Consejos para hacer una ruta por Grecia

Durante los últimos 15 días os he ido contando mis andaduras por el país heleno: he hecho una ruta, principalmente por la Grecia continental, además de dos islas.

El Partenón, en la Acrópilis de Atenas

Si estáis planificando un circuito, probablemente os esté pasando lo que me pasó a mí en su momento: viajar a Grecia es como decir que viajar a España: ¿qué visitar? ¿qué ruta seguir? ¿cómo desplazarse? ¿qué dejar de ver? Está claro que depende de cuántos días vayáis, pero obviamente hay que dejar lugares de lado para no morir en el intento o pasar las vacaciones metidos en el transporte.

Qué ruta seguir

Una vez analizado a fondo el mapa de Grecia y las posibilidades de desplazamiento, creo que hay varios viajes totalmente diferentes que se pueden hacer:

  • Islas griegas – una de las rutas más típicas y famosas es ir a las islas Cícladas. Aunque se conocen como islas griegas en general, éstas son solo uno de los archipiélagos del país. Están también las islas jónicas y las del Dodecaneso, entre otras. En las Cícladas, las más cercanas a Atenas, se encuentran Santorini, Mykonos y otras islas menores. Creo que este es un viaje en sí, al que se le podría añadir Atenas dependiendo de los días, pero que para hacer de paso no compensa. Santorini, por ejemplo, se encuentra a 6 horas en ferry de Atenas y el precio por el ticket de ida y vuelta es de 100€. Esta zona tiene demasiado encanto como para ir con prisas y por eso considero que hay que reservar un viaje entero para ellas.
  • Grecia continental – la ruta que llaman clásica, porque los lugares más míticos del mundo antiguo se encuentran aquí. Se puede partir de Atenas en coche, recorrer la península del Peloponeso, subir al norte hasta Tesalónica y después volver a Atenas pasando por Meteora y Delfos, cerrando el círculo.
  • Creta – una isla enorme y con bastante que ver, por no hablar de lo lejos que se encuentra del continente, es en sí misma un viaje único.
  • Rodas y las islas del Dodecaneso – también se encuentran bastante lejos del continente, de hecho están bastante cerca de Turquía.
Acantilados del cabo Drastis en el norte de Corfú

Si bien claramente hay mil combinaciones, podéis optar por elegir, por ejemplo, la ruta continental y visitar alguna isla como extra, que de hecho es lo que hicimos nosotros. A continuación os enseño cuál fue exactamente nuestra ruta, que aunque creo que fue muy buena elección, ahora a posteriori cambiaria algunas cosas, que dejaré también aquí reflejadas por si os sirven.

Nuestra ruta por Grecia

La que nosotros elegimos finalmente fue la vista a la Grecia continental. No somos muy de tirarnos en la playa, y teníamos muchas ganas de ir a ciertos lugares de la Grecia Antigua porque nos gusta la historia y además somos deportistas. Pero no hicimos la ruta tradicional, sino que elegimos dos de las islas jónicas para visitar también. Os cuento las paradas y después los pros y los contras:

  1. Atenas. Volamos a Atenas desde Madrid, y estuvimos 1 día completo más medio día, suficiente para ver lo importante.
  2. Corinto – Epidauro – Micenas – Esparta. Cuatro lugares que son demasiado pequeños como para pasar un día entero pero que merece la pena visitar. En el orden en el que os lo he puesto se pasa saliendo de Atenas, así que podéis ir haciendo paradas. Nosotros la noche la hicimos en la última parada – Esparta, donde pasamos todo el día siguiente.
  3. Olimpia. Visita obligada, en un día se puede ver todo.
  4. Zante. Elegimos esta isla jónica porque el puerto de Killini está a 1 hora de Olimpia, y desde allí sale el ferry a Zante (podéis buscar Ferrys y precios en esta página)
  5. Delfos – TermópilasMeteora. En el camino de Zante a Meteora (el único de todos los que hicimos que duraba más de 4 horas) eligiendo la ruta sin peajes, se pasa muy cerca de Delfos, así que es una parada ideal e imprescindible. Tras emprender el camino desde Delfos, pasamos directamente por las Termópilas, donde no hay más que un monumento pero está justo en el camino. Hicimos noche en Meteora y en el día siguiente visitamos los famosos monasterios.
  6. Corfú. La más importante de las islas jónicas. Desde aquí volvía nuestro vuelo a Madrid, y pasamos aquí los últimos 3 días.
Teatro griego de Epidauro

Ahora bien…

Pros

Contras

  • Que los vuelos de ida y de vuelta sean desde ciudades diferentes es un contra muy grande a evitar si quieres hacer un viaje económico. La manera de hacer esta ruta de forma eficiente es alquilando un coche, y la tasa extra por devolver el coche en una ciudad diferente a la de origen supera los 300€. A esto hay que sumarle que las compañías locales, que son las más baratas, no tienen este servicio, y por lo tanto hay que alquilar el coche en una multinacional (AVIS, Europcar, Sixt o Hertz), lo cual es mucho más caro. Así que la “broma” del coche puede salir muy muy cara. Nosotros al comprobarlo allí mismo en Atenas, alquilamos el coche a tramos, y en todos los días de las islas no lo tuvimos, y aún así nos salió un total de 6 días de coche por 800€ aprox., una pasada.
  • Habiendo hecho ya esta ruta, cambiaría la isla de Corfú por otro destino, ya que aunque me gustó, fue lo que menos, y la verdad es que me decepcionó un poco; no es para nada la típica isla griega que uno espera (puedes leer aquí la realidad de Corfú). En su lugar me habría alojado directamente en Paxos (una isla cercana) o habría visitado Tesalónica en el norte del continente, o Lefkada, una isla cerca de Zante a la que se puede llegar cruzando un puente, lo que la hace más cómoda.
Navagio Beach en Zante

Datos y consejos útiles

  • La moneda utilizada en Grecia es el euro.
  • El nivel de vida es bastante más bajo que en España, y en consecuencia todo es bastante más barato. Sin buscar demasiado puedes encontrar restaurantes de carta en los que comer por menos de 15€ por persona en plena zona turística de cualquier ciudad.
  • Para saber la calidad y si un restaurante es barato o caro, una buena referencia es mirar el perfil de la mousaka: si cuesta más de 8-9€, es caro. Si cuesta menos de 7€, igual es que no es muy bueno.
  • El plato nacional por excelencia es el souvlaki, que hay que pedirlo diciendo “pita”. Se trata de un pan de pita enrollado con carne, tomate, cebolla, patatas fritas y salsa tzatziki. Da igual el restaurante al que vayas, es tan “sagrado” para los griegos que siempre cuesta entre 2 y 3€, nunca más. Si veis que cuesta más, seguramente sea una zona turística y os estén intentando timar.
  • Alojarse también es barato: si bien hay que leer atentamente las opiniones de otros viajeros en los buscadores, porque algunos hoteles están en condiciones regulares, nosotros dormimos por 25€ o menos por persona y noche en habitaciones privadas siempre, y en muchas ocasiones con cocina incluida. En los posts de cada uno de los días tenéis los hoteles detallados.
  • La mejor forma de desplazarse, como ya he comentado, es alquilando un coche, y lo ideal es alquilarlo en compañías locales, mucho más baratas. En Atenas hay una calle llamada Syggirou, junto al Arco de Adriano, repleta de ellas, es el lugar perfecto para ir a preguntar y alquilarlo en el momento.
  • Para desplazarse entre islas y hacia ellas, lo mejor es buscar en algún comparador de Ferrys, es lo más sencillo y te aseguras el mejor precio (esta es la web de Ferryscanner)
  • Para moverse dentro de las islas, por contra, lo mejor es alquilar una moto. En Grecia, al contrario que en España y otros países, el carnet de conducir coche no sirve para conducir motos de 125cc, así que si no tenéis el carnet específico de moto tendréis que conformaros con una de 50cc. Nosotros así hicimos y nos valió.
  • La entrada a todos los monumentos y museos es de pago. No recuerdo ningún sitio emblemático que fuese gratis, y además creo que los precios son bastante altos (entrar a la Acrópolis, por ejemplo, son 20€). Si sois estudiantes universitarios, presentando el carnet, todos los lugares son gratuitos, así que no olvidéis vuestro carnet si lo sois, nosotros ahorramos más de 100€ en entradas.
  • El transporte público, aunque lo probamos poco, no es demasiado bueno ni frecuente. En Zante un autobús que tenía que pasar, no pasó (no es que llegase tarde, sino que directamente no pasó, de hecho nos devolvieron el dinero del taxi que tuvimos que coger cuando reclamamos en la estación de autobuses). También estudiamos la posibilidad de movernos en transporte público cuando vimos lo caro que era el coche, y lo vimos muy complicado, cosa que nos corroboraron los lugareños. Y en último lugar, el “metro” del aeropuerto a Atenas costaba 7€ y pasaba cada 30 minutos…
  • En cuanto al clima, en Grecia hace bastante calor, lo compararía con Andalucía en España. Por ello, creo que es más recomendable viajar allí fuera del verano, en octubre o en mayo, por ejemplo.
Estadio Panathinaikó en Atenas

Nuestro viaje detallado día a día

Día 1: Madrid – Atenas

Día 2: Atenas

Día 3: Atenas – Epidauro – Nauplia – Esparta

Día 4: Esparta, Mystras y Gythio

Día 5: Esparta – Cascadas de Polylimnio – Olimpia

Día 6: Olimpia

Día 7: Olimpia – Zante

Días 8 y 9: Zante

Día 10: Zante – Delfos – Termópilas – Meteora

Día 11: Meteora – Igoumenitsa

Día 12: Igoumenitsa – Corfú

Día 13: Corfú

Día 14: Corfú

Día 15: Corfú – Madrid

Meteora

Espero que estos consejos y ruta propuesta os sean de utilidad, y también que disfrutéis de Grecia tantísimo como yo lo hice, uno de los mejores viajes que he hecho nunca, y sin duda el más enriquecedor.

EXTRA: Si sois de los que, como a mí, os gusta leer, recomiendo haceros con un libro llamado «Los Griegos» de Isaac Asimov. Es un repaso rápido a la historia completa de Grecia en tan solo 380 páginas. Se para mucho más en la época dorada de la Grecia Antigua, que es la más interesante y donde se originó lo que hace el mundo tal y como es hoy, pero en los últimos capítulos tambien habla de la historia más reciente y casi hasta nuestros días. 100% recomendable, me encantó y aprendí muchísimo, y me parece todo un lujo leer sobre acontecimientos ocurridos en determinados lugares, mientras estoy pisando el suelo ded ese lugar concreto. ¡Mágico!

Templo de Niké en la Acrópolis de Atenas

1 de agosto: Corfú – Madrid

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Llegó el último día. Por suerte, nuestro vuelo salía a las 12 de la noche, así que tuvimos el día completo para terminar de descubrir Corfú.

Esta vez nos alejamos de las playas, cogimos la moto y nos dedicamos a ir de un lado a otro y acabar en la ciudad, para comer, devolver la moto y hacer las últimas compras.

La moto la alquilamos en Atlantis Motos, junto al puerto, y aunque es un poco marronera, la recomiendo porque el dueño es muy amable y nos ayudó en todo. Nos costó 20€/día (una de 50cc porque como os conté, el carnet de coche no vale para motos de 125cc). La moto iba bastante bien aunque era algo vieja.

Pelekas

Este pequeño pueblo junto al que nos alojábamos tiene, a pesar de su reducido tamaño, mucho ambiente. En la calle principal hay muchos restaurantes tradicionales, nosotros comimos varios días en Pelekas Grill, riquísimo y muy económico.

En lo alto del pueblo hay unos restos de muralla llamados Kaiser’s Throne, nombre que recibe porque el Káiser Guillermo II tomó la isla de Corfú como su lugar de vacaciones y más concretamente este lugar, desde donde se ve toda la isla y también una puesta de sol sobre el mar preciosa.

Paleokastritsa

Una pena no haber dado con este lugar antes, que aunque bastante masificado, tiene una de las aguas más bonitas que he visto nunca. Es un pueblo totalmente turístico y tiene varias calas diferentes, todas ellas preciosas.

En una de sus zonas más altas en un acantilado junto al mar, hay un monasterio. Entrar es gratis, pero las buenas vistas están sobre todo desde su entrada.

El monasterio fue fundado en 1225, aunque el edificio que hoy se puede visitar es otomano. Dentro hay también un pequeñísimo museo con vestimentas antiguas, libros sagrados y curiosamente también una urna con huesos de ballena y una ostra gigante. No hay carteles informativos por ninguna parte así que no sé cuál es el motivo de que esto esté aquí.

Kanoni

El aeropuerto de Corfú es tan pequeño y doméstico que se encuentra a tan solo 1,5km del mismo casco antiguo. Esto provoca que se puedan ver perfectamente la pista y los aviones despegar y aterrizar desde las proximidades.

Uno de los puntos más conocidos para esto es la zona llamada Kanoni, desde donde las vistas son espectaculares y hay también un par de cafeterías. La pena es que no es un aeropuerto muy transitado y hay que esperar un rato entre avión y avión, pero fue toda una experiencia.

En la parte de abajo hay un puente mucho más cerca aún de la pista de aterrizaje, desde donde también es muy imponente ver los aviones, pero al ser al mismo nivel que ésta, no se ve tan bien.

Vlacherna Monastery

En este mismo lugar se divisa también este monasterio, en una pequeña isla, que de hecho la ocupa toda. Fue construido en 1685 y era originalmente de mujeres.

Detrás de él, un poco más lejos, se ve la conocida isla del ratón, o Pontikonisi, que es también una vista bastante conocida de Corfú. En ella hay también un monasterio.

Después de visitar todos estos lugares, volvimos al casco antiguo, paseamos por él una última vez, compramos algunos recuerdos, últimos dulces y último souvlaki… ¡y fin!

Cuando elegimos Grecia como destino de este año fue un poco de casualidad y a última hora. No imaginé que podría resultar en el pedazo dd viaje que ha sido: el país de los mil escenarios, los lugares épicos y la historia en cada esquina. Uno de los mejores que he hecho hasta ahora, y en el que más he aprendido sin duda.

En los próximos días escribiré un último post sobre Grecia, con información y consejos útiles por si tenéis pensado hacerle una visita próximamente.

29 de julio: Igoumenitsa – Corfú

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Último desplazamiento de nuestro viaje, llegamos a nuestro destino final: la isla de Corfú, capital de las Jónicas.

Hemos dormido en Igoumenitsa, la ciudad costera continental desde donde salen un montón de ferries a muchos lugares diferentes, y también hacia Corfú. Ha sido muy sencillo, pues los horarios y precios se pueden consultar en la web de Ferryscanner, y el ticket se compra en el mismo puerto hasta pocos minutos antes de la salida. Hemos tardado 1h45, pero el llegar a nuestro alojamiento se ha complicado bastante una vez en la isla: los autobuses de línea pasan cada muuuuuucho tiempo, en el caso del que necesitabamos coger, cada 2 horas, así que nos ha tocado hacer tiempo por Corfú Town.

Al llegar a Pelekas, el pueblo donde se encuentra nuestro apartamento, ha sido gracioso. El bus nos ha dejado a la entrada, y resulta que Pelekas pueblo está en lo alto de una colina, y la playa está, obviamente, abajo. Hemos tenido que bajar 1km caminando por una carretera que bien podríamos haber bajado rodando, ¡y todo con maletas! Definitivamente confirmo que a la playa de Pelekas NO es viable venir sin transporte privado (no hay nignún transporte público que baje hasta ella).

Una vez instalados, hemos subido ese cuestón otra vez, hemos cogido el bus otra vez, y la misión era alquilar una moto en Corfú (a diferencia de Zante, no hay agencias de alquiler en casi ningún sitio salvo en los grandes núcleos urbanos). Finalmente hemos alquilado una de 50cc en Atlantis. A diferencia de España, el carnet de tipo B (coche) no sirve para conducir motos de 125cc, así que nos tenemos que conformar con el cacharrillo.

Y ahora sí, ¡listos para comenzar a descubrir Corfú!

Casco antiguo de Corfú

Nos ha dejado bastante impresionados. Parece que está como escondido, desde luego no daba la sensación de que hubiese un lugar con tanto ambiente y tan grande en esta ciudad. Son calles estrechas y casas antiguas con mucho encanto, y el turismo se ha apoderado de ellas: restaurantes, tiendas, bares… y gente por todas partes. El verano da un ambientazo que mola mucho.

Fortaleza Antigua

Protege el casco antiguo por un lado, mientras que por el otro lo hace la Fortaleza Nueva. Se encuentra en un saliente del mar, y es que Corfú siempre ha sido un lugar estratégico por estar a la entrada del Mar Adriático y por utilizarse como un puente entre Oriente y Occidente. La ciudad fue fundada en el siglo VIII a.C., aunque los fuertes son de diseño veneciano. La República Veneciana dominó la isla desde el siglo XV en su lucha contra el Imperio Otomano.

Merece la pena visitar esta fortaleza, pues es posible subir a lo más alto, desde donde se ven unas muy buenas vistas de la ciudad, del mar y de la costa de Albania, y además hay una iglesia, la de San Jorge, que tiene forma de templo griego y es digna de ver, porque aunque es artificial (y encima profesa una religión diferente a los templos de verdad), es el único que hemos podido ver 100% construido, ¡nos ha hecho hasta ilusión!

El día ha terminado con una rica cena (para variar), y hemos probado un dulce típico de esta isla, llamado Diples: una masa de hojaldre fina y crujiente con semillas de sésamo y miel. Parecía que pesaba poco, pero, ¡vaya bomba! Aún así, estaba muy rico.

Alojamiento: Villa Takis (46€/habitación doble/noche) – a pesar de lo aislada que está (que si se viene en vehículo privado deja de ser un problema porque está a sólo 10km de Corfú Town), nos encanta. Es una casita en lo alto de una colina con unas vistas ideales, terraza con hamacas, balcón con mesa para comer, cocina pequeña y todos los muebles están súper nuevos. El dueño es muy amable y siempre está dispuesto a ayudarnos en todo, así que lo recomiendo al 100%

28 de julio: Meteora

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

¡Vaya viaje! Cada día que pasa nos parece increíble y cada día siguiente lo supera, especialmente hablando de los lugares que visitamos. Grecia es un país súper variado, (algo parecido a lo que pasa con España aunque aquí el calor infernal está por todas partes), así que es imposible cansarse, si es que eso es posible cuando uno está de vacaciones.

Anoche llegamos con éxito a Meteora y esta mañana después de comprar provisiones para la comida, nos hemos puesto las deportivas y la mochila y nos hemos adentrado en las montañas.

Meteora es una zona caracterizada por unas formaciones rocosas muy peculiares hechas de conglomerado y arenisca, enormes pedruscos, algunos de más de 300 metros de altura, que parecen caídos del cielo. Y es que efectivamente, la palabra meteoras significa «caído del cielo» en griego. Más especial la hacen aún el hecho de que haya construidos allí, en lo más alto, varios monasterios.

El pueblo de Kastraki, a los pies de Meteora

En ellos se practica la religión cristiana ortodoxa y su origen se remonta al siglo XI, cuando unos cuantos monjes hermitaños se trasladaron a las cuevas de estas rocas porque «querían vivir retirados y más cerca de Dios». Tres siglos más tarde fueron construidos los primeros monasterios. El primero fue fundado por Atanasio, que como los demás, huía de los turcos, y lo llamó Gran Meteoro, monasterio que dio nombre a toda la zona que ahora llamamos Meteora.

Monasterio del Gran Meteoro

Fue seguido por otras muchas comunidades y en el siglo XV llegó a haber 24 monasterios ocupando los peñascos, aunque sólo el de Varlaam ha estado habitado desde su construcción hasta hoy mismo, y hoy no quedan muchos en pie. Parte de culpa la tuvieron los alemanes de la Segunda Guerra Mundial, que destruyeron la mayoría de ellos porque la resistencia griega se refugió aquí.

Actualmente, según lo que se puede leer en internet, hay sólo 6 en uso, 4 para hombres y 2 para mujeres: San Nicolás, San Esteban, Santísima Trinidad, Gran Meteoro, Roussanou y Varlaam, pero en nuestra caminata encontramos uno que no aparece y por el que no pasa la carretera: el Monasterio de Ypapanti. Otra de las cosas buenas que tiene dejarse de tanto coche y utilizar los pies 🙂

Monasterio de Ypapanti

Todos estos monasterios se pueden visitar en horario de mañana (todos cierran entre las 14 y las 16h) y la entrada vale 3€ en cada uno. No se puede entrar vistiendo pantalones cortos, pero en la entrada dejan unas faldas por si no cumplís esta condición, como fue mi caso, y tampoco con los hombros descubiertos.

¿Cómo visitarlos?

El pueblo grande más cercano es Kalambaka, pero hay uno mucho más pequeño y más cerca, que tiene básicamente todo hoteles. Se llama Kastraki, es donde nosotros nos alojábamos y no hemos tenido ni que coger el coche para empezar la ruta, por no hablar de las impresionantes vistas que tenía nuestra habitación.

Las vistas desde nuestro hotel

Para la visita, la opción fácil es coger el coche/moto y hacer una ruta sobre ruedas por una carretera de unos 10km que discurre entre los peñascos, e ir parando en los diversos miradores y monasterios.

La segunda opción y la que creo que es mejor es hacer una ruta a pie. Se puede hacer de varias distancias (en los hoteles tienen mapas) y, en mi opinión, es una manera muchísimo mejor de disfrutar de la magia de este lugar. Admirar los monasterios desde abajo del todo es imprescindible para darse cuenta de lo verdaderamente altos que están, y además, avanzar más despacio permite apreciar todos los detalles y admirar mucho más el increíble entorno.

Nosotros hemos hecho una caminata de 10km circular que comienza subiendo directamente por una roca (no os asustéis, es un camino marcado), rodeando los monasteios por detrás, pasando por un bosque de robles y apareciendo después en Ypapanti. Desde allí mismo se ve la estatua de Thymios Vlachavas.

Thymios Vlachavas

El camino continua (siempre está marcado por flechas rojas) y llegamos al Gran Meteoro, el primer lugar donde nos encontramos con gente, porque en los 5km anteriores no nos hemos cruzado con nadie. El elegido para entrar ha sido el Varlaam, muy cerca del Gran Meteoro.

Interior del Monasterio de Varlaam

Después de la visita (recomiendo entrar al menos a uno o dos para saber cómo son por dentro) y de muuuchas fotos, hemos emprendido la vuelta, dejando el monasterio que habíamos visitado a la derecha, y en un camino casi recto y descendiente, nos hemos plantado en el pueblo antes de que nos diésemos cuenta.

Monasterio de Roussanou

Desde luego un lugar muy especial y único, nunca había visto nada igual, y que nadie que venga a la Grecia Continental debería perderse.

Esta es la ruta que hemos hecho, que es de las más típicas (entre la poca gente que hace Meteora andando), así que os podrán informar bien en vuestro hotel. El pueblo que se ve abajo a la izquierda es Kastraki.

Con esto cerramos nuestro 11º día, a poquito de terminar nuestro súper bien aprovechado viaje y de camino a la próxima parada: esta noche dormimos en Igoumenitsa, para mañana coger un ferry hacia la isla de Corfú.

Alojamiento en Meteora: Spartacus House (40€/habitación doble/noche) – totalmente recomendable, en muy buen estado recién reformado, nada que objetarle, terraza amplia en la habitación y unas vistas que quitan el aliento. ¡Así da gusto despertarse!

27 de julio: Delfos y Termópilas

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

Hoy hemos amanecido con total incertidumbre. Nuestra estancia en Zante terminaba y el siguiente destino era (es) Meteora. Pero no teníamos ni idea de cómo llegar hasta allí. El coche que alquilamos en Atenas lo devolvimos el día que llegamos a Zante porque era carísimo y no lo íbamos a amortizar, y teníamos la opción de alquilar de nuevo un coche (pagando el consecuente suplemento de devolverlo en una ciudad diferente a la de recogida) o bien averiguar de alguna forma cómo llegar hasta Meteora en transporte público (son más de 400km), cosa que ya nos habían dicho algunos lugareños que era bastante complicado.

Así que hemos decidido comprar un billete de bus a Patras, una ciudad muy grande en el norte de la Península del Peloponeso, y único lugar desde el que se puede cruzar al norte a través de un puente (que por cierto, cuesta 13€). Estando en una ciudad de gran tamaño, sería más fácil averiguar cómo continuar.

Una vez allí, hemos decidido alquilar un coche para los próximos dos días. Nos han sajado de nuevo, pero es lo más cómodo y lo único que nos asegura llegar hoy a Meteora y mañana a Igoumenitsa (el próximo destino) sin perder muchísimo tiempo.

Y no hemos podido elegir mejor, pues nos ha salido redondo: hemos decidido tomar el camino sin peajes hacia Meteora (unas 4h 30 desde Patras – con peajes serían 3h40), y mirando el mapa hemos visto que la ruta pasaba muy muy cerca de dos lugares que estaban fuera de nuestros planes, pero que son muy míticos: Delfos y Meteora.

Delfos

El antiguo santuario sede del famoso Oráculo de Delfos, construido en honor al dios Apolo. Lugar mágico, no sólo por su importancia en la historia de Grecia (y en consecuencia en la del resto de la humanidad) sino por el entorno en el que se encuentra: entre las montañas al pie del también mítico Monte Parnaso, donde las leyendas cuentan que vivían las Musas griegas. Un paisaje increíble realmente.

No se sabe exactamente cuándo fue construido, pero se sabe que desde el 800 a.C. ya venían personas de toda Grecia para pedir consejo al Oráculo. Todas las polis griegas tenían uno, pero este fue adquiriendo prestigio por lo acertadas que eran siempre sus predicciones.

Realmente los oráculos siempre solían dar respuestas ambiguas que podían ser interpretadas de dos maneras opuestas, y quizás ahí estaba su «truco».

Y es que este lugar fue determinante en la historia de Grecia porque muchos de sus protagonistas vinieron aquí a pedir consejo y tomaron, en base a las respuestas del Oráculo, decisiones que les hicieron ganar o perder guerras, batallas decisivas en, por ejemplo, la victoria de Atenas frente a los Persas en Maratón, la cual es considerada la primera victoria importante en la historia debido a su relevancia en el futuro: si hubiesen vencido los persas, Grecia no habría llegado nunca a su Edad de Oro, y sin ésta existir, todos esos pensadores, científicos y políticos creadores de la democracia no habrían dejado su legado a las futuras generaciones, y nuestro presente no sería el que es hoy.

Todo el Santuario es impresionante, porque al igual que en Olimpia, se puede apreciar lo grande que fue por la cantidad de ruinas que hay por todas partes.

  • Templo de Apolo: era donde se encontraban las pitonisas, las que predecían el futuro. En el máximo apogeo de Delfos, se tuvo que aumentar hasta 3 pitonisas porque eran demasiadas las personas que venían en busca de consejo. Actualmente sólo quedan 3 columnas en pie.

  • Ónfalo: según la mitología, se trata de una piedra que Zeus lanzó del cielo después de que dos águilas se encontrasen justo en Delfos, cuando aún no existía. Zeus las soltó desde una y otra punta del mundo para vez dónde estaba el centro, y al encontrarse aquí, lanzó este ónfalo para señalarlo. Aconsejó a su hijo Apolo que construyese su Santuario en este lugar, y ese fue el origen de Delfos. La piedra que hoy se ve en el Santuario es una reproducción, la original (pero que fue restaurada ya por los romanos) se encuentra en el museo junto a las ruinas).

  • Tesoro de Atenas: es la construcción mejor conservada, que en su día contenía trofeos conmemorativos de las victorias atenienses.

  • Teatro: data del siglo V a.C. y tiene capacidad para 5000 espectadores. No es, entonces, de los más grandes ni de lejos, pero las vistas que tiene son inigualables.

  • Estadio: curiosamente situado en lo más alto, es de los mejor conservados. Existe porque se celebraban aquí los Juegos Píticos, en honor a Apolo, y se llevaban a cabo cada 8 años o cada 2920 días, que es el periodo exacto en el que se daban 99 lunas llenas.

  • Gimnasio: ya fuera de lo que es el recinto de pago de las ruinas. Es uno de los mejores conservados y donde se puede apreciar lo grandes que eran este tipo de lugares donde los griegos se dedicaban a cultivar el cuerpo. En tiempos posteriores, también fue lugar de encuentro de intelectuales y centro de estudio.
  • Templo de Atenea: es una de las imágenes más famosas de Delfos, un templo circular en honor a Atenea construido en el 380 a.C., que se suele conocer con el nombre de Tholos.

  • Museo Arqueológico: la entrada se compra de manera conjunta con la de las ruinas (12€, gratis para universitarios), y en el hay muchas de las muestras que se encontraron durante las excavaciones en Delfos. No es demasiado grande pero sí tiene algunas piezas bastante importantes.

El horario de apertura de todo este complejo es de 8:00 a 20:00, salvo los lunes, que el museo abre a las 10:00.

Termópilas

Realmente poner esta palabra en el título del post tiene un poco de delito… ¡ya que aquí no hay nada! Este lugar es famoso por la Batalla de Las Termópilas, aquella en la que Leónidas lideró a 300 espartanos (y a 600 otros soldados, así que lo que cuenta la película no es del todo cierto) aún sabiendo que tenían todas las de perder contra los persas, cosa que así fue, pero esta batalla renovó la motivación de atenienses y espartanos en la Guerra contra Persia, y marcó un antes y un después que les hizo aún más bravos para, después de muchas otras batallas, poder ganar la guerra (o al menos terminarla sin que los persas entrasen en Atenas y se retirasen de nuevo a Oriente Próximo).

En nuestro camino hacia Meteora pasábamos al lado de Termópilas, que hoy en día es un pequeñísimo pueblo, y decidimos plantar nuestros pies allí. Hay un monumento en honor a Leónidas y los 300 espartanos. Y bueno, decir que hemos estado en Termópilas, mola.

Aquella batalla se libró allí porque los griegos necesitaban un lugar estrecho que obligase a los persas a atacar en grupos pequeños (su ejército era mucho más numeroso) y el Paso de Las Termópilas era un terreno encerrado entre el mar y las montañas, que en algunos tramos llegaba a tener menos de 20 metros de ancho. Actualmente, pasados esos más de 2000 años, se ha ido almacenando arena en el mar y hoy es una zona mucho más abierta.

Y finalmente retomamos el camino hacia Meteora, 3 horas de coche que aún no han terminado. Pero el día de hoy ha sido inesperadamente genial.

24 de julio: Olimpia – Zante

(Ver también Consejos para hacer una ruta por Grecia)

¡Cambiamos por completo de escenario! Finalizamos la ruta por el mítico Peloponeso, por la Grecia Clásica y por los lugares épicos, para dejar paso a los paisajes y playas de ensueño de las Islas Griegas. Y no, no vamos a las típicas, no son las Cícladas (Santorini, Mykonos…) las elegidas para nuestro viaje, sino una de las Islas Jónicas: Zante (o Zakynthos en griego), que no deja nada que desear. Que se encuentre además mucho más cerca de la Grecia Continental que las típicas que se suelen visitar, la hace mucho más accesible: sólo hemos tardado 1 hora en ferry desde Cilene.

En julio de 2019, el ferry cuesta 9,10€ por persona y 29,90€ un coche estándar (para ver y comprar os mejores precios actuales, lo mejor es hacerlo en Ferryscanner). Lo ideal es no llevar coche, ya que en la isla hay decenas de agencias locales que alquilan motos, quads y coches a un precio súper asequible. Nuestro juguete para estos días es una motito de 50cc (aquí en Grecia no se pueden conducir motos de 125cc con el carnet de coche) que nos ha costado 18€/día. Y así tenemos libertad total pata movernos donde y cuando queramos.

La isla tiene unos 400km2, y una red de carreteras en no muy bien estado según en qué zonas. En autovías ni pensemos, por supuesto. Es un lugar muy pintoresco: se nota que hasta que llegó el turismo aquí sólo vivían campesinos y ganaderos; de hecho, en el interior de la isla no paramos de ver animales de granja campando a sus anchas, tierras de cultivo y casas de campo. En las zonas costeras sí está todo preparado para turistas, con infinitos hoteles, restaurantes y tiendas.

La capital de la isla es la ciudad de Zakynthos, que cuenta también con un aeropuerto, y es también donde se encuentra el puerto. Se encuentra en la costa oriental, la cual se caracteriza por tener un terreno suave que hace que predominen las playas de arena y que esté bastante masificada.

Es la costa occidental la que a mi parecer tiene mucho más encanto: es muy escarpada y está llena de acantilados, así que las calitas de aguas azules están por todas partes. ¡Y para allá que hemos ido como primera parada de hoy!

Xigia Beach

Es una pequeña cala hacia el norte de la isla, que se caracteriza por tener mucho sulfuro en el agua, el cual proviene de las cuevas vecinas. Por lo visto, este mineral tiene «propiedades curativas» y ayuda a mejorar los dolores articulares. ¡A saber! Así lo vende la web oficial de Zante por internet. A mí lo único que me ha pasado es que mis dos anillos de plata se me han vuelto absolutamente dorados, y no han vuelto a la normalidad hasta que los he lavado con jabón en el hotel. ¿Convertirá el sulfuro la plata en oro?

La cala es muy bonita, pero está llena de gente, aunque eso es indiferente porque no se puede esperar otra cosa de Zante en verano. Además tiene un bar que sirve comida y bebida incluso abajo del todo en la cala, mediante un «montacargas» casero (una cesta y una cuerda que suben y bajan) y hay varias sombrillas y hamacas. Como para no pasarse aquí todo el día, vaya.

Mirador de la playa de Navagio

Hemos empezado fuerte el viaje, ya que este es «el plato fuerte» de la isla. Para este lugar no hay palabras ni filtros posibles. Es uno de los más bonitos en los que he estado en mi vida, sólo me viene a la cabeza un lugar tan «breathtaking» como este y es el mirador de las Islas Phi Phi en Tailandia, pero este lo supera.

Como veis, hay un barco varado en la playa. Se trata de una naviera que naufragó en los años 80 durante una persecución policial, ya que se trataba de un barco de contrabando de tabaco perteneciente a la mafia italiana. Otra versión habla de que es un montaje del gobierno griego, que colocó el barco allí y difundió imágenes del impresionante paisaje para arrancar el turismo en la isla, que se estaba quedando vacía debido a que es una zona que sufre terremotos a menudo.

Hay una carretera que llega hasta este mirador (está perfectamente señalizado en Google Maps) y para disfrutar de las mejores vistas hay que caminar hasta el extremo de la montaña de la derecha.

El remate ha sido elegir la última hora de la tarde para venir aquí: ya no había barcos de turistas en la playa, estaba totalmente solitaria (y la diferencia en el paisaje es enorme) y hemos disfrutado de una puesta de sol preciosa. 100% recomendable.

Mañana continuamos descubriendo la isla, sin destino fijo, ¡a ver qué nos encontramos!

Alojamiento – Kozanos II (60€/habitación doble/noche): un hotel a 15km al norte de Zakynthos, en una zona donde hay varios resorts como este. Tiene piscina comunitaria, la habitación está bastante bien y tiene una pequeña cocina y terraza.