13 de agosto: Ko Phangan – Bangkok

(Ver también Todo lo que necesitas saber si vas a viajar a Tailandia)

Llegó el día, hoy dejamos el sur para adentrarnos en la caótica capital del país y la esencia más pura de Tailandia. Empieza la segunda parte del viaje: Bangkok, Chiang Mai y Chiang Rai.

El viaje ha sido un rollo enorme: desde Madrid habíamos comprado billetes de avión para volar desde Suratthani (la provincia más cercana a Ko Phangan que no fuese una isla) y así ahorrar tiempo en el transporte, ya que son muchos kilómetros los que hay que recorrer. Pero como aquí todo está preparado para los turistas, no hay un horario de barcos ni autobuses que se pueda consultar y comprar el que mejor nos venga, así que hemos tenido que movernos de la forma turística una vez más, y el único barco que salía por la mañana hacia Suratthani era a las 7:00. Contratamos directamente barco + bus hasta el aeropuerto, ya que se encuentra a 60km del puerto donde nos dejaba el barco, así que hemos tardado nada menos que 4 horas y media en llegar al aeropuerto, con madrugón incluido.

El vuelo era con Thai Lion Air (una de las muchas compañías que operan en Asia a precios bastante asequibles) y para nuestra sorpresa la maleta facturada solo podía ser de 10kg… así que después de hacer malabares para quitarnos kilos de más, hemos facturado y a esperar a las 16:00 que salía el avión.

El vuelo ha durado una hora escasa y a las 17 ya estábamos en Bangkok. Hemos aterrizado en el aeropuerto de Don Mueang, y para ir hasta la ciudad hemos utilizado el servicio público de taxis. El primero que ofrecen al salir de la recogida de maletas son los taxis privados con un precio cerrado mucho más caro que los taxis de verdad, que van con taxímetro (muy importante que si no está conectado le digas al taxista que lo conecte) y sólo nos ha costado 260BHT (unos 7€) unas 3 veces más barato que el taxi privado y encima entre 4 personas que somos.

Después de dejar las cosas en el hotel, y ya siendo casi de noche, nos hemos adentrado en «la jungla»: un caos total de ciudad, masificada de turistas y tailandeses, ruidosa, sucia y agobiante. Si bien es verdad que hemos ido a parar al mercado nocturno de Patpong, que todo es más caótico aún. El mercado tiene muchísimos puestos en los que venden cosas de todo tipo: ropa, electrónica, bolsos, mochilas, complementos, armas blancas ¿?, etc… y prácticamente todo son primeras marcas falsificadas pero de una calidad casi similar a la real. Es muy típico regatear y normalmente el precio inicial suele ser unas 2 ó 3 veces más de lo que realmente vale el producto, y además lo suelen bajar bastante porque parecen desesperados por vender.

Para cenar hemos ido a parar a unas callejuelas llenas de restaurantes japoneses y hemos entrado en uno de ellos que tenía buena pinta, llamado Uma Uma, y la comida estaba bastante bien.

De postre le hemos comprado unos mango sticky rice a una anciana adorable de un puesto de la calle. Las energías no nos daban para más, así que vuelta a casa y mañana con luz iremos a investigar por el centro de la ciudad.

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