A Pisa a por pizza

Y es que el título del post resume a la perfección lo que ha sido este viaje, algo que tenía en mi lista de pendientes desde hacía tiempo: comprar un billete de avión para cenar y volver.

Bien es cierto que no fue exactamente así, sino que llegamos a Pisa a las 14:00 del sábado y regresamos a Madrid a las 8:00 del domingo. Fue parte de una sorpresa de cumpleaños y desde luego todo un acierto, porque (a parte de que los billetes son muy económicos) Pisa es una ciudad muy pequeña que se puede ver en unas pocas horas, y lo mejor es que el aeropuerto está a menos de 4km del centro. Caminando, en menos de 40 minutos desde que bajamos del avión nos plantamos en la Piazza dei Miracoli, el centro de toda la vida turística de la ciudad y donde se encuentras sus monumentos más famosos:

La Torre de Pisa

Es el campanario del Duomo de Pisa. Famosa en el mundo entero, con sus 3,97º no es la torre más inclinada que existe, pero sí la más conocida. Se empezó a construir en 1173 e incluso antes de terminarla ya comenzó a inclinarse, no por un error arquitectónico, sino por el suelo sobre el que se situaba, muy blando y móvil.

Desde 1990 hasta 2011 permaneció cerrada para asegurar su estabilidad, y desde entonces se puede entrar y subir a lo alto.

Curiosamente, gracias a ese suelo arcilloso, la torre ha sobrevivido sin derrumbarse todos estos siglos, a pesar de los terremotos y guerras sucedidos, y es que ese suelo le dota de una buena, digamos, elasticidad.

El Duomo

Situado también en la Piazza dei Miracoli, se trata de la imponente catedral de Pisa. Fue construido en 1063 gracias a un botín de guerra, y su fachada de marmol blanco es una pasada.

El baptisterio

Es el más grande de Italia, con un diámetro de 36 metros, también fabricado con marmol. También se puede subir a los pisos superiores, desde donde precisamente se aprencia la mejor vista del Duomo, justo frente a él.

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Camposanto Monumental

Es el cementerio de Pisa, también en la misma plaza, y de estilo gótico. Alberga 84 sarcófagos de época romana y para mí lo más impresionante son los 42 arcos que contiene en su interior.

Pasa algo más desapercibido entre los demás monumentos, pero por dentro merece totalmente la pena.

Piazza dei Cavalieri

Es la segunda plaza más importante después de la anteriormente mecionada, y fue el centro político de Pisa muchos años atrás.

Hoy está rodeada por edificaciones tan imponentes como el Palazzo dell Carovana, el Palazzo dell’Orologio, el Palazzo del Consiglio dei Dodici y la Iglesia de Santo Stefano.

Iglesia de Santa Maria della Spina

Fue lo primero que encontramos en nuestro paseo del aeropuerto hasta el centro, una pequeña pero muy decorada iglesia junto al río Arno, bastante grande, por cierto. Es de estilo gótico y data del 1230.

Borgo Stretto

Una de las calles más transitadas del casco histórico, peatonal y que aún conserva cierto aire medieval. En esta época de Navidad está lleno de luces y aún es más agradable pasear por ella.

En general merece la pena perderse por las calles del casco antiguo, que son las que lindan a ésta y a la Piazza dei Miracoli

Y ahora bien… Susana, ¿dónde comisteis esa pizza? Pues finalmente nos decidimos por un restaurante llamano Taverna di Pulcinella que os recomiendo totalemente (eso sí, previa reserva porque es pequeño y muy concurrido) porque las pizzas estaban espectaculares. Horno de piedra, masa gruesa al ser pizzas napolitanas y con una textura buenísima.

Un día en Barcelona (parte 1)

Otra de nuestras escapadas de esta Semana Santa ha sido a la ciudad de Barcelona, ya que Calafell se encuentra a una hora de allí.

Como leéis en el título, esta será la primera parte de una serie de posts sobre esta ciudad, ya que en las próximas semanas tengo que viajar allí varias veces por diferentes motivos, y tendré tiempo para seguir descubriendo sus rincones.

En este primer día, teníamos el handicap del coche, y ya se sabe que en este tipo de ciudades es complicado aparcar. Mi consejo con esto es que si es fin de semana, probéis suerte para aparcar por la parte de la ciudad que queráis (siempre que no sea el pleno Barrio Gótico, claro) ya que no estará activo el estacionamiento limitado de pago. Si no es fin de semana, podéis dejar el coche en algún centro comercial de la periferia con aparcamiento gratuito y coger el metro, que funciona bastante bien. Eso sí, el metro cierra bastante pronto (sobre las 12am).

Pues bien, nuestro recorrido comenzó en el barrio de El Carmel: tuvimos muuuucha suerte y encontramos un sitio para aparcar (y digo mucha suerte porque muchas calles allí están reservadas para residentes únicamente), y a partir de entonces, nos moveríamos andando todo el tiempo (fue una buena caminata!). El lugar que queríamos visitar aquí eran los Búnkers de El Carmel, que es un mirador desde el que se pueden observar unas vistas espectaculares de toda la ciudad. Se llaman así porque durante la Guerra Civil hubo aquí una batería antiaérea, pero nunca ha habido búnkers realmente. Después de la guerra, se instalaron varias familias y construyeron barracas, pero a principios de los 90 se les ofrecieron casas de protección oficial y se derribaron las barracas, y aún a día de hoy aún se conservan los suelos de estas casas. El contraste es enorme: mirando hacia el mar se puede ver la Barcelona más ordenada y moderna, y hacia atrás se encuentran los barrios con las calles más pequeñas e irregulares.

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A partir de aquí empieza nuestra caminata: la segunda parada fue el Parque Güell, a 1,5km de los Búnkers, y cuesta abajo. El que fuese domingo no ayudó, y estaba a reventar de turistas; aún así dimos un paseo para admirar la forma de las famosas arquitecturas de Gaudí. Eso sí, la plazoleta central, el Teatro Griego, famosa por sus coloridos bancos y por la escalera del dragón, ahora es de pago (10€) y hay pases cada media hora… Así que tocó verlo desde la barandilla! Este parque es una de las principales obras de Gaudí y uno de los iconos de Barcelona, que además se encuentra en una de sus colinas y tiene unas vistas excelentes de la ciudad.

Continuamos caminando, a otros 1,5km aproximadamente, hasta, como no, la basílica de la Sagrada Familia. No era la primera vez que la veía pero sigo pensando que tiene ese algo especial que hace que no puedas parar de observarla. Debido a que era domingo, no entramos porque estaba abarrotadísima, me lo dejo apuntado para la próxima. Esta iglesia es, no solo el símbolo de Barcelona sino un referente en todo el mundo. Lleva en construcción más de 100 años, iniciada por Gaudí y actualmente se sigue construyendo acorde a sus instrucciones, a pesar de que las indicaciones que él dejó se quemaron en un incendio. El principal motivo de esta lentitud es que, a parte de su complejidad arquitectónica, económicamente se sustentan únicamente de donaciones y de las entradas que se cobran a los que quieren verla por dentro (lo cual es altamente recomendable porque, entre otras cosas, no existe la línea recta en ninguna parte!). A parte de las fotos, os dejo aquí un enlace en el que podéis leer unas cuantas curiosidades sobre la basílica muy entretenidas.

La comida la hicimos en un italiano cercano a la Sagrada Familia, llamado Il Capriccio, muy recomendable, con nada menos que 101 pizzas diferentes y (las dos que nosotros probamos) muy ricas. Además, tenéis descuento reservando con El Tenedor.

Después de recuperar fuerzas, volvimos hacia el coche y condujimos hacia Montjuïc (aparcamos junto al Estadi Joan Serrahima) y dimos el último paseo del día, pasando por el Museo Nacional de Arte de Cataluña, un edificio imponente a cuyos pies tiene la Fuente Mágica de Montjuïc, y continuando hacia abajo, las Torres Venecianas y la Plaza de España. Nos faltó la visita al Castillo de Montjuïc, pero ya era tarde y estaba cerrado; si os da tiempo, os lo recomiendo.

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Y para la próxima me reservo, por un lado, La Rambla y sus alrededores, y también el Barrio Gótico, El Raval y la zona de la playa… pronto más y mejor!

 

Pueblos del Norte de Italia: Mantova, Borghetto y Sirmione

A pesar del frío que nos ha sorprendido estos días, hemos cogido el coche esta mañana desde Milán en dirección Verona. A medio camino, hemos llegado a Mantova (1h30). Un pueblo junto al Río Mincio con varias construcciones medievales en él.

He aquí lo que podéis visitar, más unas cuantas fotos:

Piazza delle Erbe

Piazza Sordello

Castelo di San Giorgio

Siguiente parada: un pequeñísimo pueblo a media hora de Mantova, llamado Borghetto. También predominan las construcciones medievales, y a sus afueras se puede hacer una caminata hasta el castillo medieval.

El castillo medieval visto desde el pueblo

Por último, hicimos parada para ver la puesta de sol en Sirmione: de los tres, mi favorito. También una ciudad medieval cuyo castillo es impresionante y si paseas por sus calles no parece que haya pasado el tiempo (excepto por las tiendas de souvenirs…). Al final de la calle principal hay unas termas al aire libre que tenían muy buena pinta (aunque eran carísimas, por supuesto).

Qué ver en Milán (Italia) en un día

Dicen que Milán no es una ciudad especialmente bonita. Yo pienso que el centro sí lo es, y además es algo que puedes ver en un día completo. Esta es mi cuarta vez en la ciudad, así que me dediqué simplemente a pasear por los lugares más representativos de ella. Os dejo una lista de todos los que se pueden visitar caminando. No cogí ningún autobús; eso si,no andé poco:

  • Duomo: el edificio de Milán por excelencia. Todo el mundo ha visto alguna vez una foto de esta catedral, preciosa en mi opinión. Se puede también entrar dentro y subir al tejado, aunque en mi opinión no merece tanto la pena y siempre hay que esperar mucha cola.

  • Galleria Vittorio Emmanuele: está junto al Duomo en la misma plaza. Es una galería con techos muy altos de cristal donde están las tiendas más caras de la ciudad. Más o menos por el centro hay un toro en el suelo adoquinado, y cuentan que si apoyas el talón en sus partes y das tres vueltas, tendrás buena suerte.

  • Terrazza Aperol: se sube a ella por el edificio que está justo al lado de la Galleria. No está arriba del todo peso desde ella se puede ver el Duomo desde media altura mientras tomas un aperitivo (la comida tipoca italiana que se suele hacer entre las 5 y las 8). Es bastante caro pero las vistas lo merecen. Eso sí, no vayáis buscando un café porque no sirven, solo cocktails y copas (también tienen sin alcohol). El mejor momento para venir aquí es para ver el atardecer y el Duomo iluminado por la noche.
  • Castelo Sforzesco: un poco más alejado de la plaza del Duomo cogiendo la vía Orefici. Es una fortificación antigua con un gran parque bastante agradable.
  • Arco della Pace: está el final del parque junto al Castelo. Es una de las muchas antiguas puertas del la ciudad.
  • Colonne di San Lorenzo: al final de via Torino (también sale de la plaza del Duomo). Es una plaza llena de columnas romanas y una iglesia antigua.
  • Piazza Gae Aulenti: es la zona «nueva», con varios rascacielos modernos y un par de edificios llamados «Bosco Verticale», que están recubiertos de vegetación.
  • Cimetero Monumentale di Milano: el cementerio más importante y grande de la ciudad. Su entrada es preciosa y justo al entrar hay una sala enorme llena de nombres y esculturas de personajes importantes de Milán. En el exterior, puedes pasar todo el tiempo que quieras observando tumbas y mausoleos cada cual más curioso y original. Merece la pena visitarlo.

Con esto y parando a comer un par de veces, tenéis para todo el día. Un buen lugar para comer algo rápido es Luini Panzeroti, donde venden algo parecido a empanadas pequeñas al horno o fritas, y en cuyo interior tienen varias cosas (mozzarella y tomate, verdura, salami…) y también los hay dulces. Es muy barato y sirven muy rápido. Eso sí, no hay mesas, hay que irse a la calle a comer.