Feliz Navidad! Desde luego, un 25 de diciembre distinto y que no olvidaremos nunca. Para mí, el primero que paso fuera de España con mi familia.
Hoy nos hemos despedido del crucero en el que hemos pasado las últimas 4 noches, y también de Asuán; no sin antes hacer la que para mí ha sido la más especial de las visitas hasta el momento.
Poblado Nubio (Asuán)
Su nombre es Gharb Soheil, y es una de las zonas más auténticas de Egipto, pues está habitado por egipcios que son a su vez nubios, una cultura que procede de la región ubicada entre el sur de Egipto y el norte de Sudán, de cuando aún las fronteras no eran como son hoy en día.
Durante el esplendor del Imperio Egipcio, esta región, llamada Nubia, estaba bajo dominación de los faraones, y así lo fue hasta la decadencia a partir del siglo X a.C. Con un Egipto fragamentado, no había posibilidad para que los faraones controlasen los grandes tramos del Nilo más allá de la primera catarata (que se encuentra más o menos a la altura de Asuán), y el resultado fue que los nubios, que prácticamente eran egipcios, tuvieron que hacerse cargo de sí mismos, estableciendo su capital, Napata, cerca de la cuarta catarata (que hoy está bastantes kilómetros hacia el interior de Sudán) que desde tiempos de Tutmosis III había estdo bajo control egipcio también.
Aunque poseían su propia lengua, culturalmente eran egipcios, y de hecho durante las invasiones asiáticas que siguieron en aquellos siglos, varios sacerdotes de Tebas se refugiaron en Napata y fueron bien recibidos por los nubios, que poco a poco fueron haciéndose aún más egipcios en materia religiosa que algunas zonas del propio Egipto. De hecho, el pueblo nubio incluso se enfrentó (y exitosamente) a las invasiones asiáticas, y la dinastía XXV de faraones egipcios fue nubia.
Actualmente, aún quedan diversos poblados a lo largo del Nilo, tanto en Egipto con en Sudán, y varios de ellos tuvieron que cambiar su emplazamiento por la construcción de la presa de Asuán y el lago Nasser. Son un pueblo unido en sus costumbres y quieren seguir viviendo como sus antepasados lo hacían y mantener viva su cultura lo máximo posible, así que viven en comunidad y en casas muy muy humildes. Lo más llamativo, para mí, es que han conservado su propio idioma, y aunque se comunican en árabe con cualquier otro egipcio, entre ellos hablan nubio, y eso me parece una gran conservación cultural.

Cómo visitar este poblado? Ojo, porque existen dos visitas, una de ellas es la típica, que aunque no está dentro de las más comunes entre los turistas, se trata de viajar en faluca a lo largo del Nilo desde Asuán hasta allí, donde con unos camellos te acercan a las calles del pueblo donde han colocado decenas de tiendecitas de souvenirs de todo tipo, todo está pintado de colorines muy llamativos… vaya, que serán nubios pero es muy artificial y preparado.

La visita que realmente merece la pena es al pueblo «real» cruzando el brazo de río frente a este lugar que os he comentado. Acordamos todo con nuestro guía y un hombre del pueblo nos llevó a esa zona, donde viven ajenos al turismo, donde rara vez acuden personas blancas y donde se respira autenticidad absoluta. Siempre debiendo estar juntos para no molestar a los habitantes, nos ha llevado a la escuela, hemos estado en una clase de niños de guardería que estaban aprendiendo los números (y que por cierto se portaban excepcionalmente bien), hemos entrado en la tienda de ultramarinos, por llamarlo de alguna manera, porque aquello era una miniatura, hemos paseado por sus calles viendo como los niños jugaban con las cabras, y nos han invitado a un té en el patio de una de las viviendas.

Toda una pasada, me ha encantado. He hecho pocas fotos porque no quería que nadie se sintiese ofendido o intimidado, pero desde luego lo recomiendo totalmente, y lo he disfrutado mucho más porque estaba saturada de templos.


A las 14:00 teníamos el vuelo de vuelta hacia El Cairo, y ya estamos en «la jungla»: no hemos hecho casi nada, únicamente el checkin en el hotel, que está junto al Museo de El Cairo, y un intento de pasear por la zona… Imposible y desagradable a partes iguales. El claxon de los coches sonando absolutamente todo el tiempo, contaminación, tráfico, pasos de cebra inexistentes… todo ha hecho que el paseo de menos de 500 metros haya sido una odisea.
Mañana más, mejor… y acompañados por un guía autóctono, que seguro que ayuda!