23 de julio: Olimpia

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Día muy completo por Olimpia. Algunas personas me habían comentado que se trata de un lugar decepcionante, que no está a la altura de ser la cuna del olimpismo porque no hay nada. Bien, os describo un poco como es esto y mi opinión: junto al complejo arqueológico que un día fue el Santuario de Olimpia hay un pequeño pueblo con el mismo nombre, que se reduce a poco más que a una calle principal llena de hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs. Evidentemente este pueblo existe aquí para aprovechar el turismo que viene a visitar las ruinas, si no, no habría nada. Además, este turismo se concentra en unas horas muy concretas ya que vienen excursiones de cruceros que paran en Katakolo, a 30km de aquí, o bien excursiones también organizadas desde Atenas. A media mañana el pueblo y la Antigua Olimpia parecen Benidorm, y 3 horas más tarde no queda casi nadie

En cuanto al recinto de las ruinas, todo está prácticamente destruido, sólo se han restaurado parcialmente algunas partes y no queda ningún edificio en pie, tan solo algunas columnas. Si esa gente que me dijo que era un lugar decepcionante esperaba ver aquí la Villa Olímpica y el Estadio en todo su esplendor, comprendo su opinión. Pero creo que la magia de todo esto reside en que 2795 años más tarde de la primera vez que aquí se celebraron unos Juegos Olímpicos, aún queden restos de aquel momento. Ver como era entonces es algo que puede hacerse a través de una pantalla, pero personalmente a mí me impresiona mucho más ver las mismas piedras por las que caminaron los atletas griegos en su día, a ver una restauración moderna.

En resumen: me ha fascinado completamente y he disfrutado como una enana. Como os dije cuando visité el Estadio Olímpico de Atenas, encuentro en este lugar una carga simbólica enorme para cualquier amante del deporte y aún más para mí como atleta, y creo que es una visita que bajo ningún concepto puede faltar.

La primera visita ha sido al Museo de Historia de los Juegos Olímpicos, donde tienen varios de los objetos encontrados en las excavaciones de Olimpia y también cuenta con paneles informativos acerca de los mismos. La entrada son 6€, pero es mejor comprar un pase de 12€ que incluye el resto de visitas del reciento (y es gratis para estudiantes universitarios).

Os voy a contar algunas cosas que he aprendido y que me han parecido interesantes:

  • Los JJOO se celebraron por primera vez en el 776 a.C.y se llevaron a cabo en Olimpia cada 4 años sin interrupción hasta el 393 d.C., es decir, ¡durante 1169 años sin parar! Se celebraban en la primera luna llena después del solsticio de verano, lo que actualmente coincide más o menos con el mes de agosto.
  • Participaban atletas de cualquier ciudad-estado de Greciay en un principio sólo duraban un día, pero cuando se fueron añadiendo disciplinas deportivas pasaron a durar 2, luego 3 y finalmente 5 días.
  • Durante la celebración de los JJOO quedaban pausadas todas las disputas, batallas y guerras entre cualquier ciudad de Grecia, y cabe destacar que aunque todos se consideraban griegos (pues tenían lengua, dioses y costumbres en común) siempre estaban peleando unos con otros. Esta celebración era algo sagrado y todos tenían que tener la oportunidad de poder acudir a ella sin problemas.
  • Los atletas (que debían ser hijos de griegos libres) debían viajar a Elis, cerca de Olimpia, un mes antes para que los Hellanodikai (los jueces) pudiesen chequear que se encontraban en buenas condiciones para participar, no sólo físicas, sino comprobaban también si sabían los principios del fair play y tenían una ética correcta.
  • Los JJOO eran un importantísimo evento al que griegos de todas partes acudían como público, y curiosamente todos podían disfrutar de ellos, además de los nobles y ricos, también los esclavos. Todos menos… las mujeres.
  • Las mujerestenían completamente prohibido competir y presenciar los JJOO, pero sorprendentemente sí podían llegar a ser campeonas olímpicas, ya que en las carreras de caballos, el campeón sería el dueño del caballo y no el jinete: si la dueña era mujer, ella ganaría el título de campeona.
  • Sólo había un evento celebrado en Olimpia en el que participaban las mujeres: el Heraia. Se celebraba también cada 4 años (en un año diferente al de los JJOO) en honor a la Hera, la esposa de Zeus. Las competidoras eran mujeres solteras y la prueba consistía en correr 500 pies(unos 160m).
  • Los JJOO se continuaron celebrando durante la época romana y durante los dos primeros siglos de Cristianismo, pero el emperador bizantino Teodosio I los prohibió en el 393 d.C. porque honoraban a dioses griegos. No conforme con esto, en el 426, Teodosio II ordenó la destrucción de todo el Santuario de Olimpia, y para terminar de rematarlo, en el 522 y el 551 hubo dos terremotosque lo destrozaron ya por completo. Olimpia cayó en el olvido definitivamente y no fue hasta el 1766cuando las ruinas fueron descubiertas.

A continuación visitamos el Museo Arqueológico de Olimpia: aquí se encuentra el grueso de objetos encontrados en Olimpia, pero no es muy grande y se visita rápido. A mí no me entretuvo demasiado, ya sabéis que no soy muy de museos y que prefiero ver las «piedras» en sus lugares originales en vez de en una vitrina.

Y llegamos por fin al recinto de las ruinas: un lugar enorme, que como os he contado antes, se encuentra casi destruido, no queda nada en pie, pero aún así se puede apreciar lo magnífico que fue en su día. La Palestraconserva casi todas sus columnas, pero del Templo de Zeusapenas queda una columna en pie (y fue reconstruida). 

Lo más impresionante y mágico de este lugar no podía ser otra cosa que el Estadio Olímpico: la explanada de 200m de largo en la que se celebraban los JJOO, rodeada hoy de pequeñas colinas de césped donde en su día estuvieron las gradas. Impone, desde luego, ¡y por supuesto no pudieron faltar unas carreritas allí! Con este, ya son dos estadios olímpicos en los que hemos corrido, los dos que más significado tienen.

Cercano al recinto de la Antigua Olimpia se encuentra la Academia Olímpica Internacional, de la cual no sabemos mucho porque a pesar de que hemos intentado entrar (hay una pista de atletismo dentro y queríamos entrenar allí) no ha sido posible. No parece que haya mucha actividad por allí y no hemos conseguido ver a nadie. Antes de llegar hay un monumento en honor a Pierre de Coubertin, el fundador de los JJOO modernos.

Finalizada la visita por el Santuario de Olimpia, algo que perfectamente se hace en menos de un día, hemos vuelta al pueblo (caminando, pues se encuentra a menos de 10 minutos), a visitar el Museo de Arquímedes, un pequeño local al que se accede grauitamente y en el que se pueden ver los inventos de este personaje y jugar con ellos. Está entretenido y hay bastantes juegos de lógica y astucia en la entrada. Si os sobra tiempo, no está de más verlo.

Consejo final– Olimpia es un pueblo que se aprovecha totalmente de los turistas. Precios inflados, intentos de timarnos y en la mayoría de los restaurantes que hemos estado no nos han tratado del todo bien. Así que os voy a aconsejar el único en el que, además de tener una comida riquísima, nos han tratado genial y nos ha costado lo mismo que en cualquier otra parte del Peloponeso: el Vasilakis. Hemos probado un nuevo plato típico: Dolmathakia, una especie de rollitos cuya cobertura son hojas de vid, y están rellenos de arroz y especias. Un sabor curioso, pero no nos ha terminado de convencer.

22 de julio: Cascadas de Polilimnio y Kiparissía

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Día de ruta, cambio de destino: de Esparta a Olimpia. ¿Encontraremos en esta ciudad algo similar a lo poco explotado que tienen el turismo los espartanos? De momento tendremos que esperar a mañana para averiguarlo.

El plan para hoy era hacer paradas durante nuestro camino hacia Olimpia:

Cascadas de Polilimnio

Un paraje natural que absorbe y desde luego da la sensación de estar en cualquier otro lado menos en el corazón del Peloponeso. Se encuentran junto a un pequeño pueblo llamado Charavgi, a 1h30 de Esparta (o 2h sin coger peaje), y son todo un paraíso, salvo porque debido a que sólo hay que recorrer 300m hasta la zona de cascadas y otros 300 hasta la cascada más grande, están bastante concurridas por turistas y familias. No es un lugar muy amplio y en hora punta casi hay que hacer cola para poder bañarse en determinadas pozas.

Aún así, recomiendo totalmente la visita si pasáis cerca de aquí, son una maravilla de aguas azules y un oasis del que resguardarse del horrible calor que se pasa en Grecia haciendo turismo en pleno julio.

Es fácil llegar, ya que en Google Maps alguien se ha encargado de poner un pin en la misma cascada y también en el parking. Tan solo tenéis que escribir «Polylimnio Waterfalls«.

Eso sí, aunque la distancia a recorrer es corta, unos mínimos, por favor: qué menos que unas deportivas para caminar. Había cada individuo por allí que no ha acabado en el agua de milagro. El terreno es escarpado y tiene bastantes pendientes de subida y bajada.

Importante: al llegar a las cascadas, se puede ir a la derecha o a la izquierda por el cauce del río. Las más bonitas están hacia el lado derecho a unos 300m, pero también es donde está todo el mundo, así que el lado izquierdo, aunque menos impresionante, también es interesante. ¡Pero no dejéis de pasar a ver las cascadas grandes porque son espectaculares!

En Charavgi, el pueblo más cercano, hemos parado a comer en el restaurante Kataraktis, y adivinad lo que voy a decir a continuación… ¡qué rico estaba todo! Aquí en Grecia parece que, al igual que en España, se come bien en todas partes: un restaurante malo está condenado a la quiebra.

Seguimos con la cata de platos típicos, y hoy ha tocado probar el Pastitzio: una lasaña echa con tallarines en vez de con láminas de pasta, pero por lo demás es igual.

Kyparissía

Retomando la ruta en coche hacia Olimpia, hemos parado por Segunda vez: en esta ocasión en un pueblo costero llamado Kyparissía que esperábamos tuviese su encanto, al igual que los que hemos visitado estos días (Nauplia y Ghythio), pero no ha sido así, el listón estaba bastante alto.

En este pueblo no hay mucha vida costera y lo que hemos hecho ha sido visitar las ruinas de su castillo, también de época Bizantina, como el de Mystras, pero bastante peor conservado. Lo más curioso es el pequeñísimo teatro que se encuentra casi en perfecto estado en lo más alto de la fortificación.

Fue fundado en 1205 y pasó por manos de los francos y los turcos en varias ocasiones, al igual que los demás terrenos de esta zona.

Dejo claro que no es un pueblo al que recomiende venir expresamente, en absoluto, pero no es mal lugar para parar si vais de camino al norte, ya que la carretera de la costa pasa literalmente por el medio de la localidad, y desde el castillo hay muy buenas vistas de toda la costa, además de varios restaurantes para hacer una parada gastronómica post-puesta de sol, por ejemplo.

Y, unas 4 horas después del inicio, llegamos al destino final: Olimpia. De haberlo hecho directamente, por peaje hubiésemos tardado unas 2h, y sin él, 3. No dejéis de barajar esta opción si veis que tenéis el tiempo más ajustado, pues los peajes no son caros; eso sí, todas las autopistas son de pago y las carreteras nacionales dan penita.

Alojamiento: Hotel Inomaos (34€/habitación doble/noche) – bien situado, en plena calle central de Olimpia, aunque tampoco es que esté pueblo sea muy grande. Habitación normal, un poco vieja, un buen balcón y buenas vistas, pero nuestra habitación da a la calle más ancha y los coches se oyen muchísimo porque la ventana no aísla nada.