Consejos para hacer una ruta por Grecia

Durante los últimos 15 días os he ido contando mis andaduras por el país heleno: he hecho una ruta, principalmente por la Grecia continental, además de dos islas.

El Partenón, en la Acrópilis de Atenas

Si estáis planificando un circuito, probablemente os esté pasando lo que me pasó a mí en su momento: viajar a Grecia es como decir que viajar a España: ¿qué visitar? ¿qué ruta seguir? ¿cómo desplazarse? ¿qué dejar de ver? Está claro que depende de cuántos días vayáis, pero obviamente hay que dejar lugares de lado para no morir en el intento o pasar las vacaciones metidos en el transporte.

Qué ruta seguir

Una vez analizado a fondo el mapa de Grecia y las posibilidades de desplazamiento, creo que hay varios viajes totalmente diferentes que se pueden hacer:

  • Islas griegas – una de las rutas más típicas y famosas es ir a las islas Cícladas. Aunque se conocen como islas griegas en general, éstas son solo uno de los archipiélagos del país. Están también las islas jónicas y las del Dodecaneso, entre otras. En las Cícladas, las más cercanas a Atenas, se encuentran Santorini, Mykonos y otras islas menores. Creo que este es un viaje en sí, al que se le podría añadir Atenas dependiendo de los días, pero que para hacer de paso no compensa. Santorini, por ejemplo, se encuentra a 6 horas en ferry de Atenas y el precio por el ticket de ida y vuelta es de 100€. Esta zona tiene demasiado encanto como para ir con prisas y por eso considero que hay que reservar un viaje entero para ellas.
  • Grecia continental – la ruta que llaman clásica, porque los lugares más míticos del mundo antiguo se encuentran aquí. Se puede partir de Atenas en coche, recorrer la península del Peloponeso, subir al norte hasta Tesalónica y después volver a Atenas pasando por Meteora y Delfos, cerrando el círculo.
  • Creta – una isla enorme y con bastante que ver, por no hablar de lo lejos que se encuentra del continente, es en sí misma un viaje único.
  • Rodas y las islas del Dodecaneso – también se encuentran bastante lejos del continente, de hecho están bastante cerca de Turquía.
Acantilados del cabo Drastis en el norte de Corfú

Si bien claramente hay mil combinaciones, podéis optar por elegir, por ejemplo, la ruta continental y visitar alguna isla como extra, que de hecho es lo que hicimos nosotros. A continuación os enseño cuál fue exactamente nuestra ruta, que aunque creo que fue muy buena elección, ahora a posteriori cambiaria algunas cosas, que dejaré también aquí reflejadas por si os sirven.

Nuestra ruta por Grecia

La que nosotros elegimos finalmente fue la vista a la Grecia continental. No somos muy de tirarnos en la playa, y teníamos muchas ganas de ir a ciertos lugares de la Grecia Antigua porque nos gusta la historia y además somos deportistas. Pero no hicimos la ruta tradicional, sino que elegimos dos de las islas jónicas para visitar también. Os cuento las paradas y después los pros y los contras:

  1. Atenas. Volamos a Atenas desde Madrid, y estuvimos 1 día completo más medio día, suficiente para ver lo importante.
  2. Corinto – Epidauro – Micenas – Esparta. Cuatro lugares que son demasiado pequeños como para pasar un día entero pero que merece la pena visitar. En el orden en el que os lo he puesto se pasa saliendo de Atenas, así que podéis ir haciendo paradas. Nosotros la noche la hicimos en la última parada – Esparta, donde pasamos todo el día siguiente.
  3. Olimpia. Visita obligada, en un día se puede ver todo.
  4. Zante. Elegimos esta isla jónica porque el puerto de Killini está a 1 hora de Olimpia, y desde allí sale el ferry a Zante (podéis buscar Ferrys y precios en esta página)
  5. Delfos – TermópilasMeteora. En el camino de Zante a Meteora (el único de todos los que hicimos que duraba más de 4 horas) eligiendo la ruta sin peajes, se pasa muy cerca de Delfos, así que es una parada ideal e imprescindible. Tras emprender el camino desde Delfos, pasamos directamente por las Termópilas, donde no hay más que un monumento pero está justo en el camino. Hicimos noche en Meteora y en el día siguiente visitamos los famosos monasterios.
  6. Corfú. La más importante de las islas jónicas. Desde aquí volvía nuestro vuelo a Madrid, y pasamos aquí los últimos 3 días.
Teatro griego de Epidauro

Ahora bien…

Pros

Contras

  • Que los vuelos de ida y de vuelta sean desde ciudades diferentes es un contra muy grande a evitar si quieres hacer un viaje económico. La manera de hacer esta ruta de forma eficiente es alquilando un coche, y la tasa extra por devolver el coche en una ciudad diferente a la de origen supera los 300€. A esto hay que sumarle que las compañías locales, que son las más baratas, no tienen este servicio, y por lo tanto hay que alquilar el coche en una multinacional (AVIS, Europcar, Sixt o Hertz), lo cual es mucho más caro. Así que la “broma” del coche puede salir muy muy cara. Nosotros al comprobarlo allí mismo en Atenas, alquilamos el coche a tramos, y en todos los días de las islas no lo tuvimos, y aún así nos salió un total de 6 días de coche por 800€ aprox., una pasada.
  • Habiendo hecho ya esta ruta, cambiaría la isla de Corfú por otro destino, ya que aunque me gustó, fue lo que menos, y la verdad es que me decepcionó un poco; no es para nada la típica isla griega que uno espera (puedes leer aquí la realidad de Corfú). En su lugar me habría alojado directamente en Paxos (una isla cercana) o habría visitado Tesalónica en el norte del continente, o Lefkada, una isla cerca de Zante a la que se puede llegar cruzando un puente, lo que la hace más cómoda.
Navagio Beach en Zante

Datos y consejos útiles

  • La moneda utilizada en Grecia es el euro.
  • El nivel de vida es bastante más bajo que en España, y en consecuencia todo es bastante más barato. Sin buscar demasiado puedes encontrar restaurantes de carta en los que comer por menos de 15€ por persona en plena zona turística de cualquier ciudad.
  • Para saber la calidad y si un restaurante es barato o caro, una buena referencia es mirar el perfil de la mousaka: si cuesta más de 8-9€, es caro. Si cuesta menos de 7€, igual es que no es muy bueno.
  • El plato nacional por excelencia es el souvlaki, que hay que pedirlo diciendo “pita”. Se trata de un pan de pita enrollado con carne, tomate, cebolla, patatas fritas y salsa tzatziki. Da igual el restaurante al que vayas, es tan “sagrado” para los griegos que siempre cuesta entre 2 y 3€, nunca más. Si veis que cuesta más, seguramente sea una zona turística y os estén intentando timar.
  • Alojarse también es barato: si bien hay que leer atentamente las opiniones de otros viajeros en los buscadores, porque algunos hoteles están en condiciones regulares, nosotros dormimos por 25€ o menos por persona y noche en habitaciones privadas siempre, y en muchas ocasiones con cocina incluida. En los posts de cada uno de los días tenéis los hoteles detallados.
  • La mejor forma de desplazarse, como ya he comentado, es alquilando un coche, y lo ideal es alquilarlo en compañías locales, mucho más baratas. En Atenas hay una calle llamada Syggirou, junto al Arco de Adriano, repleta de ellas, es el lugar perfecto para ir a preguntar y alquilarlo en el momento.
  • Para desplazarse entre islas y hacia ellas, lo mejor es buscar en algún comparador de Ferrys, es lo más sencillo y te aseguras el mejor precio (esta es la web de Ferryscanner)
  • Para moverse dentro de las islas, por contra, lo mejor es alquilar una moto. En Grecia, al contrario que en España y otros países, el carnet de conducir coche no sirve para conducir motos de 125cc, así que si no tenéis el carnet específico de moto tendréis que conformaros con una de 50cc. Nosotros así hicimos y nos valió.
  • La entrada a todos los monumentos y museos es de pago. No recuerdo ningún sitio emblemático que fuese gratis, y además creo que los precios son bastante altos (entrar a la Acrópolis, por ejemplo, son 20€). Si sois estudiantes universitarios, presentando el carnet, todos los lugares son gratuitos, así que no olvidéis vuestro carnet si lo sois, nosotros ahorramos más de 100€ en entradas.
  • El transporte público, aunque lo probamos poco, no es demasiado bueno ni frecuente. En Zante un autobús que tenía que pasar, no pasó (no es que llegase tarde, sino que directamente no pasó, de hecho nos devolvieron el dinero del taxi que tuvimos que coger cuando reclamamos en la estación de autobuses). También estudiamos la posibilidad de movernos en transporte público cuando vimos lo caro que era el coche, y lo vimos muy complicado, cosa que nos corroboraron los lugareños. Y en último lugar, el “metro” del aeropuerto a Atenas costaba 7€ y pasaba cada 30 minutos…
  • En cuanto al clima, en Grecia hace bastante calor, lo compararía con Andalucía en España. Por ello, creo que es más recomendable viajar allí fuera del verano, en octubre o en mayo, por ejemplo.
Estadio Panathinaikó en Atenas

Nuestro viaje detallado día a día

Día 1: Madrid – Atenas

Día 2: Atenas

Día 3: Atenas – Epidauro – Nauplia – Esparta

Día 4: Esparta, Mystras y Gythio

Día 5: Esparta – Cascadas de Polylimnio – Olimpia

Día 6: Olimpia

Día 7: Olimpia – Zante

Días 8 y 9: Zante

Día 10: Zante – Delfos – Termópilas – Meteora

Día 11: Meteora – Igoumenitsa

Día 12: Igoumenitsa – Corfú

Día 13: Corfú

Día 14: Corfú

Día 15: Corfú – Madrid

Meteora

Espero que estos consejos y ruta propuesta os sean de utilidad, y también que disfrutéis de Grecia tantísimo como yo lo hice, uno de los mejores viajes que he hecho nunca, y sin duda el más enriquecedor.

EXTRA: Si sois de los que, como a mí, os gusta leer, recomiendo haceros con un libro llamado «Los Griegos» de Isaac Asimov. Es un repaso rápido a la historia completa de Grecia en tan solo 380 páginas. Se para mucho más en la época dorada de la Grecia Antigua, que es la más interesante y donde se originó lo que hace el mundo tal y como es hoy, pero en los últimos capítulos tambien habla de la historia más reciente y casi hasta nuestros días. 100% recomendable, me encantó y aprendí muchísimo, y me parece todo un lujo leer sobre acontecimientos ocurridos en determinados lugares, mientras estoy pisando el suelo ded ese lugar concreto. ¡Mágico!

Templo de Niké en la Acrópolis de Atenas

27 de julio: Delfos y Termópilas

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Hoy hemos amanecido con total incertidumbre. Nuestra estancia en Zante terminaba y el siguiente destino era (es) Meteora. Pero no teníamos ni idea de cómo llegar hasta allí. El coche que alquilamos en Atenas lo devolvimos el día que llegamos a Zante porque era carísimo y no lo íbamos a amortizar, y teníamos la opción de alquilar de nuevo un coche (pagando el consecuente suplemento de devolverlo en una ciudad diferente a la de recogida) o bien averiguar de alguna forma cómo llegar hasta Meteora en transporte público (son más de 400km), cosa que ya nos habían dicho algunos lugareños que era bastante complicado.

Así que hemos decidido comprar un billete de bus a Patras, una ciudad muy grande en el norte de la Península del Peloponeso, y único lugar desde el que se puede cruzar al norte a través de un puente (que por cierto, cuesta 13€). Estando en una ciudad de gran tamaño, sería más fácil averiguar cómo continuar.

Una vez allí, hemos decidido alquilar un coche para los próximos dos días. Nos han sajado de nuevo, pero es lo más cómodo y lo único que nos asegura llegar hoy a Meteora y mañana a Igoumenitsa (el próximo destino) sin perder muchísimo tiempo.

Y no hemos podido elegir mejor, pues nos ha salido redondo: hemos decidido tomar el camino sin peajes hacia Meteora (unas 4h 30 desde Patras – con peajes serían 3h40), y mirando el mapa hemos visto que la ruta pasaba muy muy cerca de dos lugares que estaban fuera de nuestros planes, pero que son muy míticos: Delfos y Meteora.

Delfos

El antiguo santuario sede del famoso Oráculo de Delfos, construido en honor al dios Apolo. Lugar mágico, no sólo por su importancia en la historia de Grecia (y en consecuencia en la del resto de la humanidad) sino por el entorno en el que se encuentra: entre las montañas al pie del también mítico Monte Parnaso, donde las leyendas cuentan que vivían las Musas griegas. Un paisaje increíble realmente.

No se sabe exactamente cuándo fue construido, pero se sabe que desde el 800 a.C. ya venían personas de toda Grecia para pedir consejo al Oráculo. Todas las polis griegas tenían uno, pero este fue adquiriendo prestigio por lo acertadas que eran siempre sus predicciones.

Realmente los oráculos siempre solían dar respuestas ambiguas que podían ser interpretadas de dos maneras opuestas, y quizás ahí estaba su «truco».

Y es que este lugar fue determinante en la historia de Grecia porque muchos de sus protagonistas vinieron aquí a pedir consejo y tomaron, en base a las respuestas del Oráculo, decisiones que les hicieron ganar o perder guerras, batallas decisivas en, por ejemplo, la victoria de Atenas frente a los Persas en Maratón, la cual es considerada la primera victoria importante en la historia debido a su relevancia en el futuro: si hubiesen vencido los persas, Grecia no habría llegado nunca a su Edad de Oro, y sin ésta existir, todos esos pensadores, científicos y políticos creadores de la democracia no habrían dejado su legado a las futuras generaciones, y nuestro presente no sería el que es hoy.

Todo el Santuario es impresionante, porque al igual que en Olimpia, se puede apreciar lo grande que fue por la cantidad de ruinas que hay por todas partes.

  • Templo de Apolo: era donde se encontraban las pitonisas, las que predecían el futuro. En el máximo apogeo de Delfos, se tuvo que aumentar hasta 3 pitonisas porque eran demasiadas las personas que venían en busca de consejo. Actualmente sólo quedan 3 columnas en pie.

  • Ónfalo: según la mitología, se trata de una piedra que Zeus lanzó del cielo después de que dos águilas se encontrasen justo en Delfos, cuando aún no existía. Zeus las soltó desde una y otra punta del mundo para vez dónde estaba el centro, y al encontrarse aquí, lanzó este ónfalo para señalarlo. Aconsejó a su hijo Apolo que construyese su Santuario en este lugar, y ese fue el origen de Delfos. La piedra que hoy se ve en el Santuario es una reproducción, la original (pero que fue restaurada ya por los romanos) se encuentra en el museo junto a las ruinas).

  • Tesoro de Atenas: es la construcción mejor conservada, que en su día contenía trofeos conmemorativos de las victorias atenienses.

  • Teatro: data del siglo V a.C. y tiene capacidad para 5000 espectadores. No es, entonces, de los más grandes ni de lejos, pero las vistas que tiene son inigualables.

  • Estadio: curiosamente situado en lo más alto, es de los mejor conservados. Existe porque se celebraban aquí los Juegos Píticos, en honor a Apolo, y se llevaban a cabo cada 8 años o cada 2920 días, que es el periodo exacto en el que se daban 99 lunas llenas.

  • Gimnasio: ya fuera de lo que es el recinto de pago de las ruinas. Es uno de los mejores conservados y donde se puede apreciar lo grandes que eran este tipo de lugares donde los griegos se dedicaban a cultivar el cuerpo. En tiempos posteriores, también fue lugar de encuentro de intelectuales y centro de estudio.
  • Templo de Atenea: es una de las imágenes más famosas de Delfos, un templo circular en honor a Atenea construido en el 380 a.C., que se suele conocer con el nombre de Tholos.

  • Museo Arqueológico: la entrada se compra de manera conjunta con la de las ruinas (12€, gratis para universitarios), y en el hay muchas de las muestras que se encontraron durante las excavaciones en Delfos. No es demasiado grande pero sí tiene algunas piezas bastante importantes.

El horario de apertura de todo este complejo es de 8:00 a 20:00, salvo los lunes, que el museo abre a las 10:00.

Termópilas

Realmente poner esta palabra en el título del post tiene un poco de delito… ¡ya que aquí no hay nada! Este lugar es famoso por la Batalla de Las Termópilas, aquella en la que Leónidas lideró a 300 espartanos (y a 600 otros soldados, así que lo que cuenta la película no es del todo cierto) aún sabiendo que tenían todas las de perder contra los persas, cosa que así fue, pero esta batalla renovó la motivación de atenienses y espartanos en la Guerra contra Persia, y marcó un antes y un después que les hizo aún más bravos para, después de muchas otras batallas, poder ganar la guerra (o al menos terminarla sin que los persas entrasen en Atenas y se retirasen de nuevo a Oriente Próximo).

En nuestro camino hacia Meteora pasábamos al lado de Termópilas, que hoy en día es un pequeñísimo pueblo, y decidimos plantar nuestros pies allí. Hay un monumento en honor a Leónidas y los 300 espartanos. Y bueno, decir que hemos estado en Termópilas, mola.

Aquella batalla se libró allí porque los griegos necesitaban un lugar estrecho que obligase a los persas a atacar en grupos pequeños (su ejército era mucho más numeroso) y el Paso de Las Termópilas era un terreno encerrado entre el mar y las montañas, que en algunos tramos llegaba a tener menos de 20 metros de ancho. Actualmente, pasados esos más de 2000 años, se ha ido almacenando arena en el mar y hoy es una zona mucho más abierta.

Y finalmente retomamos el camino hacia Meteora, 3 horas de coche que aún no han terminado. Pero el día de hoy ha sido inesperadamente genial.