20 de julio: Atenas – Epidauro – Nauplia

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Comienza la ruta por carretera: hoy dejamos Atenas para adentrarnos en el Peloponeso, pero antes teníamos pendientes las últimas visitas en la capital (todas ellas incluidas en el pase de 30€ del que os hablé ayer):

  • Biblioteca de Adriano – cuya creación fue ordenada por el emperador Adriano en el 132 d.C. para albergar su extensa colección de libros y también como sala de lectura y centro de convenciones.
  • Ágora Antigua – fue el centro de la vida pública de Atenas. Por estos parajes pasearon los filósofos Sócrates, Aristóteles y Platón, y aquí mismo se creó literalmente la Democracia. Nuestro mundo es lo que es gracias a este lugar. Dicen que es un también un obligado de Atenas, no sólo por la carga simbólica que tiene, sino porque dentro se encuentra el Hefestión, un templo que es exactamente igual que el Partenón (aunque más pequeño) y este sí está conservado por dentro.
  • Monastiraki Flea Market – es un mercadillo en varias callejuelas que salen de la Plaza Monastiraki, y que me han recordado mucho a Camden Market de Londres.

Nos ha faltado por visitar una zona por la que luego hemos pasado con el coche, y nos hemos arrepentido mucho de no haber ido: el edificio de la Universidad, la Academia y la Biblioteca, tres edificios modernos pero de arquitectura griega clásica y muy, muy bonitos. Os recomiendo no pasarlos por alto.

A las 2 hemos ido a por el coche, la compañía elegida ha sido Avis. No por nada en concreto, sino porque fue la primera que nos dio un precio razonable y que nos dejaba devolver el coche en una ciudad diferente a Atenas, cosa que reducía muchísimo nuestras posibilidades (y aumentaba el precio). Aquí un consejo muy útil: aunque penséis que perdéis tiempo teniendo que volver a Atenas a coger el vuelo de vuelta, es la mejor opción igualmente, porque la cuota por dejar el coche en otra ciudad ronda (e insulso supera) los 200€ en todas las compañías.

¡Y comienza la ruta! Pero antes había que llenar el buche: hemos probado un mítico souvlaki, algo parecido al kebab pero aquí no es considerado comida basura como en España lo es el kebab. Toda una bomba pero muy rico: carne, lechuga, tomate, salsa y ¿patatas fritas? dentro de un pan de pita enrollado.

Y ahora sí, primera parada…

Epidauro

Una antigua ciudad griega de la que hoy sólo quedan ruinas, quizás os suene el nombre porque aquí se encuentra el famoso Teatro de Epidauro, que fue encontrado en el siglo XIX bajo la montaña, en perfecto estado. Es por ello que hoy se puede admirar toda su estructura, con capacidad para 15.000 personas. Recordad que el más grande de la Antigua Grecia fue el Teatro de Dionisio de la Acrópolis con espacio para 17.000 pero está casi todo destruido, y este sí está entero. Simplemente impresionante.

Desde el punto central del escenario hay una proyección del sonido perfecta y cualquier persona en cualquier punto de la grada puede escuchar lo que ahí se dice.

A día de hoy se hacen espectáculos aquí durante las noches de verano. Tiene que ser digno de ver.

En este recinto no hay mucho más en buen estado, casi todo son rocas esparcidas por el terreno: hay que tener mucha imaginación para apreciar algo. Hay un pequeño museo que también se puede visitar.

La entrada cuesta 12€ (gratis para universitarios) y abre de 8 a 20h.

Nauplia

Un pueblo costero a 30 minutos de Epidauro, con un ambientado increíble, aún más siendo sábado y verano.

Primero hemos subido los 1000 escalones hasta la Fortaleza de Palamidi, en lo alto de los acantilados. Entrar cuesta 6€ (gratis para universitarios) y abre también de 8 a 20h. Pero más que el castillo en sí, de arquitectura veneciana del siglo XVII, lo bonito son las vistas. Por un lado el interior de la península y por otro el mar. Hemos disfrutado de un atardecer precioso.

En realidad hay una forma de subir en coche, por el lado contrario al mar, y con parking incluido. Pero ya sabéis que nosotros somos unos valientes.

Para terminar el día, hemos dado un paseo por el centro de Nauplia, callecitas estrechas llenas de tiendas y restaurantes, con mucha vida, y hemos cenado en To Paleo Archontiko, muy económico y buenísimo (para variar). Nos faltaba por probar un plato típico: la Mussaka, una lasaña hecha con patata, bechamel, berenjena y carne picada… ¡riquísima!

Antes de irnos, hemos rematado la visita viendo cómo se hacían bailes folclóricos griegos en plena plaza del pueblo.

Fin del día, que ha dado mucho de sí, y ahora estamos de camino a Esparta, que es donde nos alojaremos las próximas dos noches. Nos han dicho que no hay nada más que el nombre y una estatua de Leónidas. ¿Será cierto? Mañana lo comprobaremos.

Gamla Stan, el casco antiguo de Estocolmo (Suecia)

Nueva aventura fuera de España! Estaré unos días descubriendo Estocolmo, y esta vez vengo a hablaros de una de sus islas.

Estocolmo está compuesto por 14 islas, y una de ellas, la más céntrica, de llama Gamla Stan y corresponde a la zona más antigua de la capital sueca.

Panorámica de Gamla Stan vista desde el puente Skeppsholmsbron

El tamaño de esta isla es totalmente asequible para visitarla caminando, y como no, la mejor forma (para mí) de conocerla, fue participar en un Free Tour.

La idea de hacer un tour de este tipo me parece muy buena, no sólo por ser gratis (además lo suyo es dejar una propina al guía) sino porque se hace una ruta por los lugares más representativos conociendo también su historia, y se hace relativamente rápido, por lo que después ya tendréis varias ideas de a dónde volver más tarde y disfrutarlo más detenidamente.

El tour duró 1h30 y estos son los lugares que visité (y en este orden, aunque realmente todo está cerca y la caminata fueron menos de 2km):

    Gustav Adolfs Torg: se encuentra justo antes de entrar en Gamla Stan, es una plaza donde se encuentra la ópera de la ciudad y cuyo nombre viene debido a que en ella asesinaron al rey con este nombre, un personaje no tan preocupado por conquistas y guerras como por el arte y la música, y así acabó por sus ideas..

  • Riksbron: uno de los puentes que conectan con Gamla Stan. Desde él se puede ver la zona nueva y la zona vuela del Parlamento, en uno de los lados, y mirando hacia el agua de puede observar el ayuntamiento a lo lejos. Es curioso, porque aquí también se encuentras casa del Presidente, y no os imaginéis una mansión súper protegida u oculta! Es una casa a pie de calle a la cual podríais llamar al telefonillo (si tuviese, porque en Suecia no se lleva eso de los telefonillos, ni de las persianas). Los suecos se consideran todos iguales unos a otros y piensan que nadie tiene que recibir un trato especial por tener una profesión u otra.

Parte antigua del parlamento a la izquierda, y la nueva a la derecha

  • Catedral de Estocolmo: en cuyo interior hay una escultura en honor a San Jorge y el dragón. Aquí no entramos porque en los Free Tours no se entra a lugares y mucho menos si son de pago, como lo era esta iglesia, pero a un par de manzanas puede verse una réplica de la escultura en plena calle, con la diferencia de que la interior es de madera y la exterior de hierro.

  • Palacio Real: a mis ojos se da un aire al de Madrid, y es uno de los más grandes del mundo con 609 habitaciones. Es la residencia oficial de los reyes de Suecia, pero realmente no viven allí sino en un palacio a las afueras más pequeños, y vienen aquí sólo para actos oficiales. Algo muy típico (como turista) es venir a ver el cambio de guardia, que se produce cada día a las 12:15.

  • Järnpojke: habéis estado en el Manneken Pis de Bruselas o en La Sirenita de Copenhague? Algo ridículos para la fama que tienen, verdad? Pues no habéis visto todo. El Järnpojke es una mini estatuita en pleno Gamla Stan, y es muy típico tocarle la cabeza para que se cumplan los deseos.

  • Stortorget: diría que la plaza más emblemática de la ciudad, con las casas más fotografiadas del país. Es la más antigua de la ciudad, desde donde se produjo toda la expansión urbana medieval.

  • Runas Vikingas: caminando entre la casa verde y la roja en la foto de arriba, unos metros más adelante llegaréis a una pared en la que hay incrustada una runa, pues se trata de una 100% original que recibe miles de visitas al día, y aunque no es gran cosa, como española me llama mucho la atención que algo de tal calo se pueda tener así al descubierto sin que sufra los efectos del vandalismo!

  • Prätsgatan: es una pequeña calle llamada así porque en ella viven muchos curas (Prat significa cura), y lo que la hace especial son sus casitas amarillas que las hacen de lo más fotogénica, y otro de los puntos más «instagrameables» de la ciudad (yo ya lo hice😏).

  • Tyska Kyrkan: es una iglesia alemana que entre otras cosas representa la buena relación de suecos y alemanes.

  • Marten Trotzigs Grand: la calle más pequeña de Estocolmo (me recordó mucho a la de Praga, pero esta vez la calle sí es más real y comunica dos calles transitables). La tradición dice que da buena suerte atravesarla tocando con las manos ambas paredes.

  • El tour acabó aquí, pero os dejo un extra, ya que se encuentra bastante cerca de todo esto: el Ayuntamiento, el cual está abierto y también tiene buenas vistas de Gamla Stan, y lo mejor es que en los meses de verano si torre está abierta al público y desde arriba hay unas vistas magníficas de la ciudad, eso sí, después de subir los 365 escalones que la componen!
  • Tarragona

    Esta Semana Santa hemos tenido la oportunidad de visitar Tarragona, y aunque el tiempo no acompañó, quisimos visitar sus lugares más emblemáticos aunque fuese con el paraguas en la mano. Es una ciudad muy cómoda de visitar, ya que es bastante pequeña y casi todos los monumentos más interesantes están cerca, por lo que caminar es la mejor opción y en un día podéis ver todo.

    Existe un pase para visitar las 5 ruinas romanas más características de la ciudad, cuyo precio es de 7,40€, y se puede adquirir en cualquiera de las 5, que son las siguientes:

    • Anfiteatro romano: para mí la más espectacular, por sus dimensiones y su estado de conservación. Se puede observar que en centro del anfiteatro está por otra edificación; se trata de una iglesia que construyeron los cristianos después de la caída del imperio romano. Además, el anfiteatro se encuentra junto al mar y eso le da un toque especial. Es el monumento que hizo que Tarragona fuese planteada y finalmente consiguiese ser Patrimonio Mundial.

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    • Circo romano: en la época romana debió de ser espectacular, debido a sus dimensiones enormes y a que se componía, no sólo del circo (que era donde se hacían las carreras de caballos) sino también de muchos otros edificios y templos. Lamentablemente casi todo ha desaparecido, quedando únicamente una pequeñísima parte de las gradas y varias galerías subterráneas, donde se puede ver una representación en vídeo de cómo era originalmente este lugar, y es muy interesante.

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    • Torre Pretori: se visita accediendo por el mismo lugar que al circo, ya que es una parte de los edificios que lo componían. En el siglo XII fue palacio de La Corona de Aragón y más tarde fue utilizada como cárcel, llegando incluso a usarse durante la post-guerra.

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    • Murallas: es uno de los lugares a los que, si no cogéis el abono, u os falta tiempo, no iría. Se trata simplemente de un paseo de 800m paralelo a las murallas romanas (y posteriormente medievales).

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    • Forum de la Colonia: de este monumento también quedan muy pocos restos. Se trata del que fue el centro de la vida social y política de Tarraco.

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    Además de estos monumentos, podéis también visitar la Catedral de Tarragona, cuya fachada es muy bonita, digna casi de un capítulo de Juego de Tronos, y si tenéis tiempo podéis pasaros por el Teatro romano, que está muy cerca del Forum, pero del que no queda prácticamente nada. Se ve desde el exterior de las vallas que lo cierran y sólo hay andamios de hierro que representan parte de cómo fue en su día. Y por supuesto, no puede faltar el Balcón del Mediterráneo, las vistas al mar al final de la Rambla.

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    Por último, si tenéis coche, os recomiendo totalmente que visitéis el Acueducto de les Ferreres, también conocido como Puente del Diablo. Se encuentra en las afueras de la ciudad y es un fragmento de la canalización que se usaba para traer agua a Tarraco desde el río Francolí. Actualmente se conservan 217 metros de largo y 27 de alto, y merece la pena visitarlo. De allí salen varias rutas para hacer a pie por el monte.

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    Torija (Guadalajara): una parada en el camino

    Torija es un pueblo perfecto para hacer un alto en el camino en vuestro viaje por la A2, ya que se encuentra junto a ella en el km 73, y no hay más que tomar una salida en la autovía y a los pocos metros llegaréis al pueblo.

    Se encuentra en la provincia de Guadalajara y lo llaman «La Puerta de la Alcarria» ya que se encuentra al final del valle donde empiezan estos característicos llanos de Castilla-La Mancha.

    Todo el pueblo en sí tiene mucho encanto, pero lo más característico del mismo es su monumental castillo, el cual fue construido por los Templarios para controlar todo el valle y por el que también pasaron los navarros en el siglo XV y El Empecinado en el XVIII. Durante la Guerra Civil fue sede del Ejército Republicano. Actualmente está restaurado y en su interior hay un museo dedicado al libro de Camilo José Cela «Viaje a la Alcarria».

    También podéis tomar algo en la preciosa Plaza de La Villa, junto al castillo (y es un buen sitio para aparcar el coche) y visitar la Iglesia de la Asunción.

    Como decía, es una muy buena opción para hacer una parada en vuestro viaje y aprovechar para conocerlo, ya que no os llevará mucho tiempo, y comer. Hay un restaurante que se llama Asador Pocholo, que siempre está hasta arriba pero que fue galardonado en el año 2008 como uno de los mejores restaurantes de Castilla-La Mancha.

    Nosotros no pudimos comer por no haber sitio y optamos por el Restaurante Las Cucharitas, justo detrás de la Plaza, con comida casera muy bien elaborada y menú del día también en fin de semana.

    Un día en Ávila

    Después de pasar el sábado en Salamanca, y ya que la tenemos tan vista, el domingo decidimos que en lugar de volver a Madrid directamente, pasaríamos el día en Ávila.

    Es una ciudad muy pequeña, y en un par de horas puedes ver el casco antiguo de cabo a rabo. De hecho, después de dar una vuelta por el interior de las murallas, decidimos dar un paseo nada menos que rodeando la ciudad entera: tan simple como salir de las murallas y empezar a caminar por su lado. Un paseo muy bonito ya que están muy bien cuidadas y junto a unas praderas de césped verde precioso, en el que dan ganas de echarse una buena siesta!

    También existe la opción de dar un paseo por encima de la muralla, para ello debes ir a la taquilla y comprar la entrada que te permitirá subir (desconozco el precio).

    Aquí unas cuantas fotos de los mejores lugares de la ciudad:

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    Las murallas desde fuera, una vista preciosa

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    La plaza del Ayuntamiento

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    La Catedral de Ávila

    Fuera ya del centro de la ciudad, merece la pena sin ninguna duda visitar Los Cuatro Postes. Es una construcción en las afuera que está elevada sobre unas rocas y desde donde se puede ver una vista panorámica de la ciudad, como esta:

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    Y no podía acabar este post sin recomendaros un restaurante en el que caímos de rebote y que como siempre que esto nos pasa, acertamos de lleno. Se llama el Molino de la Losa y está muy cerca de Los Cuatro Postes. La comida es tradicional y tiene, como no puede ser de otra manera, un buenísimo chuletón de Ávila. Los precios no son exagerados, por unos 30€ puedes comer perfectamente (sin vino). Y tengo que decir que lo mejor que probé fue el postre! Lo vi en la carta de pasada y me llamó la atención por su nombre: Texturas de chocolate con aceite de oliva y sal. Decidimos pedirlo y… menos mal que lo pedimos! Estaba espectacular, y de hecho el camarero nos dijo que hace 2 años había ganado el premio el mejor postre de Castilla y León. Mmm!

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    Un paseo nocturno por Salamanca

    El fin de semana pasado tuve competición en Salamanca, y por enésima vez en esta ciudad, después  aproveché para dar un paseo por el centro, esta vez de noche. Os dejo en este post los lugares que, a mi parecer, no podéis perderos de esta ciudad, que al ser pequeña tiene mucho encanto y además en una tarde puedes hacerte una buena idea de ella:

    • Plaza Mayor: muy similar a la de Madrid, pero a mí me gusta más, ya que a diferencia de la de la capital, esta está casi siempre libre de casetas y se puede admirar toda la plaza por sus cuatro paredes llenas de ventanales.

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    • Catedral de Salamanca: típica visita que todo el mundo hace porque tiene un secreto… en la fachada de la puerta principal hay algo escondido que no debería estar ahí… un astronauta!!
    • Huerto de Calixto y Melibea: es un jardín que me parece que es precioso y tiene mucho encanto y mucha magia. Siempre que vengo a Salamanca no falta un ratito de relax entre sus rosales, que siempre están preciosos.
    • Portada de la Universidad de Salamanca: esta universidad lleva impartiendo clase ininterrumpidamente desde nada menos que el año 1218! Y esta de aquí abajo es la que era la puerta principal. Puedes pasar todo el tiempo que quieras observando las figuras porque ya ves que son muchísimas, y además esconde otro reto… Si quieres tener buenos resultados en los estudios, dicen, deberás encontrar una rana en alguna parte del mural! A mi parecer es muy complicado porque es inmenso, y además con el paso del tiempo la ranita ha ido perdiendo forma y puede que no te des cuenta de lo que es si no te lo dicen.

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    • Casa de las conchas: es una biblioteca, y por fuera podéis ver que su fachada está llena de conchas. Si quieres sabes cuántas hay, debes contar de una en una 😉

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    Estoy segura de que me dejo muchos sitios, pero estos son los mejores para mí. Dejadme en los comentarios qué lugares añadiríais a este post!

    Trier y Castillo de Eltz (Alemania)

    Visitamos esta ciudad, en español llamada Tréveris, porque está a pocos kilómetros de Luxemburgo, donde nos alojábamos (1 hora en coche). Lo que sí está algo más lejos (2 horas desde Luxemburgo y 1 hora desde Trier) es el Castillo del Eltz, pero si andáis por la zona os lo recomiendo 100% y confirmo que merece la pena el viaje, porque es precioso.

    De Trier podemos decir lo mismo que de Luxemburgo Ciudad: es una ciudad bonita para pasear y disfrutar de sus calles. Según cuentan, es la ciudad más antigua de Alemania, fue fundada por los romanos en el año 12 a.C. y de hecho aún conserva estructuras de la época. Otro dato curioso es que es la ciudad natal de Karl Marx, donde se puede visitar su casa y un museo (actualmente, hasta junio de 2018, la casa está cerrada por reformas).

    Aquí alguna de las fotos que hice en la tarde que pasamos allí:

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    Previamente, por la mañana, visitamos el Castillo de Eltz: un castillo de película de Disney! Actualmente pertenece a tres familias y dos de ellas tienen abiertas sus zonas al público. Es gratis entrar, exceptuando la iglesia y algún museo más. Os dejo una de las muchas fotos que tomamos, pero no hace nada de justicia porque la luz aquel día no era muy buena y además estaba a contraluz. Por no decir que, una de las fachadas del castillo estaba en obras (parece que las obras me persiguen…).

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    26 cosas que hacer en Praga

    Praga, capital de la República Checa, una ciudad Patrimonio de la Humanidad en pleno centro de Europa que ha sido testigo de infinidad de acontecimientos a lo largo de la historia, y si miras con ojos atentos puedes apreciar muchos de ellos en su suelo adoquinado y calles estrechas. Una visita de 5 días ha sido suficiente para enamorarme de este lugar, y estas son 26 cosas que no puedes dejar de hacer aquí:

    1. Hacer el Free Tour por el centro de la ciudad: lo hay en español, de hecho hay varias empresas que lo hacen. Es gratuito (sólo debes pagar la voluntad) y hace un recorrido por los lugares más representativos de Praga. Es una buena opción para hacer nada más llegar, porque de esta forma descubres qué lugares puedes visitar y su historia, y cuando termines puedes elegir qué visitar más a fondo.
    2. Visitar las numerosas torres que defendían la ciudad: la Torre de la Pólvora, las torres del Puente de Carlos… A todas ellas se puede subir y ver las vistas, pero para mí las mejores son desde la torre del ayuntamiento (ver el número 20).
    3. Sorprenderse con el funcionamiento del reloj astronómico: si hacéis el Free Tour os lo explicarán, ya que es un pelón complicado, pero es una pasada. No sólo da la hora, sino también la fecha, las horas de sol y las fases de la luna. En él están representadas las funciones que debía hacer un campesino cada mes del año, de esta forma los analfabetos (que eran la mayoría) eran capaces de saber en qué mes se encontraban y qué les tocaba hacer en cada momento. Nota: no hay foto porque el reloj lleva meses en restauración, y en consecuencia, cubierto por andamios. Si pensáis viajar a Praga antes de junio de 2018, sabed que hasta dicho mes no lo destaparán. Vaya chasco nos llevamos!
    4. Comer una salchicha checa y un trdelnik en la plaza de la Ciudad Vieja: casi siempre tienen cualquier excusa y está llena de puestecillos que venden comida. El dulce típico por excelencia es el Trdelnik (una especie de rollito con azúcar por encima que puedes tomar sólo o con más ingredientes en su interior – para mí el mejor, sin nada). Puedes encontrar este tipo de dulce en cualquier parte de la ciudad y siempre verás a alguien con uno en la mano cada pocos metros.
    5. Visitar la iglesia de Tyn: en la plaza de la Ciudad Vieja, tiene una pasada de fachada que está rodeada por casas, construidas posteriormente a la iglesia y cuya explicación es que querían protegerla. Gracias a esto nada más que se pueden ver las torres y la parte superior.IMG_4204
    6. Hacer un tour por el barrio judío: numerosas sinagogas, para mí la mejor es la Sinagoga Española (llamada así por tener una decoración de estilo morisco) es preciosa por dentro y además tiene una exposición sobre la vida de los judíos en los últimos siglos. La Sinagoga Pinkas es muy impactante porque en sus paredes se pueden leer los más de 77.000 nombres de judíos checos asesinados durante la II Guerra Mundial. Tampoco puedes dejar de ver el cementerio judío, cuyas tumbas se apilan unas encima de otras ya que no les dejaban ser enterrados en otra parte de la ciudad y tuvieron que empezar a echar tierra encima para hacer pisos. Las lápidas están medio caídas y superpuestas debido al movimiento de la tierra, y se estima que hay unas 12.000 lápidas… y 100.000 cuerpos. Si te fijas, encontrarás la tumba de Franz Kafka.         IMG_4378
    7. Pasear por las colinas del parque Riegrovy y tomar una cerveza en alguna de sus praderas: desde este parque hay unas buenas vistas de la ciudad desde el lado contrario al castillo y si vas con buen tiempo, es muy agradable recostarse en la hierba y relajarse después de un día pateando la ciudad.BB5C1DD5-639C-4820-A0AD-7C03AD26B3B1
    8. Visitar el Clementinum, un complejo religioso donde se alojaron los Clementinos con el objetivo de catolizar el país. Es enorme y se encuentra en pleno centro de la ciudad. Desde fuera no se aprecia, parecen simples edificios, es por dentro donde está lo interesante.
    9. Cruzar el Puente de Carlos y subir a alguna de sus torres para ver una panorámica de la Ciudad Vieja.IMG_4235
    10. Esperar a que el semáforo de la calle más estrecha del mundo se ponga en verde: tiene semáforos para los peatones, porque no caben dos personas a la vez. Realmente es un reclamo turístico, ya que es una calle cortada, al final de ella hay una platica enana que es la entrada a un restaurante, pero es curiosa cuanto menos.BA22D605-861F-466B-B8E8-5E209AE4B13B
    11. Intentar leer alguna pintada de las miles que hay en el muro de John Lennon:  durante el comunismo, este cantante, al igual que muchos otros, estaban prohibidos en la República Checa y los países del bloque comunista. Aún así, los jóvenes lo escuchaban en la clandestinidad, y para ellos era un símbolo de libertad, así que empezaron a pintar fragmentos de sus canciones en este muro como reclamo a esa libertad que no tenían. A día de hoy todas estas pintadas están tapadas por algunas más actuales. La gente sigue pintando en el y en mi opinión ha perdido la esencia de lo que fue en su día, pero no deja de ser curioso y digno de visitar.IMG_4269
    12. Alucinar con los movimientos de la cabeza de Kafka: existe un monumento hecho de material metálico, muy cerca de la plaza de Wenzeslao. Es una cabeza, concretamente la de Kafka, y esta dividida en varias secciones horizontales que se mueven creando patrones. Es bastante curioso y entretenido de observar durante unos minutos, tan estrafalaria como lo fue este autor de nacionalidad checa.IMG_4261
    13. Caminar por la Plaza de Wenzeslao y visitar el Museo Nacional.
    14. Esperar a que el tren te traiga una cerveza en el bar Vytopna, en la Plaza Wenzeslao: como bien dicen, es el único bar donde los camareros son trenes… No voy a poner fotos para que lo descubráis por vosotros mismos! No es caro en absoluto y también se puede cenar bastante bien.
    15. Ver el cambio de guardia en el Castillo de Praga: el castillo es un must-see, aunque en mi opinión está bastante masificado ya que todo el mundo va a visitarlo con guías, así que está lleno de grupos bastante grandes. El recinto del castillo es enorme, de hecho dentro de él hay una catedral inmensa, la Catedral de San Vito. No os imaginéis un castillo de piedra y almenas, sino que es más parecido a un gran palacio.IMG_4292
    16. Disfrutar de una comida con vistas a Praga en el Restaurante Lobkowicz Palace Café, dentro del recinto del castillo. Tienen comida muy rica y además es muy asequible de precio.IMG_4300
    17. Dar un paseo por el parque Petrin (junto al castillo) y subir al mirador de la torre Petrin, desde donde encontrarás las vistas más altas de la ciudad.IMG_4309
    18. Bajar de la zona del castillo a la zona del río en el funicular, que se coge justo al lado de la torre de Petrin.
    19. Alucinar con la forma de la Casa Danzante, un edificio moderno digno de visitar debido a su extraña arquitectura. Según los entendidos, no sólo es original y curioso, sino que es una edificación extremadamente difícil de sostener en pie.IMG_4318
    20. Subir a la Torre del Ayuntamiento (junto al reloj astronómico) para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, con la plaza de la Ciudad Vieja justo a nuestros pies.IMG_4360
    21. Disfrutar de uno de los numerosos conciertos que se dan en las iglesias de la ciudad, algunos gratuitos y otros de pago: la República Checa es un país laico (el 70% de sus habitantes es agnóstico) por lo que el Estado ha decretado que las numerosísimas iglesias que hay por todo el país, deben ofrecer conciertos y otras actividades culturales además de hacer misa, de esta forma cualquier persona puede beneficiarse de estos edificios.
    22. Tomar una (o unas cuantas) cerveza negra en el bar más antiguo que probablemente hayas estado nunca: el U Fleku. Fundando en el año 1499, es famoso por ser la cervecería más antigua de Praga. Nada más entrar te sirven una jarra sin preguntar, y además se come comida típica checa muy rica, a un precio muy asequible.
    23. Hacer un paseo turístico en barco por el río Moldava, donde una guía te va explicando los diferentes edificios por los que pasas y explicando algo de su historia. También los hay con opción a cena, cena y concierto o comida.
    24. Subir a lo alto del parque Letenske a observar el Metrónomo: un monumento en honor al paso del tiempo, y también al paso de los regímenes por esta región céntrica que se ha visto involucrada en tantos conflictos a lo largo de su historia.IMG_4368
    25. Tomar una sopa de Goulash metida dentro de una hogaza de pan. Perfecto para cuando hace frío (y cuando tienes hambre!).IMG_4374
    26. Y para terminar y llevarse algún recuerdo, comprar unos cuantos souvenirs más baratos que en el resto de la ciudad, en la calle Havelska.

    29 de marzo: Parc Natural del Montgó y Barranc de L’Infern (Alicante)

    Ayer por fin abandonamos la locura de Benidorm y desde anoche estamos alojados en Les Marines, un complejo de urbanizaciones junto a Denia. Es una zona bastante tranquila, aunque en verano seguro que es otro cantar, ya que aquí cabe mucha más gente de la que hay ahora.

    Hoy, por ser jueves, teníamos el día libre de entrenamientos, así que aprovechamos para hacer senderismo por varias zonas:

    Por la mañana estuvimos en el Parque Natural del Montgó, junto a Denia (las casas del propio pueblo llegan hasta el pie de la montaña). Hay varias rutas para hacer, desde los 5km hasta los 14km, y las hay lineales y circulares. En la entrada del parque (junto a la Ermita Padre Pere) están explicados los diferentes recorridos. Ojo porque si es lineal, la distancia indicada es sólo ida. Nosotros elegimos el 3, de 5,5km circulares que pasaba por  La Cova de L’Aigua. El desnivel es bastante pronunciado, ya que en pocos kilómetros se sube bastante altura. Las vistas de la costa de Denia son muy buenas, aunque personalmente, el que haya tanta edificación hace que pierda su encanto.

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    Vistas de la costa desde la Cova de L’Aigua

    En lo más alto de esta ruta encontramos la Cova de L’Aigua, una cavidad natural en la roca que sirvió a los romanos como fuente de recolección de agua, los cuales construyeron una estructura para su recogida en el año 238 d.C. (hay una inscripción en la entrada) y posteriormente fue utilizada por los íberos y los árabes, y también en los siglos XVI y XVII. No es que sea especialmente bonita (y además varios graciosos se han dedicado a pintar grafitis…) pero tiene mucha historia.

    La bajada se hace por otro lado y la uta finaliza en el mismo punto desde el que partimos.

    Después de comer, cogimos el coche hacia la zona de Vall de L’Aguar, que se compone de varios pueblecitos en la montaña a unos 35 minutos de Denia. Desde Fleix comienza la llamada ruta de los 6000 escalones, que primero desciende hasta el Barranc de L’Infern y sube por la otra ladera. La ruta completa son unos 14 km, y nosotros hicimos «sólo» la bajada hasta el barranco, caminamos un rato por allí y subimos por el mismo sitio. Una ruta bastante exigente físicamente, se suben 300m del desnivel en menos de 1km de caminata, ¡y todo con escaleras de piedra! Hoy nos hemos ganado la cena…

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    Unos cuantos de los infinitos y empinados escalones hacia el barranco

    Pueblos del Norte de Italia: Mantova, Borghetto y Sirmione

    A pesar del frío que nos ha sorprendido estos días, hemos cogido el coche esta mañana desde Milán en dirección Verona. A medio camino, hemos llegado a Mantova (1h30). Un pueblo junto al Río Mincio con varias construcciones medievales en él.

    He aquí lo que podéis visitar, más unas cuantas fotos:

    Piazza delle Erbe

    Piazza Sordello

    Castelo di San Giorgio

    Siguiente parada: un pequeñísimo pueblo a media hora de Mantova, llamado Borghetto. También predominan las construcciones medievales, y a sus afueras se puede hacer una caminata hasta el castillo medieval.

    El castillo medieval visto desde el pueblo

    Por último, hicimos parada para ver la puesta de sol en Sirmione: de los tres, mi favorito. También una ciudad medieval cuyo castillo es impresionante y si paseas por sus calles no parece que haya pasado el tiempo (excepto por las tiendas de souvenirs…). Al final de la calle principal hay unas termas al aire libre que tenían muy buena pinta (aunque eran carísimas, por supuesto).