mi granito de arena para dar a conocer la ora cara de la moneda y también ayudar a la población de Corfú a enviar un mensaje de socorro para que les den una solución de una vez.

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

29 de julio: Igoumenitsa – Corfú

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Último desplazamiento de nuestro viaje, llegamos a nuestro destino final: la isla de Corfú, capital de las Jónicas.

Hemos dormido en Igoumenitsa, la ciudad costera continental desde donde salen un montón de ferries a muchos lugares diferentes, y también hacia Corfú. Ha sido muy sencillo, pues los horarios y precios se pueden consultar en la web de Ferryscanner, y el ticket se compra en el mismo puerto hasta pocos minutos antes de la salida. Hemos tardado 1h45, pero el llegar a nuestro alojamiento se ha complicado bastante una vez en la isla: los autobuses de línea pasan cada muuuuuucho tiempo, en el caso del que necesitabamos coger, cada 2 horas, así que nos ha tocado hacer tiempo por Corfú Town.

Al llegar a Pelekas, el pueblo donde se encuentra nuestro apartamento, ha sido gracioso. El bus nos ha dejado a la entrada, y resulta que Pelekas pueblo está en lo alto de una colina, y la playa está, obviamente, abajo. Hemos tenido que bajar 1km caminando por una carretera que bien podríamos haber bajado rodando, ¡y todo con maletas! Definitivamente confirmo que a la playa de Pelekas NO es viable venir sin transporte privado (no hay nignún transporte público que baje hasta ella).

Una vez instalados, hemos subido ese cuestón otra vez, hemos cogido el bus otra vez, y la misión era alquilar una moto en Corfú (a diferencia de Zante, no hay agencias de alquiler en casi ningún sitio salvo en los grandes núcleos urbanos). Finalmente hemos alquilado una de 50cc en Atlantis. A diferencia de España, el carnet de tipo B (coche) no sirve para conducir motos de 125cc, así que nos tenemos que conformar con el cacharrillo.

Y ahora sí, ¡listos para comenzar a descubrir Corfú!

Casco antiguo de Corfú

Nos ha dejado bastante impresionados. Parece que está como escondido, desde luego no daba la sensación de que hubiese un lugar con tanto ambiente y tan grande en esta ciudad. Son calles estrechas y casas antiguas con mucho encanto, y el turismo se ha apoderado de ellas: restaurantes, tiendas, bares… y gente por todas partes. El verano da un ambientazo que mola mucho.

Fortaleza Antigua

Protege el casco antiguo por un lado, mientras que por el otro lo hace la Fortaleza Nueva. Se encuentra en un saliente del mar, y es que Corfú siempre ha sido un lugar estratégico por estar a la entrada del Mar Adriático y por utilizarse como un puente entre Oriente y Occidente. La ciudad fue fundada en el siglo VIII a.C., aunque los fuertes son de diseño veneciano. La República Veneciana dominó la isla desde el siglo XV en su lucha contra el Imperio Otomano.

Merece la pena visitar esta fortaleza, pues es posible subir a lo más alto, desde donde se ven unas muy buenas vistas de la ciudad, del mar y de la costa de Albania, y además hay una iglesia, la de San Jorge, que tiene forma de templo griego y es digna de ver, porque aunque es artificial (y encima profesa una religión diferente a los templos de verdad), es el único que hemos podido ver 100% construido, ¡nos ha hecho hasta ilusión!

El día ha terminado con una rica cena (para variar), y hemos probado un dulce típico de esta isla, llamado Diples: una masa de hojaldre fina y crujiente con semillas de sésamo y miel. Parecía que pesaba poco, pero, ¡vaya bomba! Aún así, estaba muy rico.

Alojamiento: Villa Takis (46€/habitación doble/noche) – a pesar de lo aislada que está (que si se viene en vehículo privado deja de ser un problema porque está a sólo 10km de Corfú Town), nos encanta. Es una casita en lo alto de una colina con unas vistas ideales, terraza con hamacas, balcón con mesa para comer, cocina pequeña y todos los muebles están súper nuevos. El dueño es muy amable y siempre está dispuesto a ayudarnos en todo, así que lo recomiendo al 100%

24 de julio: Olimpia – Zante

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

¡Cambiamos por completo de escenario! Finalizamos la ruta por el mítico Peloponeso, por la Grecia Clásica y por los lugares épicos, para dejar paso a los paisajes y playas de ensueño de las Islas Griegas. Y no, no vamos a las típicas, no son las Cícladas (Santorini, Mykonos…) las elegidas para nuestro viaje, sino una de las Islas Jónicas: Zante (o Zakynthos en griego), que no deja nada que desear. Que se encuentre además mucho más cerca de la Grecia Continental que las típicas que se suelen visitar, la hace mucho más accesible: sólo hemos tardado 1 hora en ferry desde Cilene.

En julio de 2019, el ferry cuesta 9,10€ por persona y 29,90€ un coche estándar (para ver y comprar os mejores precios actuales, lo mejor es hacerlo en Ferryscanner). Lo ideal es no llevar coche, ya que en la isla hay decenas de agencias locales que alquilan motos, quads y coches a un precio súper asequible. Nuestro juguete para estos días es una motito de 50cc (aquí en Grecia no se pueden conducir motos de 125cc con el carnet de coche) que nos ha costado 18€/día. Y así tenemos libertad total pata movernos donde y cuando queramos.

La isla tiene unos 400km2, y una red de carreteras en no muy bien estado según en qué zonas. En autovías ni pensemos, por supuesto. Es un lugar muy pintoresco: se nota que hasta que llegó el turismo aquí sólo vivían campesinos y ganaderos; de hecho, en el interior de la isla no paramos de ver animales de granja campando a sus anchas, tierras de cultivo y casas de campo. En las zonas costeras sí está todo preparado para turistas, con infinitos hoteles, restaurantes y tiendas.

La capital de la isla es la ciudad de Zakynthos, que cuenta también con un aeropuerto, y es también donde se encuentra el puerto. Se encuentra en la costa oriental, la cual se caracteriza por tener un terreno suave que hace que predominen las playas de arena y que esté bastante masificada.

Es la costa occidental la que a mi parecer tiene mucho más encanto: es muy escarpada y está llena de acantilados, así que las calitas de aguas azules están por todas partes. ¡Y para allá que hemos ido como primera parada de hoy!

Xigia Beach

Es una pequeña cala hacia el norte de la isla, que se caracteriza por tener mucho sulfuro en el agua, el cual proviene de las cuevas vecinas. Por lo visto, este mineral tiene «propiedades curativas» y ayuda a mejorar los dolores articulares. ¡A saber! Así lo vende la web oficial de Zante por internet. A mí lo único que me ha pasado es que mis dos anillos de plata se me han vuelto absolutamente dorados, y no han vuelto a la normalidad hasta que los he lavado con jabón en el hotel. ¿Convertirá el sulfuro la plata en oro?

La cala es muy bonita, pero está llena de gente, aunque eso es indiferente porque no se puede esperar otra cosa de Zante en verano. Además tiene un bar que sirve comida y bebida incluso abajo del todo en la cala, mediante un «montacargas» casero (una cesta y una cuerda que suben y bajan) y hay varias sombrillas y hamacas. Como para no pasarse aquí todo el día, vaya.

Mirador de la playa de Navagio

Hemos empezado fuerte el viaje, ya que este es «el plato fuerte» de la isla. Para este lugar no hay palabras ni filtros posibles. Es uno de los más bonitos en los que he estado en mi vida, sólo me viene a la cabeza un lugar tan «breathtaking» como este y es el mirador de las Islas Phi Phi en Tailandia, pero este lo supera.

Como veis, hay un barco varado en la playa. Se trata de una naviera que naufragó en los años 80 durante una persecución policial, ya que se trataba de un barco de contrabando de tabaco perteneciente a la mafia italiana. Otra versión habla de que es un montaje del gobierno griego, que colocó el barco allí y difundió imágenes del impresionante paisaje para arrancar el turismo en la isla, que se estaba quedando vacía debido a que es una zona que sufre terremotos a menudo.

Hay una carretera que llega hasta este mirador (está perfectamente señalizado en Google Maps) y para disfrutar de las mejores vistas hay que caminar hasta el extremo de la montaña de la derecha.

El remate ha sido elegir la última hora de la tarde para venir aquí: ya no había barcos de turistas en la playa, estaba totalmente solitaria (y la diferencia en el paisaje es enorme) y hemos disfrutado de una puesta de sol preciosa. 100% recomendable.

Mañana continuamos descubriendo la isla, sin destino fijo, ¡a ver qué nos encontramos!

Alojamiento – Kozanos II (60€/habitación doble/noche): un hotel a 15km al norte de Zakynthos, en una zona donde hay varios resorts como este. Tiene piscina comunitaria, la habitación está bastante bien y tiene una pequeña cocina y terraza.