Garrucha es uno de esos destinos que se transforma absolutamente entre el invierno y en verano. Antaño un pueblo que vivía de la pesca, hoy no son muchos los que permanecen en esta localidad de la costa del levante almeriense.

La historia de Garrucha se remonta a la época fenicia, pero fue durante el periodo romano cuando comenzó a tomar importancia como un puerto de comercio y pesca. A lo largo de los siglos, diferentes culturas, incluyendo árabes y cristianos, dejaron su influencia en la zona.
Durante el siglo XIX, Garrucha experimentó un crecimiento significativo gracias al desarrollo de la minería en la cercana Sierra de Almagrera. La actividad minera atrajo a trabajadores de diferentes partes de España, lo que contribuyó al aumento de la población y al desarrollo económico de la región.
En el siglo XX, Garrucha se consolidó como un importante puerto pesquero, con una flota activa y una industria pesquera próspera. El sector pesquero sigue siendo una parte integral de la economía local hasta el día de hoy.

Pero lo que realmente aporta la importancia a Garrucha hoy es su puerto, desde el que salen enormes barcos que llegan y vienen de países del norte de Europa y otras partes del mundo, para transportar yeso proveniente de las cercanas Cuevas de Sorbas. De hecho, estos barcos son una seña de identidad en el horizonte de las playas de Vera y Garrucha, pues siempre hay varios esperando su turno para atracar en el puerto.

¿Sabías qué?
Garrucha es famosa por su Concurso Nacional de Saltos de Obstáculos, un evento ecuestre que se celebra cada año en el mes de agosto. El concurso atrae a jinetes y aficionados de todo el país, convirtiendo a Garrucha en un punto de encuentro para los amantes de la hípica y una oportunidad para disfrutar de un espectáculo deportivo único en un entorno costero.
¿Necesitas alquilar un coche? Busca la mejor opción aquí 👈
¿Necesitas un seguro médico de viaje? Contrátalo con descuento en IATI aquí 👈