Santa Pola más allá de las playas

Como la mayoría de las ciudades del levante español, la localidad alicantina de Santa Pola es conocida por ser un buen lugar para pasar unas vacaciones de verano junto al mar. Pero, como ya hemos hecho en otras ocasiones en este blog donde somos más de acción que de playa, vamos a averiguar si hay algo que hacer en Santa Pola a parte de bañarse en la Playa Varadero.

1. Castillo de Santa Pola

Es el monumento más llamativo de la zona, y como debe ser, se encuentra elevado en el centro de Santa Pola. Fue levantado en 1557 para defender la costa de invasiones enemigas (sobre todo piratas) y ha sido testigo de numerosos episodios históricos. Actualmente se mantiene en una excelente condición y desde él podréis disfrutar de una de las mejores vistas de la localidad.

Dentro de él encontraréis el Museo del Mar, que repasa la historia de Santa Pola, con todas las culturas que han pasado por allí, así como las industrias pesqueras y de la sal, tan importantes en la localidad.

2. Más museos

Además del mencionado Museo del Mar, también podéis visitar:

  • El Museo de la Ciudad de Santa Pola, que ofrece una visión de la historia de la ciudad, con una colección de objetos y documentos que datan desde la prehistoria hasta la actualidad.
  • El Museo de Arqueología y Etnografía refleja la cultura y el patrimonio de la zona a través de objetos, materiales y documentos relacionados con la cultura de la región.
  • El Centro de Interpretación de la Laguna de Santa Pola ofrece una narración de la historia de la laguna a través de una exposición interactiva.

3. Faro de Santa Pola

Construido en 1858, es a día de hoy el mejor lugar para ver el mar bañado por los colores de la puesta de sol, rodeados de tranquilidad, pues se encuentra fuera de la ciudad y en una gran explanada natural donde tampoco pueden llegar los coches.

4. El Palmeral

Es uno de los pocos espacios verdes en Santa Pola, compuesto por una gran cantidad de palmeras de diferentes especies. Se estima que hay más de 450 árboles, que se extienden por una extensión de alrededor de 1.5 km.

Pero además en él se pueden visitar unas ruinas romanas, pertenecientes a una antigua vivienda. Y es que esta zona tuvo bastante importancia en el pasado, principalmente debido a que durante muchos siglos fue el Puerto de Elche. Al lado de dicho puerto (cuyos restos están también cerca del Palmeral) se levantó esta lujosa casa en la que aún hoy se pueden distinguir varias estancias en torno a un patio y algunos de los mosaicos que decoraban el suelo.

5. Las Salinas de Santa Pola

El Parque Natural de las Salinas de Santa Pola es, sin duda, uno de los mejores espacios naturales del término municipal de Santa Pola. Se trata de un extenso humedal que se explota desde el siglo XIX para la obtención de sal y en el cual es posible observar flamencos.

Aunque no hay senderos marcados, es posible hacer pequeñas rutas por ellas para disfrutar de la enorme variedad de fauna que hay en ellas. Si sois amantes de las aves, no dudéis en venir.

6. Isla de Tabarca

Para cerrar este post, os propongo un planazo: navegar hasta la vecina Isla de Tabarca, la única habitada de la Comunidad Valenciana y un auténtico paraíso para buceadores y amantes del snorkel gracias a sus aguas cristalinas.

Aquí os dejo una excursión de día, en la que por 40€ os llevan en barco e incluye también el tiempo y material para hacer snorkel, y una bebida.

Alicante: Pico Aitana (1557m) – Reto CIMASxPROVINCIAS 5/50 ☑️

Nuevo hito del reto CIMASxPROVINCIAS alcanzado. ¡El techo de Alicante ya es mío!

El finde pasado me desplacé hasta la Sierra de Aitana, a las espaldas del bonito lago de Guadalest, pues allí es donde se encuentra el punto más alto de la provincia de Alicante: el Pico Aitana.

El lugar de inicio de la ruta es el la Font de Partegat, un área no tan a los pies de la sierra (pues ya hay que subir bastante con el coche), que cuenta con zona de picnic, barbacoa y como su nombre indica, una fuente. Pertenece a la pequeña localidad de Benifato, por la cual hay que pasar, y de hecho los últimos kilómetros de la carretera no solo son serpenteantes, sino que se encuentran en bastante mal estado.

La ruta para subir al Pico Aitana es esta. Es de tipo circular y discurre en todo momento por un sendero estrecho no demasiado empinado, excepto en la parte final, hacia el km 3, más o menos, que hay que subir por una pedrera, salvando un gran desnivel en pocos metros.

Después de este punto hay que pasar el llamado pas de la Rabosa, una grieta entre las rocas de la cresta de la sierra que permite pasar a la cara sur de la Sierra de Aitana. Y ya después del paso, un paseo cómodo de menos de 2km hasta llegar al Pico Aitana…

…Aunque tecnicamente, no. El punto exacto más alto se encuentra dentro de una zona militar completamente restringida (de hecho, si tenéis buena vista, veréis el vértice geodésico a lo lejos). Sin embargo, la cima está incluso marcada en Google Maps en el punto al que llegué en mi ruta, así que lo tomamos como la cima oficial (que es cierto que está prácticamente a la misma altura). Lo único malo, es que allí no hay absolutamente nada que lo marque. Nada de nada, ni unas míseras piedras. La foto quedó un poco pobre 😂

Después de eso continué la ruta circular por la cresta de la montaña, con subidas y bajadas, hasta llegar por fin a un camino forestal ancho y cómodo que en 2km llegaba de nuevo a la Font de Partagat.

En total 10km con 550m de desnivel, para los que empleé 1h30 (sin contar las paradas), pero esto no lo tengáis muy en cuenta, pues en esta ocasión fui corriendo durante gran parte del recorrido.

El siguiente hito ya lo tenemos a la vista. Próxima parada: ¡Toledo!

La ciudad de Alicante

Este verano está siendo un salto de ciudad en ciudad. La última ha sido Alicante, en la que una sola escala de 6 horas me ha permitido pasear por sus calles y ver casi la totalidad de la zona antigua. Con una buena calor, eso sí.

Castillo de Santa Bárbara

En lo alto del Monte Benacantil, emblema de la ciudad a 166 metros de altitud, se encuentra este castillo, a «solo» unos escalones de distancia, aunque también existen otras opciones para subir:

  • Ascensor desde la playa del Postiguet es posible en solo unos minutos gracias a los dos ascensores que atraviesan las entrañas del Monte Benacantil. Para acceder a ellos, basta con recorrer el túnel que se abre paso bajo la antigua muralla de la ciudad en el nº1 de la calle de Jovellanos. El precio es de 2,70€
  • Coche: el castillo dispone de un parking para vehículos particulares a la entrada del mismo en lo alto del Benacantil y el acceso se realiza desde la avenida de Jaime II.

Se trata de una de las fortalezas más grandes de España, y dada su situación estratégica, no es de extrañar que en las laderas de la montaña se hayan encontrado restos arqueológicos de la Edad del Bronce, ibéricos y de la época romana, si bien el origen de la actual fortaleza hay que buscarlo a finales del siglo IX con los musulmanes. Su nombre actual lo adquiere porque el día de la festividad de Santa Bárbara, 4 de diciembre de 1248, Alfonso de Castilla (Futuro Rey Alfonso X el Sabio) la tomó a los árabes.

Como curiosidad, la parte de la montaña donde se asienta el castillo es conocida como “la cara del moro” ya que, efectivamente, tiene forma humana.

Barrio de Santa Cruz

Es el barrio que hay que atravesar si uno decide llegar al castillo caminando, uno de los más característicos y con más personalidad de la ciudad. Con un entramado de calles estrechas, bares y edificios blancos llenos de flores, deja una estampa preciosa, que muchos confunden con la vecina Altea.

En él se encuentra la Concatedral de San Nicolás, de estilo renacentista y gótico, y construido sobre lo que fue una antigua mezquita (como pasa en numerosísimas ocasiones en el sur de España). Se considera el templo religioso más famoso de la ciudad.

Centro de Interpretación de los Refugios Antiaéreos

Alicante sufrió mucho durante la Guerra Civil. Una buena forma de recordar este triste capítulo de su historia es visitando el Centro de Interpretación de los Refugios Antiaéreos. Hacen un tour de 2 horas (vale 5€) que recorre los años más oscuros y durante el cual se visitan dos refugios antiaéreos. Sin dudas es una de las cosas más impactantes que ver en esta ciudad.

Explanada de España

Pasear por la famosa explanada, con sus mosaicos con formas de olas y la bonita Casa Carbonell, es algo que hay que hacer sí o sí. Este paseo está formado por más de 6 millones de mosaicos. Recuerda un poco a la Rambla de Barcelona, gracias sobre todo a los artistas callejeros.

Puerto de Alicante

Otro lugar donde ir a dar un buen paseo es la zona del Puerto. Siempre hay mucho ambiente y gente que curiosea entre yates y barquitos de pescadores. También hay un montón de bares donde tomar algo.

El Palmeral de Elche (Alicante)

También llamado Huertos de Palmeras de Elche, se trata de una gran extensión de palmeras dentro del pueblo. Cuenta con más de 200.000 palmeras y no sólo es el más grande de Europa, sino también uno de los más grandes del mundo.

El Palmeral junto al río Vinalopó

Su origen se remonta a los árabes (de hecho, los únicos palmerales que le superan en tamaño a día de hoy, son árabes), cuando éstos ocuparon la Península Ibérica, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2000. Sorprendentemente se ha mantenido en pie desde su origen a pesar de que se quiso derribar durante la Reconquista por ser asociadas con la cultura islámica, pero fue Jaime I quien lo evitó, y desde la Edad Media se dictaron leyes que lo protegían. El beneficio económico que se le atribuye a la palma y al dátil seguro que tienen que ver.

Eso sí, aunque fueron los árabes los que lo fundaron, se ha comprobado mediante dibujos en cerámicas íberas del siglo III a.C. que ya había palmeras en esta zona y que el dátil ya era muy importante por entonces.

Parque Municipal

Hay muchos conjuntos de palmeras, algunos privados y otros públicos, es decir, no se trata de un sólo recinto bien delimitado. Los más conocidos son el Parque Municipal, el Huerto de Abajo, el Huerto del Chocolatero y el Huerto del Cura. Este último es particularmente conocido por contener los ejemplares más antiguos (algunos con más de 300 años, tened en cuenta que la vida media de una palmera es de 250-300 años). En este huerto se puede visitar también la Palmera Imperial, que recibió el nombre en homenaje a la Princesa Sissi, que visitó el huerto en 1894, y su peculiaridad es que tiene 7 vástagos enormes en forma de candelabro, algo que llamó la atención de esta noble.

La Palmera Imperial

Actualmente, aunque se sigue sacando provecho económico de este curioso lugar, su función es más bien paisajística y cultural. Desde aquí, por ejemplo, se envía palma blanca a toda España (e incluso al extranjero) para el Domingo de Ramos, y también se producen dátiles, pero sobre todo para comercialización local.

Si queréis dar un paseo entre palmeras, una buena opción es hacerlo por el Huerto de San Plácido, conocido también como el Museo del Palmeral. Se puede hacer una caminata de hasta 2,5km tanto andando como en bici. Pero ojo, su horario es de martes a sábado de 10 a 14h y de 15 a 18h, y los domingos y festivos de 10 a 14h.

Yo quedé maravillada con las vistas, que ya desde antes de llegar a Elche se puede distinguir perfectamente lo que a priori parece un inmenso bosque de palmeras, y desde luego, una vez dentro, ¡no diría que me encontrase en España!

Ruta de los Castillos del Vinalopó (Alicante)

Aprovechando mi estancia en Novelda, he podido visitar varios castillos que pertenecen a la que llaman la Ruta de los Castillos del Vinalopó, la mayoría de ellos radicados en el Valle del Vinalopó, nombre que recibe por el río con el mismo nombre que discurre por él. Es curioso cómo se encuentran tantos castillos cerca unos de otros, y en parte es porque esta zona fue frontera de la Corona de Aragón con la Corona de Castilla, por lo que su función era básicamente defensiva.

La ruta mide aproximadamente 75km y está compuesta por 11 castillos. Este sería el orden de visita, y si pincháis en los títulos, podréis acceder a más información sobre cada uno de ellos:

1. Castillo de la Atalaya (Villena)

Es el más grande de todos, data del siglo XI y es de construcción almohade. Se encuentra en lo alto de Villena, fue protagonista de muchos episodios bélicos durante la Edad Media, y en 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.

En Villena también podéis visitar el Castillo de Salvatierra, que por cierto se ve desde el de la Atalaya.

2. Castillo de Bañeres (Bañeres de Mariola)

También es almohade, pero construido en el siglo XIII, y está situado en el centro del pueblo a 830m de altitud. En la actualidad, también alberga el Museo Festero de Bañeres.

3. Castillo de Biar (Biar)

Data del siglo XII y jugó un papel muy importante durante el reinado de Jaime I al ser asignado como castillo fronterizo en el Tratado de Almizra. Este tratado convirtió la zona en escenario de batallas constantes, de conquistas y de asedios. Todo un territorio fronterizo, linde de pueblos y culturas.

4. Castillo de la Mola (Novelda)

Fue construido en el siglo XII sobre los restos de una fortificación romana, y junto a él se encuentra el Santuario de Santa María Magdalena, que tuve la oportunidad de visitar, y que me fascinó por estar inspirado en Gaudí y en la Sagrada Familia.

5. Castillo de Elda (Elda)

Éste es un alcázar almohade del siglo XII cuya función era proteger a la comunidad islámica de Elda.

6. Palacio de Altamira (Elche)

Es algo más reciente que los demás, data del siglo XV, pero probablemente fue construido sobre otra edificación del siglo XII también. Actualmente esta totalmente restaurado y en uso, pues es la sede del Museo Arqueológico y de Historia de Elche. Algo que no os puede faltar sin venís, es dar un paseo por el famoso Palmeral de Elche, justo al lado del Palacio.

7. Castillo de Castalla (Castalla)

En muy buen estado de conservación, data del siglo XI aunque fue reformado por los cristianos en el XVI. Le da al pueblo mucho encanto al estar situado sobre un cerro que le permite ser visto desde muchos kilómetros a la redonda.

8. Castillo de Sax (Sax)

También elevado sobre el pueblo, su origen es andalusí, de la misma época aproximada que los demás, y se encuentra totalmente restaurado.

9. Castillo de Petrel (Petrel)

Desde él se puede ver todo el Valle del Vinalopó, data del siglo XII y es de origen musulmán. Tiene forma poligonal y es Conjunto Histórico-Artístico desde 1983. A día de hoy, se puede visitar varias exposiciones temporales que van cambiando continuamente.

Estos son quizás los más característicos, pero hay otros tantos por la zona (en realidad, España es el paraíso de todo amante de los castillos medievales):

Os dejo por aquí una imagen que traza el recorrido de todos estos lugares, pero, como ya sabéis, soy amante del Google Maps y poniendo cualquiera de los nombres, os saldrá su localización exacta.

Ruta a la cima del Maigmó (Alicante)

Cambio de aires totalmente, y literalmente, porque ¡qué calor! La ruta de este fin de semana ha tocado en la provincia de Alicante, y tras investigar un poco qué es lo que había por la zona en la que estaba alojada, decidí adentrarme en el Parque Natural del Maigmó y Sierra de Sit. Depende de a qué punto vayáis, pero este lugar se encuentra a unos 30km de Alicante, y además se llega muy fácilmente porque la autovía A7 pasa al lado.

Inicio de la ruta

Hay varias rutas que se pueden hacer por aquí, y de hecho hay incluso una Vía Verde, que comienza en este punto, y parece bastante chula para hacer alguna ruta en bici o caminata sencilla. También encontré una ruta circular de 10km a la que llaman «Las Antenas del Maigmó«, que os dejo por aquí.

La que yo elegí fue la que más me motivaba, y es, como siempre… ¡subir a lo más alto! Así que decidí subir a la cima del Maigmó, a 1272m. Hay dos formas de subir, pero una de ellas, la de la cara norte, leí que era bastante complicada y requería material al ser casi vertical en algunos puntos, así que decidí optar por el camino de El Balcón de Alicante. En total, algo menos de 8km (ida y vuelta) con 500m de desnivel, y dificultad alta en la última parte.

El Maigmó visto desde El Balcón de Alicante

Hasta este famoso punto, llamado así por las vistas magníficas que tiene, se puede llegar en coche, pero de esta forma la ruta sería demasiado corta, ya que desde aquí hasta la cima hay poco más de 1km, eso sí, con 300 de desnivel y terreno de piedras y tierra suelta, lo que la hace bastante dura. Aún así, me parecía poca cosa, y decidí dejar el coche en este punto, que cuenta con una pequeña explanada para dejarlo sin problema. Realmente no es más que la mitad de la carretera, así que si os apetece andar más, podéis dejar el coche al incio de la misma, o bien más adelante. El final es el mismo Balcón de Alicante.

Comienza la ruta: primero 2,5km de subida (de 800 a 980m aprox.) pero muy cómodos por la carretera y disfrutando de las primeras vistas del Maigmó desde abajo. Parada reglamentaria en el Balcón de Alicante, cuyas vistas dejaron mucho que desear ya que hacía tanto calor que la bruma cubría todo el horizonte y ni hablar de ver Alicante ni el mar.

Al fondo debería verse Alicante y el mar

Y continuamos con la segunda parte: la más divertida y complicada. Está perfectamente señalizado el inicio del camino de ascenso a la cima del Maigmó, y salvo al final, que opté por trepar por unas rocas porque no veía cómo continuaba el sendero, está siempre bastante claro. La vuelta se hace también por aquí (no me atreví a hacerla por la cara norte porque no tenía ni idea de por dónde era, allí no hay señalizaciones más allá de alguna línea verde pero nada clara), y bueno, en cierto modo… me perdí. Para la bajada, al no ser un sendero claro y marcado, sino el creado por los propios excursionistas, todo lo claro que parecía estar en la subida, no lo estaba en la bajada. No hay demasiado problema porque el Balcón de Alicante se ve a lo lejos en casi todo momento y tampoco hay demasiada maleza como para no poder avanzar, ¡pero el caso es que no fui capaz de dar con el camino! Más tarde revisando la ruta que trackeé con el Polar, comprobé que fui todo el tiempo casi paralela al camino pero unos metros más abajo. Así que ya sabéis, ¡hay que tener mucho ojo en esta parte!

Alcanzando la cima

En cualquier caso, mereció la pena la aventura: llegar arriba fue súper satisfactorio y las vistas de literalmente 360º (a pesar de la bruma) eran imponentes. Estas son las vistas hacia ambos lados de la montaña:

¡Una más para la colección!

Las calas del norte de Alicante, foto a foto 📸

La provincia de Alicante está llena de rincones especiales. Los meses de junio o septiembre es el ideal para realizar un viaje por las calas de sus costas, ya que hay mucha menos gente, y que esté poco masificado es lo que da encanto a lugares como estos.

Hace un tiempo, y mientras estaba alojada en el Camping de Jávea, visité las siguientes (imprescindible tener coche):

Cala Blanca

Es de piedras y muy pequeña, pero tranquila porque no hay mucha gente. Entrar al agua no es fácil porque las piedras son bastante incómodas y grandes, así que es muy recomendable usar chanclas cerradas.

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Cala Barraca (Jávea)

También llamada Portitxol, tiene menos piedras que la anterior y el agua es más cristalina, pero al estar pegada a algunas casas y tener fácil acceso, suele llenarse de gente y es difícil encontrar un buen sitio para relajarse. El camino de bajada es largo, así que os recomiendo ir en deportivas; y las vistas desde él son preciosas.

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Cala Ambolo (Jávea)

Sin duda mi favorita, la más bonita de todas. Se supone que es nudista, pero hay de todo. A la entrada hay un cartel que indica que la cala está cerrada por peligro de desprendimientos, sin embargo creo que es ignorado por todos de manera sistemática.

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Cala Granadella (Jávea)

Se trata de la más popular de Jávea, y a pesar de ser septiembre, estaba llenísima. No nos fue posible aparcar, ni mucho menos poner la toalla en alguna parte, pero es que además el suelo rocoso tampoco hace que sea nada cómodo tumbarse. Hay algún chiringuito y servicio de hamacas, una de las pocas playas de por aquí que lo tiene.

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Cala Advocat (Benissa)

Por aquí estuvimos mucho más a gusto, ya que trepando por las rocas es posible estar casi a solas, y además la cala es bastante pequeña.

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Playa de L’Ampolla (Moraira)

No tiene la belleza y el agua azul de cualquiera de las calas anteriores, pero se agradece un poco de arena, y esta playa, muy cerca del pueblo, es una buena elección.

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Cala de los Tiestos (Moraira)

La bajada aquí es divertida: un camino algo largo por la cuenca deán río seco, y de hecho, hay que salvar lo que, si hubiese agua, sería una cascada. Para ello, han colocado una cuerda por la que hay que hacer rapel hasta abajo.

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Cala Racó del Corb (Altea)

Las calas de Altea son, después de Ambolo, las mejores. Esta es muy impresionante, pues tiene una pared de piedra altísima y totalmente vertical, que además se puede escalar (con equipamiento, claro).

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Cala Barra Grande (Altea)

Llegar es un poco más complejo, pues el camino es estrecho y escarpado, pero es preciosa y no suele haber casi nadie. 

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Cova Tallada (Denia)

El recorrido hasta la cala es largo y no apto para todos los públicos, pero la cala es impresionante, y es que se trata de una cueva dentro del acantilado a la que se accede nadando desde una roca grande pegada a él. A esta roca se llega, después de bajar todo el camino, atravesando el agua por un tramo que cubre por las rodillas. La cueva recibe su nombre porque parece que alguien la talló: el suelo y el techo tienen formas rectas perfectas con ángulos de 90º.

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Después de disfrutar de una visita fotográfica por estas calas alicantinas, ¿con cuál os quedáis?

1 de abril: Cabo de la Nao, Cala Ambolo y Parc Natural del Montgó (Alicante)

Último día de vacaciones! Y día libre de entrenamientos, así que teníamos mañana y tarde para visitar bonitos lugares.

Por la mañana nos acercamos hasta el Cabo de la Nao. Es accesible con el coche, de hecho hay un restaurante junto al faro. Las vistas desde allí son preciosas y muy amplias, ya que es el cabo que más sobresale de toda esa costa, pero no se puede llegar al extremo del cabo porque está dentro del recinto del faro.

Después visitamos la cercana Cala Ambolo, mi favorita de la zona (había estado un par de veces antes), pero en verano se llena de gente. Supuestamente es nudista, pero nadie respeta eso y la mayoría andan con bañador.

Si vais en época de baño, recordad llevar chanclas cerradas o deportivas, ya que hay que bajar bastante y caminar por rocas.

Después de comer, nos fuimos de nuevo al Montgó, pero a la cara opuesta al otro día. Quisimos subir a la cima, pero el recorrido era de 6km (sólo ida) así que subimos unos 2,5km y dimos media vuelta. Igualmente merece totalmente la pena porque sólo subiendo 2km desde el camino que comienza en Jesús Pobre, llegas a la cresta de la montaña y se puede ver el paisaje en casi 360° y mar por ambos lados, bastante espectacular.

Para terminar el día, y las vacaciones, compramos unas palmeras de chocolate en la Pastelería Agulló de Denia (la más antigua del pueblo, y dicen que la mejor) y fuimos a ver la puesta de sol desde el Faro Rojo (al final del Puerto Deportivo).

29 de marzo: Parc Natural del Montgó y Barranc de L’Infern (Alicante)

Ayer por fin abandonamos la locura de Benidorm y desde anoche estamos alojados en Les Marines, un complejo de urbanizaciones junto a Denia. Es una zona bastante tranquila, aunque en verano seguro que es otro cantar, ya que aquí cabe mucha más gente de la que hay ahora.

Hoy, por ser jueves, teníamos el día libre de entrenamientos, así que aprovechamos para hacer senderismo por varias zonas:

Por la mañana estuvimos en el Parque Natural del Montgó, junto a Denia (las casas del propio pueblo llegan hasta el pie de la montaña). Hay varias rutas para hacer, desde los 5km hasta los 14km, y las hay lineales y circulares. En la entrada del parque (junto a la Ermita Padre Pere) están explicados los diferentes recorridos. Ojo porque si es lineal, la distancia indicada es sólo ida. Nosotros elegimos el 3, de 5,5km circulares que pasaba por  La Cova de L’Aigua. El desnivel es bastante pronunciado, ya que en pocos kilómetros se sube bastante altura. Las vistas de la costa de Denia son muy buenas, aunque personalmente, el que haya tanta edificación hace que pierda su encanto.

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Vistas de la costa desde la Cova de L’Aigua

En lo más alto de esta ruta encontramos la Cova de L’Aigua, una cavidad natural en la roca que sirvió a los romanos como fuente de recolección de agua, los cuales construyeron una estructura para su recogida en el año 238 d.C. (hay una inscripción en la entrada) y posteriormente fue utilizada por los íberos y los árabes, y también en los siglos XVI y XVII. No es que sea especialmente bonita (y además varios graciosos se han dedicado a pintar grafitis…) pero tiene mucha historia.

La bajada se hace por otro lado y la uta finaliza en el mismo punto desde el que partimos.

Después de comer, cogimos el coche hacia la zona de Vall de L’Aguar, que se compone de varios pueblecitos en la montaña a unos 35 minutos de Denia. Desde Fleix comienza la llamada ruta de los 6000 escalones, que primero desciende hasta el Barranc de L’Infern y sube por la otra ladera. La ruta completa son unos 14 km, y nosotros hicimos «sólo» la bajada hasta el barranco, caminamos un rato por allí y subimos por el mismo sitio. Una ruta bastante exigente físicamente, se suben 300m del desnivel en menos de 1km de caminata, ¡y todo con escaleras de piedra! Hoy nos hemos ganado la cena…

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Unos cuantos de los infinitos y empinados escalones hacia el barranco

26 de marzo: Pueblo Mascarat y Calpe (Alicante)

Después de pasar la mañana entrenando en la playa de Benidorm (sí, hemos conseguido hacernos un hueco entre tanto guiri) y comer unas pizzas caseras (masa integral incluida), hemos cogido el coche en dirección Altea.

La primera parada ha sido en Pueblo Mascarat, una especie de urbanización pasado Altea, para contemplar desde arriba la Cala del Racó del Corb. Es digna de visitar ya que en ella hay una pared totalmente vertical de una altura que no sabría decir qué altura tiene, pero que podéis ver en esta foto (y la foto deja mucho que desear a la realidad).

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Tras esta parada fugaz, atravesamos Calpe en dirección al Peñón de Ifach. Eran ya las 19:30 y probablemente no nos iba a dar tiempo a hacer el recorrido entero sin que se nos hiciese de noche (son unos 2km pero hay que subir bastante desnivel), pero decidimos hacerlo igual. Aunque nos tuvimos que dar la vuelta antes del final, podemos afirmar que es el mejor sitio que hemos visitado en estos días: unas vistas increíbles (incluso se veía Ibiza a lo lejos dado que no había nubes ni bruma), aunque para mi gusto se estropean bastante con la cantidad de rascacielos y edificios que hay por tooooda la costa y más allá (parecemos una plaga…). Además disfrutamos de una puesta de sol con colores preciosos. ¡No queríamos irnos nunca! Aquí tenéis una prueba de lo que os digo:

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