(Ver también Lo que necesitas saber si vas a viajar a Costa Rica)
Nuestro vuelo salía a las 11:50. Decidimos llegar al aeropuerto más de dos horas antes de la salida, por si acaso, e hicimos bien, ya que avisaron por megafonía de que para los vuelos hacia Estados Unidos debíamos estar en la puerta de embarque 1h30 antes del despegue del avión (luego el personal del aeropuerto y la policía de los controles de pasaporte nos fue diciendo que no hacía falta realmente, que era porque unos días atrás se había formado una cola de una hora en el control de pasaportes y querían evitar que pasase de nuevo).
Olvidamos hacer el documento ESTA (necesario para entrar en EEUU aunque sólo sea para hacer escala), así que teníamos dos opciones: hacerlo desde el móvil por internet (no hay que imprimir nada) o hacerlo en la agencia de viajes de El Corte Inglés. Como no encontramos muy claramente cuál era el enlace correcto en internet, decidimos ir a la agencia. El coste del documento es de $14 (lo hagas donde lo hagas), y encima el Corte Inglés nos cobró 25€ por gastos de gestión.
Hecho esto, facturamos las maletas y nos fuimos a la puerta de embarque, llegamos pocos minutos antes de que abriera.
El vuelo Madrid – Miami duró 9h30, y aunque teníamos pantallas individuales con películas, música, juegos, series… y nos dieron de comer dos veces, el viaje se nos hizo bastante pesado. El segundo vuelo, 3 horas después de llegar a Miami, duró 3 horas hasta San José. La diferencia horaria de España con Costa Rica es de 8 horas, así que a pesar de las 16 horas de viaje, llegamos al hotel a las 8 de la tarde, y directos a dormir porque al día siguiente cogíamos un bus muy temprano a nuestra siguiente aventura.
Alojamiento: Hotel La Cuesta ($35 por habitación doble/noche) – un hotel muy sencillo, habitaciones pequeñas, las paredes más finas que una cortina, baño compartido y personal no demasiado amable que dijésemos. No sé qué tal estaba el desayuno porque no lo tomamos, ya que nos fuimos a las 6am.