En Suecia existe una festividad que va a la par en importancia con la Navidad: se trata del Midsommar. Su traducción literal es «mitad del verano», aunque se celebra en su inicio, en el viernes y el sábado más próximos al solsticio de verano, que es el momento en el que más horas de luz hay y apartir del cual los días empiezan a hacerse más cortos poco a poco.

Realmente aquí en verano no van justos de luz, ya que incluso en Estocolmo, que se encuentra al sur del país, no llega a ser noche cerrada en ningún momento. Aunque el sol se pone sobre las 22:30 y sale sobre las 3:30, realmente se queda muy cerca del horizonte, tiñendo el cielo de un azul oscuro que va cambiando de tono durante la noche.
Como estuve alojada en casa de unos amigos, tuve la gran suerte de participar de lleno en la celebración del Midsommar, algo que me encantó, pues aún más importante que ver otros lugares, me parece que es el sumergirse en nuevas culturas y formas de vivir.

Comenzamos: se suele celebrar en casas de campo; mucha gente tiene casas de este tipo y como se juntan miembros de la familia o grupos de amigos, siempre hay alguien que pueda proporcionarla, porque tener una segunda residencia para el verano es algo bastante típico aquí. Se suele vestir de blanco, y se decoran las casas con banderitas de Suecia y flores, se hacen coronas de florecitas para que las chicas se pongan en el pelo (aunque en mi caso no tuve suerte de poder hacer una) y ¡que comience la celebración!

Entre las 12 y las 13 empieza la comida: se colocan platos tradicionales en el centro de la mesa y cada uno se sirve lo que prefiere. A mí todo me encantó, lo cual me sorprendió gratamente ya que se habla de que en estas tierras la comida no es muy buena. Había huevos rellenos, patatas hervidas, pasteles de queso y de carne, varios tipos de queso, pan de ajo, salmón… y algo que es exclusivamente típico de este día, son los arenques. Pero no unos cualquiera, sino algo llamado Surströmming, que es básicamente un tipo de arenque enlatado y fermentado. Huele exageradamente mal, pero supuestamente sabe bien, y se suele tomar en una tostada con tomate y cebolla triturados por encima. Hay quien dice que si es el responsable de abrir la lata, no se los come ni en broma. Por suerte, en la casa donde pasé el día optaron por una variedad de arenques en lata normales, los cuales estaban bastante ricos, aunque me quedé con la curiosidad de descubrir por mi misma el Surströmming… ¿me habría atrevido?

Toda la comida se acompaña con un vodka sueco llamado Nubbe, que se suele tomar muy muy frío. En el momento de brindar, se canta una canción llamada Nubbe Visa, que yo pensé que era algo de las películas pero que realmente se cantó en la casa en la que estuve, aunque muy entre risas.
Y después de la comida, las actividades comienzan. Algo que nosotros no hicimos pero que sí que es bastante común es bailar alrededor de una especie de palo decorado con flores llamado Maypole, una danza tradicional llamada Sma Grodorna, que significa «la ranita» así que ¡imaginaos cómo es el baile!

Y algo que sí hicimos es lo que viene después, que lo llamaron de alguna manera en sueco y soy incapaz de acordarme, pero era algo así como «Los 5 Juegos«. Es algo que siempre se hace y siempre son 5, pero cuáles, ya es algo que queda más a elección de los anfitriones (ya que dudo que los que hiciésemos nosotros se hagan en familia con niños). Se hacen equipos, y uno compite contra otro. El primer juego era de beber un vaso (a priori, de alcohol) rápido y voltear el vaso con el dedo dándole golpecitos desde abajo, después nos pusimos globos en la cintura y teníamos que explotar los del otro sin tocarlos con las manos, en tercer lugar teníamos que dar 10 vueltas mirando al suelo y meter un boli atado a una cuerda a nuestra cintura en un botellín, y el cuarto juego sí parecía más típico: jugamos a la petanca sueca. Por último, competimos a ver quién disparaba con una escopeta de perdigones más veces a unas latas.

Para «recuperar» después de los juegos, no hay mejor forma: merienda con tarta de fresas (casera, por supuesto) con nata casera y fresas enteras por encima. Ya estábamos para explotar, ¡pero había que probarla!

Para la cena, la celebración continúa: la comida típica en esta ocasión es la barbacoa, sobre todo de carne, y acompañada de lo que seguramente haya sobrado al mediodía, claro.

Aunque casi todo gira en torno a la comida (como en casi cualquier acto socail) me gustó mucho porque se realizan otro tipo de actividades, y además la connotación de esta festividad no tiene nada que ver con ningún aspecto religioso, sino con reconectarse con la naturaleza, celebrar el inicio del verano y disfrutar de la luz del sol que en otras épocas del año tantísimo echan en falta.

Os dejo un vídeo que explica el Midsommar para Dummies, un poco parodiado pero está genial, a mí me lo enseñaron los propios suecos.
[…] habéis leído mi post sobre el Midsommar, sabréis qué es esto. Son arenques en lata, pero con la peculiaridad de estar fermentados y oler […]
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