Esta mañana hemos madrugado para aprovechar bien el día: esto de que anochezca a las 16:30 es un rollo.
El plan de hoy era visitar la ciudad de Acre, o Akko en hebreo (Acre viene por Juan de Acre y la época en la que predominó el cristianismo en estos territorios tras la misión de los cruzados de recuperar Tierra Santa).

Historia
A tan solo 25km al norte de Haifa, se trata de una ciudad que, al igual que Jaffa, cuenta con milenios de historia. Esta ciudad ya es mencionada en la Biblia como una ciudad habitada por los Cananeos (que hisóricamente datan de unos 3500 a.C.) y después estuvo altamente influida por los fenicios, convirtiéndose en un puerto de gran importancia y unos 400 años a.C. también usado por los Persas en la guerra contra los Egipcios.

Más tarde, Alejandro Magno la ciudad de transformó por completo haciendo a sus habitantes transformarse a la cultura griega, y por supuesto los Romanos también pasaron por aquí después, convirtiéndola en una provincia romana y posteriormente en un núcleo urbano principalmente cristiano.
De hecho, es de esta larga época de la que quedan la mayoría de los lugares turísticos en la ciudad actual, y esto es debido a que fue el puerto de llegada de los Cruzados cuando decidieron tomar Tierra Santa en el 1095, y tras este logro, lo fue también para los miles de peregrinos que venían hasta aquí desde Europa para visitar Jerusalén.
Uno de los recintos mejor conservados para visitar hoy es la Fortaleza Hospitalaria, que según hemos aprendido allí gracias a una audioguía, sirvió como hospicio y hospital a todo el que lo necesitara antes de proseguir su camino a Jerusalén o antes de coger el barco de vuelta.

Hasta 1291, cuando la ciudad fue tomada definitivamente por los Mamelucos, Acre cambió varias veces de manos entre cristianos y musulmanes, y desde la conquista por los Otomanos en 1517, todo fue bastante más estable pero la ciudad ya no fue nunca más importante ni esplendorosa, y así quedó hasta los casi actuales problemas palestino-israelíes, perteneciendo antes a los primeros, pero tomado tras la creación del Estado de Israel por los segundos.
Qué visitar
Lo que es el casco antiguo se reduce a una pequeña parte de la actual Acre, así que la visita en un día es más que suficiente. Hay una entrada combinada para ver distintos recintos, empezando por la Fortaleza Hospitalaria para aprender mucho más al detalle lo que os acabo de contar (si bien, en mi opinión, no esta narrado con demasiada objetividad), y siguiendo con los Treasures in the Wall, un pequeñito museo situado en lo que queda de las murallas de la ciudad (de ahí su nombre) en el que están expuestos diversos objetos de muy distintas épocas que representan un poco cómo vivía la gente por aquí: no sólo en Acre, sino también en toda la zona de Galilea.

Los Baños Turcos también están incluídos en la entrada. Están totalmente restaurados, con un aspecto algo moderno además, pero son interesantes porque nos han contado su historia, para qué servían y por qué tenían determianda importancia entre los musulmanes.

Para completar la visita por la ciudad, hemos pasado por el Tunel Templario, que conectaba la Fortaleza con el puerto mediante una galería secreta subterránea, la Mezquita de Al-Jazzar, el Puerto y el Mercado.

Al acabar las visitas, momento de probar el típico falafel (una especie de croquetas de garbanzo) y descansar admirando las vistas de la pequeña ciudad en la Playa del Caballo. Eso sí, la teníamos justo a contraluz, así que más bien hemos admirado sólo su silueta…

Vuelta a Haifa, entrenamiento por mi parte (aquí cumpliendo sea donde sea), cena y un corto paseo hasta llegar a los pies de los iluminados Jardines de Bahá’i, lo más famoso de por aquí, y que de día tiene que ser precioso. Mañana haremos el Free Tour y podremos admirarlos con la luz del sol.

[…] 19 de noviembre: Acre […]
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