Subida al Moncayo: la cima más alta de Zaragoza y Soria

¡Otro pico más (dos, de hecho) del Reto CIMASxPROVINCIAS tachado!

Datos técnicos de la ruta

  • Tipo de actividad: senderismo
  • Dificultad: moderada
  • Distancia: 9,3 km
  • Desnivel: 800m
  • Altitud máxima: 2314m
  • Altitud mínima: 1571m
  • Tipo de ruta: ida y vuelta por el mismo sendero (aunque también hay una opción de hacerla circular)
  • Inicio y fin: Aparcamiento de Haya Seca (a menos de 1km del Santuario del Moncayo, al que solo se puede acceder si eres cliente del restaurante).
  • Track de Wikiloc: https://loc.wiki/t/233366921?wa=sc

El Moncayo impone desde lejos. Lo ves y entiendes por qué tantas veces lo llaman la montaña sagrada del viento. Subirlo no tiene misterio técnico (aunque sí una buena subida llena de piedras sueltas, todo hay que decirlo), pero sí una energía especial.

La ruta comienza en el parking previo al Santuario del Moncayo, a unos 1.570 m. El acceso más habitual es desde el parking del Santuario del Moncayo, dentro del Parque Natural del Moncayo, al que se llega desde San Martín de la Virgen del Moncayo (Zaragoza). La carretera está asfaltada hasta arriba, aunque los últimos kilómetros son estrechos y con curvas.

Desde el aparcamiento, el sendero está perfectamente señalizado con marcas blancas y amarillas (PR-Z 79). Desde el primer paso el desnivel se hace notar. No hay tregua: el sendero se empina rápido entre pinos y piedras sueltas, y pronto el bosque se abre dejando ver la ladera pelada de rocas afiladas que lleva hasta la cima. Es una subida constante, de esas que te piden paciencia y piernas.

A mitad de camino, el paisaje cambia por completo. La vegetación desaparece y el terreno se vuelve de roca y viento. Es el Moncayo en su versión más pura: sobrio, duro y espectacular. Giré un momento para mirar atrás y la vista era brutal: ni una nube ese día cubriendo el valle, arriba el aire cortaba y todo parecía en silencio.

La última parte hasta la cumbre es más amable, una cresta ancha que invita a disfrutar el tramo final. Y al llegar al vértice geodésico, el clásico bloque de cemento con la placa de 2314 m y la Virgen del Moncayo.
Desde arriba, se ve todo: el Moncayo aragonés, el Moncayo soriano, y la sensación de estar justo entre dos provincias que comparten una misma montaña.

El descenso es rápido, todo por la misma senda, y con mucho cuidado en la zona de piedra suelta. En total, unos 9,3 km y 800 m de desnivel positivo, que se disfrutan de principio a fin si el día acompaña, como fue en mi caso. Recordad que sopla un fortísimo viento siempre, así que sea la época que sea, allí arriba suele hacer bastante frío.

10 planes para exprimir Soria capital en un fin de semana

Pequeña, tranquila y rodeada de pinos, la ciudad donde Machado se enamoró del Duero tiene mucho más que “un río de cristal sereno”. Basta un paseo de dos días para descubrir claustros románicos, leyendas de Bécquer y unos torreznos capaces de convertir a cualquier escéptico en fan de la gastronomía castellana. Aquí van diez ideas —ordenadas para que puedas enlazarlas a pie— con las que saborear Soria sin prisas.

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1. Empezar la visita en la Alameda de Cervantes

Los sorianos la llaman La Dehesa. Es un parque histórico cercado por olmos, fuentes y ardillas que corretean entre praderas. Busca la estatua de Leonor (musa de Machado), el kiosco de música y el hueco donde se alzaba el olmo seco que inspiró uno de sus poemas más famosos.

2. Viajar a Oriente sin salir del Románico en San Juan de Duero

El claustro de este antiguo monasterio hospitalario sorprende con arcos entrecruzados de sabor casi árabe que no encontrarás en otro lugar de España. Pasa la novatada: intenta fotografiar el reflejo de las columnas sobre el estanque central.

3. Caminar junto al Duero hasta la ermita de San Saturio

Toma la Senda de los Pescadores y, en apenas media hora, llegarás a la ermita excavada en la roca que preside la ribera. Su interior barroco contrasta con las vistas austeras del cañón. De regreso, fíjate en la isla del Soto Playa: en verano podrás darte un chapuzón fluvial.

4. Sentarte en la Plaza Mayor y aprender a pedir torreznos

Soportalada, con un reloj de sol y un quiosco decimonónico, es el salón de la ciudad. Asómate al Collado —la calle peatonal que arranca aquí— y elige bar: torreznos crujientes, migas pastoriles o pinchos de setas de temporada, siempre con el vino de la ribera del Duero al lado.

5. Admirar la Concatedral de San Pedro

Dentro aguarda un claustro románico declarado Patrimonio Mundial junto a otras joyas del Camino de Santiago. Si coincide tu visita con la hora del órgano, entenderás por qué los sorianos presumen de acústica sagrada.

6. Curiosear en el Museo Numantino

Entre vitrinas verás puntas de flecha celtíberas, cerámica pintada y la maqueta que recrea el asedio de Numancia. Perfecto para entender el carácter recio que todavía se atribuye a la tierra soriana.

7. Perderte por El Collado y el Casino Amistad Numancia

La arteria comercial luce edificios modernistas y pastelerías donde comprar mantequilla dulce de Soria, una tentación tan suave que se deshace si la tocas con los dedos. A mitad de calle, el Casino guarda el encanto de los viejos cafés literarios.

8. Levantar la vista ante el Palacio de los Condes de Gómara

Rincones renacentistas de este calibre se suelen ver en rutas por Castilla, no en una capital diminuta. Observa las almenas, la portada herreriana y los balcones de forja: no desentonarían en Valladolid o Salamanca.

9. Subir al Mirador del Mirón al atardecer

La iglesia de Nuestra Señora del Mirón protege el promontorio desde el que se dominan las huertas, el Duero serpenteante y la silueta de San Saturio al fondo. Lleva abrigo incluso en verano: Soria refresca cuando el sol se esconde.

10. Cerrar la noche en la zona de Herradores

Los sorianos terminan aquí su chiqueteo. Pide una caña y, sin desembolsar un euro extra, llegará una tapa generosa. Si es temporada de hongos, busca el champiñón relleno; si es invierno, ejercicio obligatorio: trufa rallada sobre huevo.

Consejos exprés

  • Cuándo ir: abril-junio y septiembre-octubre regalan luz dorada y buen ambiente sin frío extremo. Si viajas el 1 de noviembre, vive la Noche de ánimas: un desfile de antorchas inspirado en la leyenda de Bécquer.
  • Distancias: del parque de La Dehesa a San Saturio hay 2,5 km; todo lo demás está a menos de quince minutos a pie.
  • Souvenir comestible: mantequilla D.O.P. Soria (dulce o salada), torrezno al vacío y queso de Oncala. Ocupan poco y alegran cualquier despensa.

Soria no presume, no grita y no corre. Por eso basta medio fin de semana para que su ritmo sosegado te obligue a bajar revoluciones, saborear cada pincho y releer a Machado a la orilla del río. Vuelves con la sensación de haber descubierto un secreto a voces… y con ganas de contárselo solo a quien sepa apreciar un lujo hecho de silencio y piedra dorada.

Un fin de semana en El Burgo de Osma (Soria)

El Burgo de Osma es un pueblo de apenas 5000 habitantes archiconocido entre los miembros de mi familia gracias a que mi tío adora su Hotel Balneario, y todos hemos acabado disfrutando de un fin de semana allí alguna vez. Así que antes de empezar ya respondo a vuestra pregunta de dónde alojaros durante vuestra ruta por la más famosa región de la España Vaciada.

En relación con este término os cuento que llegar a Burgo de Osma es fácil pero no del todo cómodo, pues a pesar de encontrarse a 175km de Madrid, hay que hacer casi 70 por carretera nacional, y eso hace que el viaje se demore hasta las 2 horas (sin atasco).

Parecido a lo que sucede con Buda y Pest, El Burgo de Osma (oficialmente llamado El Burgo de Osma – Ciudad de Osma) se trata de dos localidades unidas por un río: El Burgo por un lado, y Osma por el otro. El nombre de la segunda viene de tiempos prerromanos, cuando se la denominada Uxama, y en tiempos visigodos cambió su nombre por el de Osoma, a la par que le fue reconocida su importancia al ser elevada al rango de sede episcopal en el año 597, título que mantiene hasta el día de hoy. Todo el núcleo fue declarado Villa de Interés Turístico en 1962 y Conjunto Histórico-Artístico en 1993.

Y si finalmente os alojáis en el Castilla Termal y conseguís salir de su acogedor spa, os dejo una lista de los lugares que no os podéis perder en un paseo a pie por El Burgo de Osma:

1. Catedral de Santa María de la Asunción

Se construyó sobre los restos de una iglesia románica en ruinas en 1232, aunque de ella solo se conservan la sala capitular y algunos lienzos.

imagen de caminodelcid.org

2. Plaza Mayor

Es uno de los mejores ejemplos de plaza castellana que se pueden contemplar. Lo presiden el Hospital de San Agustín y el Ayuntamiento, una construcción neomudéjar de 1771. El Hospital de San Agustín se construyó entre 1699 y actualmente acoge el Centro Cultural de la Villa.

imagen de turismodeobservacion.com

3. Calle Mayor

Es la columna vertebral de la villa, completamente flanqueada por soportales. En esta zona se puede ver también un tramo de muralla, a la altura del Arco del Cubo. En el tramo norte a través de la calle Ruiz Zorrilla, se llega a la plaza de Santo Domingo, donde se encuentra uno de los símbolos del Burgo de Osma: la fuente del Mono.

imagen de guiarepsol.com

4. Palacio Episcopal

Acoge el Archivo Diocesano y destaca muy especialmente por su fachada y por la portada. Fue mandado construir el palacio, por el obispo Alfonso Enríquez en el siglo XVI.

imagen de burgodeosma.com

5. Universidad de Santa Catalina

Es un importante ejemplo de estilo plateresco mandado construir por el obispo portugués Pedro Álvarez de Acosta en el año 1550, siendo reformada por Bernasconi 2 siglos después. En la fachada de sillares destacan los escudos que franquean la imagen de Santa Catalina, y en el interior, todo se organiza a través de un gran patio central con arcadas y una impresionante escalinata. ¿Adivináis dónde está este edificio? Pues justamente a día de hoy se trata de un complejo hotelero: en él se encuentra el hotel balneario del que os hablaba (este post de SpaRelajarse os cuenta al dedillo cómo es el hotel-balneario por dentro)

imagen de booking.com

6. Puente Viejo

Junto a la Puerta de San Miguel (la única que se conserva en la localidad) se encuentra este puente, desde donde podéis tomar las mejores fotos panorámicas de El Burgo.

imagen de soriaestademoda.org

No podemos terminar este post sobre El Burgo de Osma sin mencionar su famosísima Matanza, que tiene lugar durante el mes de enero, declarada de interés turístico nacional desde hace más de 25 años y que supone una auténtica fiesta que homenajea este antiguo ritual. La matanza tiene en Soria una tradición que revive cada año y que encuentra en esta villa su expresión turística y gastronómica.

En una faena ancestral que tiene lugar durante las Jornadas Ritogastronómicas a las puertas del restaurante Hotel Virrey Palafox y una lista infinita de platos en los que el cerdo, el animal del que todo se come, es el indiscutible protagonista.

imagen de soyrural.es