3 de agosto: Isla Bastimentos

(Ver también Lo que necesitas saber si vas a viajar a Costa Rica

Hoy el día ha sido movidito. Es nuestro último día en Panamá y una de las islas que nos quedaban por descubrir era Bastimentos. Hay tours organizados que llevan a los turistas a Red Frog Beach, que es el lugar más famoso de esta isla, pero nosotros queríamos ver más cosas, así que no contratamos ninguno, simplemente cogimos un bote que nos llevaba a Old Bank, el pueblo principal de la isla.

Al llegar, fuimos las dos únicas personas que se bajaron del bote en esa parada, el resto iban a otros destinos. En este pueblo no hay casi turistas a pesar de que hay bastantes hoteles, pero estaba medio vacío, algo que nos chocó bastante.

Caminamos por las calles hasta que dimos con un camino que iba a Wizard Beach, otra de las playas de la isla. El camino empezó a estrecharse y empinarse primero hacia arriba y luego hacia abajo, hasta que unos 30 minutos después llegamos a la playa. De nuevo, completamente vacía a excepción de unos cuantos surfistas en el mar. Estuvimos un rato viendo como surfeaban y después retomamos la caminata, pues la mujer que nos había vendido los billetes hacia Bastimentos nos dijo que se podía llegar de Wizard Beach a Red Frog Beach caminando por la playa… y en qué momento la creímos!

De la playa salía un sendero que iba paralelo al mar en dirección a Red Frog. Empezamos a caminar por él y poco a poco el camino se fue haciendo más y más estrecho, hasta que a veces desaparecía y había que salir a la playa, que en un momento se transformó en rocas. Continuamos alternando entre el supuesto camino y las rocas, hasta que, no sabemos en que momento, el camino desapareció.

Como nos parecía que estábamos cerca de nuestro destino, continuamos abriéndonos paso por las rocas o la selva, según se terciase. Y por fin, después de una hora caminando, vimos la playa de Red Frog a lo lejos! Ya casi estábamos, o eso nos creímos, porque el relieve empezó a complicarse hasta que ya no podíamos ir más por las rocas sin tener que tirarnos al mar, y aparentemente tampoco había ninguna manera de avanzar por la selva. Pero teníamos que llegar, estábamos tan cerca…! Y deshacer el «camino» no era una opción.

Analizando el percal en el que nos habíamos metido

Nos armamos de valor, y utilizando nuestros brazos como machetes y las lianas que encontrábamos como cuerdas para sujetarnos, avanzamos como pudimos entre toda la la vegetación que había (y no cabía un árbol más).

En nuestra ruta hacia Red Frog, liana arriba liana abajo

Cuando ya casiiiii casi estábamos, y justo en el momento en el que en el suelo empezaron a aparecer huellas de jaguar, la espesura de la selva no nos dejo avanzar más. Por suerte, salimos a la zona del mar y encontramos arena, y aunque tuvimos que arrastrarnos porque los árboles eran muy bajos, conseguimos atravesarlos y al fin llegamos a unas rocas. Y después de esas rocas… POR FIN! Esta vez sí, llegamos a la playa de Red Frog! No sabemos cómo, pero no nos cruzamos con ninguna tarántula, ni serpiente, ni nigun otro bicho venenoso. Estamos sanos y salvos y sin más picaduras de las que ya teníamos (que no son pocas), aunque llenos de barro, nosotros, nuestra ropa y nuestras zapatillas.

Ya en Red Frog Beach, sólo nos quedaban fuerzas para pedirnos unos batidos en uno de los chiringuitos y comer nuestra fruta de todos los días.

Y por fin llegamos al oasis…

A propósito, esta playa se llama así porque en ella habitan muchas ranitas rojas, aunque a decir verdad no vimos ni una allí, pero sí las vimos en nuestra aventura por la selva. Aunque lo parezcan, no son venenosas CORRIJO ESTO: sorprendentemente, el lugareño que nos informó estaba totalmente equivocado, estas ranitas tan monas son muy venenosas! No se pueden tocar bajo ningún concepto, ya que si su veneno entra en contacto con los fluidos corporales, hay incluso riesgo de muerte.

Las famosas ranitas rojas. Esta la encontramos en la selva de camino a la playa

La playa es un lugar súper turístico lleno de restaurantes, hoteles y chiringuitos, y al estar en mar abierto, hay muchas olas y corrientes.

Tras descansar y disfrutar de la playa, nos fuimos hacia el embarcadero donde las barcas llegan para dejar y recoger a las «personas normales» que vienen a la playa sin jugarse la vida 😂.

Ay de nosotros cuando le contemos nuestra aventura a Juani…

Y mañana, nos despedimos del Caribe!

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