Un día en Bratislava

Seguimos tachando de la lista capitales europeas, y continuando por el este del continente, hoy es turno de Bratislava, la capital de Eslovaquia (que no Eslovenia 😆).

En la misma línea de lo que se dice con Zagreb, hay quienes afirman que no hay mucho encanto en Bratislava, y si bien durante mi visita en diciembre de 2014 la ciudad estaba sumida en el frío y la oscuridad, la iluminación navideña cumplió muy bien su función.

Bratislava se encuentra a tan solo 60km de Viena, la capital de Austria, así que si viajáis hasta ella, os recomiendo reservar un día para una escapada a Bratislava.

Su historia es amplia, pues se han encontrado escritos del siglo X que la mencionan, pero su ubicación y el ajetreo histórico, social y político en Europa hizo que estuviese en posesión de unos y otros: hasta 1919 no se bautizó a la ciudad como Bratislava, que por aquel entonces era un conglomerado étnico variado, con alemanes, austriacos, húngaros, rumanos y eslovacos.

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial gran parte de la ciudad fue destruida. El dominio soviético significó un desastre urbanístico, con la construcción del puente UFO que sustituía al volado por los nazis, y que prácticamente barrió del mapa el antiguo barrio judío. Además, el concepto estético adusto del comunismo afeo la ciudad, que solo desde la independencia del país ha vuelto a recuperar zonas como las orillas del Danubio.

Por cierto, Eslovaquia tal y como lo conocemos hoy, nace en 1993, período en que todas las naciones balcánicas van independizándose de la antigua Yugoslavia, y en el caso concreto de Eslovaquia, separándose de la República Checa.

Aún ajena al jaleo de otra capitales como Budapest o Praga, Bratislava conserva su encanto, con comercios históricos que aún perviven en estos tiempos más acelerados. Sus vinos son tan desconocidos como apreciados, y en su casco histórico las tiendas crean ejes comerciales muy atractivos para hacer compras a buen precio, relajarse en alguna cafetería o beber cervezas artesanales.

Y entonces ¿Qué ver en Bratislava en un día?

1. Castillo de Bratislava

Es el principal símbolo de la ciudad. Se sitúa en la parte más alta de la ciudad sobre una colina rocosa, en la cual lleva ocupada desde la Prehistoria y por donde han pasado romanos, celtas y moravos.

Su origen se remonta al siglo X, aunque ha ido sufriendo reformas hasta el siglo XVIII. A principios del siglo XIX, un incendio lo arrasó prácticamente por completo y fue abandonado, no sería hasta la década de 1950 cuando comenzó a restaurarse. Hasta 2009 no se volvió a pintar de blanco (su color original).

Actualmente alberga en su interior el Museo Nacional Eslovaco.

2. Catedral de San Martín

Justo antes de la subida al castillo se encuentra la Catedral de San Martín, del siglo XV y estilo gótico. Fue el lugar donde se celebraron las coronaciones de los reyes húngaros entre 1563 y 1830. 

Junto a la catedral quedan restos de la antigua muralla medieval que rodeaba el centro histórico de Bratislava. 

3. Puerta de San Miguel

La puerta de acceso sobre la que se levanta la torre, es la única de la fortificación medieval que queda en pie (algo parecido a lo que sucede en Zagreb). Su origen data de principios del siglo XIV, aunque su aspecto actual viene de una reconstrucción en el siglo XVIII en estilo barroco. En su interior alberga el Museo de Armas.

imagen de bratislavaguide.com

4. Plaza de Hlavne Namestie

Es la plaza principal del centro histórico que se encuentra rodeada de bonitos edificios de colores, entre los que destaca el Ayuntamiento Viejo y su fuente central de Maximiliano.

El Ayuntamiento Viejo data del siglo XIV y actualmente es el Museo de la Ciudad de Bratislava. Al entrar al mismo se puede subir a lo alto de su torre y ver unas vistas diferentes sobre la plaza de Hlavne Namestie y los edificios modernistas que lo rodean.  

imagen de minube.com

4. Palacio del Primado

En sus orígenes, este edificio rosado de estilo clasicista fue la residencia del arzobispo József Batthyány, y hoy es el ayuntamiento de la ciudad. Se puede visitar y vale la pena en especial su célebre Sala de los Espejos, donde se reúne el pleno.

imagen de pinterest.es

5. Iglesia Azul

La Iglesia de Santa Isabel es conocida popularmente como la “Iglesia Azul” por el característico color con el que está pintada su fachada. Es un edificio de estilo Art Nouveau, construido a principios del siglo XX y una de las grandes obras del arquitecto húngaro Ödon Lechner. Su torre cilíndrica está coronada por una cruz de dos aspas, conocida como cruz doble bizantina y que hoy forma parte del escudo nacional de Eslovaquia. 

imagen de cosasdearquitectos.com

Se encuentra fuera del casco histórico, a unos 10 minutos aproximados caminando, pero es uno de los edificios bonitos e imprescindibles que ver en Bratislava. 

6. Most SNP

Se le conoce como el puente UFO, y se trata de un restaurante con forma de ovni, que se encuentra en el Puente Nuevo. Mide unos 95 metros (altura que permite que desde allí se puedan ver a territorios de Austria y de Hungría) y fue inaugurado en 1972.

No hace falta comer en el restaurante para subir, existe una entrada para el mirador que cuesta 6,50€.

Y para terminar la visita, os recomiendo que busquéis dos cosas:

  • Alguna de las estatuas raras que se reparten por la ciudad (de un señor saliendo de una alcantarilla, de otro saludando a los viandantes, un soldado o un paparazzi).
  • Un restaurante donde probar unos bryndzové halušky (ñoquis de patatas cubiertos de salsa de queso de oveja) o unas zemiakové placky (una especia de tortitas de patata). Sí, he copiado y pegado esos nombres, y tampoco sé cómo pronunciarlos.

Espero que disfrutéis de vuestra visita por Bratislava, pequeña y escondida ciudad, pero que sí merece la pena visitar.

 

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