Segundo día de navegación por el Nilo, hoy con dos paradas para ver dos nuevos templos. Viajar en crucero es súper cómodo pero la desventaja es que hay decenas de cruceros haciendo la misma ruta y todos llegamos a los templos en las mismas horas, por lo que siemre vemos todo abarrotado de gente.
Templo de Horus (Edfu)
Aunque de apariencia egipcia, es un templo griego. A partir del 800 a.C. Egipto cayó en la decadencia, y cuando los griegos llegaron a estas tierras, construyeron templos egipcios para que los habitantes se pusiesen de su parte para hacer así más fácil el manejo del territorio.

El Templo de Edfu, dedicado a Horus, fue construido en el 237 a.C. por Ptolomeo III, pero no fue hasta el 142 a.C. cuando se terminó por completo, con Ptolomeo XII. Muchos otros templos fueron construidos en esta época y con dicho fin, pero prácticamente todos están situados en lugares en los que ya había un templo más pequeño originalmente egipcio.

Es el mejor conservado de todo Egipto a día de hoy, y el segundo más grande después del de Karnak. Su buenísimo estado de conservación se debe, al igual que sucede con otros templos, a que después de su abandono se fue cubriendo por arena del desierto hasta quedar completamente oculto hasta 1860 cuando fue redescubierto.

Templo de Sobek y Haroeris (Kom Ombo)
También perteneciente a la dinastía ptolemaica, pero en época romana se hicieron alguna reformas. Es muy curioso, porque es el único templo doble y simétrico: está dedicado a dos dioses hermanos, uno bueno y uno malo: Sobek, dios de la fertilidad y creador del mundo, y Haroeris. Dos entradas, dos patios, dos salas de columnas y dos sagrarios.

Al igual que con casi todos los demás templos, muchas de las figuras de las paredes dentro del templo están borradas por las cristianos (coptos en este caso) quienes usaron el templo como iglesia. Es algo que sucede en casi todos, y dado que lo que comunican los relieves son casi siempre ritos, no necesitaban borrar todo, solo algunas partes, de manera que todo el mural dejaba de tener sentido y no podía servir como guía para que otros realizasen dicho rito.
Junto a este templo se encuentra el Museo del Cocodrilo, una única sala llena de cocodrilos momificados, puesto que en Kom Ombo se encontraron cerca de 300! Y por qué? Pues porque el mencionado dios Sobek estaba representado por la figura del cocodrilo, y por esto para ellos era un animal sagrado.

Dos templos más «a la saca», y el día no podía terminar de la mejor forma: noche temática en el crucero – la noche egipcia! Hemos tenido que vestirnos acorde a la ocasión, y ha sido muy divertido. Además, la comida del buffet era algo más egipcia que de costumbre, aunque no mucho: aún no hemos probado nada típico, algo que me apetece un montón.
