(Ver también Lo que necesitas saber si vas a hacer un Crucero por los Fiordos Noruegos)
El crucero llegó a la ciudad de Ålesund (la más grande de la región en la que se encuentra) a las 8 de la mañana, y estaría allí hasta las 5 de la tarde.
Mucha gente dedica este día a hacer una excursión en autobús hasta la carretera de los trolls, pero la realidad es que está bastante alejada de la ciudad y no deja tiempo para pasear por sus calles, así que decidimos quedarnos en Ålesund y ver la ciudad entera. En el año 1904 hubo un incendio en una fábrica que se extendió a gran parte de la ciudad y más de 10.000 personas perdieron sus hogares. La reconstrucción de la ciudad se hizo siguiendo el estilo del Art Nouveau, por eso tiene un encanto especial. Apenas quedan casas de estilo vikingo, como lo habían sido hasta entonces.
Hicimos una ruta por la ciudad, visitando varios de sus edificios más significativos (muchos de ellos están protegidos), subimos al mirador de las 418 escaleras, en El Monte Aksla, y tomamos una cerveza noruega al sol que tanto nos está sorprendiendo estos días.
La calle más céntrica, y donde hay muchos edificios dignos de ver (varios de ellos protegidos) es Kongens Gate. En ella se encuentra, por ejemplo, la casa más estrecha de la ciudad y una de las pocas colinas que quedan en ella, ya que casi toda fue allanada después del incendio.

Lamentablemente teníamos que volver al barco muy pronto para poner rumbo a Flåm, el siguiente destino. Aprovechamos la tarde para entrenar un poco en el gimnasio y por la noche, siguiendo con el postureo de los cruceros, nos toco vestirnos de gala para la cena del capitán.
[…] Si eres de los que no te gusta el jaleo, el estar con mucha gente o las aglomeraciones, pienso que ir de crucero no es tu plan. Tanto en el barco como en cada excursión fuera vas a estar siempre con mucha gente alrededor, con todo lo que ello conlleva: colas interminables, atascos para caminar por senderos (como por ejemplo el de Preikestolen o las escaleras de Alesund). […]
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