San Vicente de la Sonsierra: ¿El atardecer más bonito de La Rioja?

De casualidad pasamos por este pequeño pueblo ubicado en la Alta Rioja, en nuestro camino desde Haro hasta Ábalos, donde pasamos un fin de semana estupendo de turismo enológico.

Llamativo donde los haya, pues San Vicente de la Sonsierra está emplazado en lo alto de un cerro custodiado por un castillo amurallado. Históricamente solo fue una pequeña aldea con casas desperdigadas, que se encontraba aislado de los núcleos protagonistas de las disputas entre visigodos, musulmanes y navarros, por lo que existía bastante pobreza entre sus pobladores.

Posteriormente, el noble navarro Íñigo Arista decidió crear una línea defensiva contra los musulmanes a lo largo del Ebro, cuyo cauce pasa junto a San Vicente. Desde ese momento, San Vicente empieza a cobrar importancia, y el apellido de la Sonsierra se le otorga puesto que está a los pies de la Sierra de Cantabria (sonrierra significa debajo de la sierra). Más tarde, en 1194, es Sancho el Sabio quien levanta el castillo que vemos hoy en día, y además dota a San Vicente de la Sonsierra de la condición de villa, acto a partir del cual se impulsará su actividad y economía.

Desde la construcción del castillo y con el paso de los siglos, la localidad ha sido constantemente utilizada por unos y otros en los diferentes conflictos que han tenido lugar en la Península, debido a su ubicación estratégica elevada sobre los meandros del Ebro, y a pocos kilómetros de lugares como Haro, Laguardia, Logroño o Vitoria.

San Vicente de la Sonsierra cuenta con una oficina de turismo, ubicada en la Plaza Mayor, uno de los lugares que ver en el pueblo, donde podréis informaros de qué se puede hacer en los alrededores de él. En el casco antiguo, podéis dar un paseo visitando los lugares que os dejo a continuación:

  • La Plaza Mayor: donde además podréis encontrar el Ayuntamiento y el Palacio de los Gil Aguiriano.
  • Basílica de Nuestra Señora de los Remedios: Construida en el año 1715, es uno de los mejores ejemplos del barroco de La Rioja.
  • Murales de San Vicente de la Sonsierra: este pueblo también se ha sumado a la moda del street art. A lo largo de él hay varias paredes decoradas con grandes murales que muestran algunos acontecimientos históricos de la localidad.
  • Puente Medieval: se divisa perfectamente desde el castillo este puente que cruza el Ebro y que a día de hoy ya es secundario, pues se construyó uno más grande para el paso de la carretera.
  • Bodega Carlos Moro: es la más conocida e importante de las bodegas que tienen su sede en San Vicente de la Sonsierra. Cuenta con un calado subterráneo de 1250m cuadrados y es posible hacer una visita guiada a las vides, la bodega y hacer una cata de vinos.
  • Castillo de San Vicente de las Sonsierra: os aconsejo finalizar vuestro paseo por el pueblo en este punto, y si puede ser en la puesta de sol, mucho mejor. La entrada a las ruinas de este castillo y a su iglesia es gratuita. Podréis subir a la torre y disfrutar de unas vistas 360º de la Alta Rioja, y con la luz dorada de las últimas horas del día sobre los viñedos de tonos cálidos dejan un paisaje espectacular. Una de las mejores puestas de sol que hemos visto nunca.

Haro, la capital del Rioja

El alumbrado público llegó por primera vez a las calles del mundo en el siglo XVIII, y al ser financiado por los ayuntamientos, las ciudades más importantes y ricas fueron las primeras en disfrutar de él. Las privilegiadas fueron ciudades como París, Londres… y Haro. Sí. En España, no fueron Madrid, Barcelona o Valencia las pioneras, sino la (no tan) pequeña localidad riojana de Haro.

Pero la curiosidad no se queda aquí, y es que el responsable de esto fue un insecto microscópico llamado filoxera. Si sois aficionados al vino o habéis hecho enoturismo alguna vez, este término os sonara, pero… ¿qué tendrá que ver? Comencemos por el principio, lo cual nos servirá para entender la historia de Haro.

Tradicionalmente siempre fueron los franceses los más avanzados en conocimientos y técnicas de elaboración del vino. Además de una antigua tradición, ya desde la Edad Media contaban con centros de estudio y universidades vinícolas. Exportaban vino a América, y de allí traían vides americanas y madera de roble americano para fabricar barricas, y otras materias primas. Con la fabricación del barco de vapor en el siglo XIX, los tiempos de transporte por el Atlántico se acortaron considerablemente, lo cual trajo muchos beneficios… y un gran, gran problema: un pequeño insecto (al que posteriormente se bautizó con el nombre de filoxera) que se alimenta de las raíces de la vid, llegó vivo a Europa dentro de los barcos de vapor; el reducido tiempo de transporte no permitió que muriera durante el camino, y entonces comenzó la invasión: la filoxera descubrió que media Francia estaba atestada de un gran manjar, y a partir de 1832, comenzó a consumir las viñas francesas, y en 8 años arrasó con prácticamente el 100% de ellas.

Mientras investigaban el motivo de la epidemia que afectaba a sus vides, los viticultores decidieron salir de Francia para continuar con su negocio.

En efecto, La Rioja fue uno de los lugares elegidos, y concretamente a Haro se trasladaron muchos de ellos, pues, entre otras cosas, la localidad tenía parada de ferrocarril desde el año 1863. Primero fueron en busca de vino para llevar a Francia, ya que allí había dejado de producirse (Haro ya era famoso por su vino desde la Edad Media) y posteriormente los bodegueros franceses comenzaron a construir sus bodegas alrededor de la estación, lo que dio finalmente lugar a uno de los lugares más emblemáticos de Haro que hoy podéis visitar: el Barrio de la Estación, una zona a las afueras del casco antiguo en la que tienen presencia decenas de bodegas, que desde su construcción subían sus vinos al tren rumbo a Francia.

Gracias a estos acontecimientos, Haro se convirtió en una de las ciudades más ricas de España, y su mote «la capital del Rioja» ha llegado hasta nuestros días.

Una visita a alguna de sus bodegas es algo imprescindible que hacer en Haro, pero además, no dejéis de pasar por los siguientes lugares:

  • Plaza de la Paz: el centro neurálgico de Haro y donde podréis haceros la mítica foto con el cartel. La fachada del Ayuntamiento es también muy curiosa, decorada con barricas de las diferentes bodegas de la ciudad.
  • Iglesia de Santo Tomás: fue construida entre los siglos XVI y XVII y presenta diferentes estilos arquitectónicos.
  • Palacio de los Condes de Haro: con su llamativa fachada, acoge hoy en día un Centro Cultural.
  • Basílica de la Virgen de la Vega: esta Virgen es la patrona de Haro (junto con San Felices), data de principios del siglo XVIII y fue construida sobre los restos de una antigua ermita románica

Y para completar la visita, cerca de Haro, podéis visitar la capital de La Rioja Alavesa: Laguardia.

Ábalos (La Rioja): más vino que personas

La cultura del vino llega a su máximo exponente en La Rioja Alta y La Rioja Alavesa, una región que tenía aún pendiente de visitar, hasta hoy: este fin de semana nos hemos alojado en el Hotel Villa de Ábalos, un antiguo y acogedor palacete restaurado que hoy cuenta con 12 habitaciones, un restaurante, jardín y un gastrobar. Nuestra reserva consistía en 2 noches en el hotel, una cena degustación y una visita guiada a los viñedos de los dueños del hotel. 100% recomendable todo.

Ábalos fue una aldea de San Vicente de la Sonsierra hasta 1657, año en el que Juan Mateo Hurtado de Velasco, señor de la villa, accedió a la petición de los vecinos de Ábalos de separarse de San Vicente, aunque continuó bajo el dominio de los Condes de Haro y no se convirtió en villa independiente hasta 1726.

El pueblo de Ábalos es muy pequeño, pero con encanto. Sobre sus pequeñas casitas de piedra, que acogen únicamente a 250 habitantes, destaca la Iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir y el Palacio de los Marqueses de Legarda. Su ubicación es privilegiada, a solo 30km de Logroño y 14 de Haro, y muy cerca de la especial villa vasca de Laguardia.

El sustento para estos dos centenares de habitantes viene, efectivamente, del vino. Más de 700 hectáreas de las que rodean Ábalos están repletas de viñedos que pertenecen a los abalenses. Algunos de ellos son solo viticultores, otros bodegueros, y solo unos pocos poseen viñedos y bodega. Así, los viticultores tienen acuerdos con determinadas bodegas para venderles sus uvas tras la vendimia que tiene lugar en el mes de octubre cada año. En Ábalos están ubicadas nada menos que 16 bodegas, algunas de ellas más familiares y otras de mayores dimensiones.

El proceso de cultivo de las vitis es muy interesante. José Luis, el dueño del hotel y también de 3 hectáreas de vides a las afueras de Ábalos nos llevó hasta ellas y nos lo explicó con todo detalle, para después volver al hotel y hacer una pequeña cata de vinos con aperitivo.

Si buscáis pasar un fin de semana rural, tranquilo y aprender mucho sobre vino, os lo recomiendo totalmente. Todo fue de 10. Para complementar la visita a los viñedos, es ideal que visitéis también unas bodegas. Os recomiendo las bodegas Óbalo, a 2km del núcleo urbano, donde hacen visitas guiadas con explicación, cata de vinos y aperitivo.

Un paseo por Ezcaray (La Rioja)

Hace unas semanas pudimos pasar un finde por la zona de Ezcaray (alojados en estos apartamentos que tienen bastante buena relación calidad-precio), y además de hacer varias excursiones, reservamos por supuesto una mañana para patear el precioso pueblo riojano de Ezcaray, uno de los más bonitos de España para muchos.

Esta localidad es habitada por solo 2000 personas de forma permanente, pero en época de vacaciones esta cifra se multiplica hasta por 7, no solo por el encanto de sus calles, sino por encontrarse en una ubicación inmejorable: junto a la burgalesa Sierra de la Demanda, en lo más alto del riojano Valle de Oja, y a apenas 20 minutos de la estación de esquí de Valdezcaray (desde donde, por cierto, se sube al punto más alto de La Rioja).

Ezcaray ha sido nombrado, de hecho, como la primera Villa Turística de La Rioja. Perderos por sus calles y descubrir cada rincón es lo mejor que podéis hacer al llegar aquí, pero a continuación os dejo una lista de aquellos lugares más emblemáticos de la localidad:

Parroquia de Santa María la Mayor ezcaray
  • El casco histórico, que reconoceréis por el encanto de las fachadas de sus casas, perfectamente conservadas y cuidadas, es el núcleo de Ezcaray, con la Plaza de Torremúzquiz como protagonista.
  • La Parroquia de Santa María la Mayor es una enorme iglesia, visible desde la carretera principal, construida en el siglo XII.
  • La Real Fábrica de Tejidos de Paños de Santa Bárbara es una construcción también gigantesca, que muestra la importancia que tuvo el sector textil en Ezcaray en el siglo XVIII. Hoy en día este edificio alberga el Ayuntamiento, el albergue La Real Fábrica y el Teatro Real de Ezcaray.
  • La Ermita de Santa Bárbara se encuentra fuera del núcleo urbano, pero merece la pena subir hasta aquí, ya sea caminando o en coche, para disfrutar de una buena panorámica de Ezcaray y su entorno.
ermita Santa Barbara ezcaray

¿Dónde comer en Ezcaray?

Os propongo tres sitios:

  • Restaurante La Estación. Con mucho encanto, ya que está construido en la antigua estación de ferrocarril, completamente restaurado y decorado respetando el antiguo ambiente.
  • Restaurante Casa Masip. Tiene dos partes: una más taberna y otro, justo al lado, más restaurante. Ambos están muy bien, pero el restaurante con su elaborada carta y bonita decoración nos encantó.
  • Restaurante Lladito: es mucho más sencillo que los anteriores, el típico donde esperas encontrar comida de casa de toda la vida. Buena atención y buena comida, además de bastante barato.
ezcaray que ver

¿Qué hacer cerca de Ezcaray?

La Rioja: Cerro San Lorenzo (2271m) – Reto CIMASxPROVINCIAS 8/50 ☑️

(Descarga y sigue aquí la ruta de Wikiloc)

En nuestro segundo día alojados en Ezcaray subí hasta la Estación de esquí de Valdezcaray, a apenas media hora en coche del pueblo, pues desde allí comienza la ruta (o mejor dicho, las rutas) para subir hasta el punto más alto de La Rioja: el Cerro de San Lorenzo, a 2271m de altitud.

El cerro de San Lorenzo se encuentra en lo alto de las pistas de esquí. Esto quiere decir que realmente es posible subir de muchas formas, al encontrarse la montaña totalmente pelada.

estación de esqui valdezcaray sin nieve

Yo opté por subir por una de las pistas de esquí, motivo por el cual la ida contó con apenas 3km, pero la friolera de 700m de desnivel. Si subís así, tened bien preparados los pulmones, o armaros de mucha paciencia para hacer paradas e ir despacio.

Existe otra forma de subir (que es la ruta que yo tomé para bajar), un sendero ancho y cómodo de 4km que llega hasta el telesilla más elevado de la estación de esquí (la cual se encuentra a 1km de la cima) bastante más llevadero en cuanto a inclinación, y en mi opinión, más disfrutón.

Eso sí, desde el telesilla hasta la cima, vengas por donde vengas, el último kilómetro con 300 metros de desnivel no te lo quita nadie. Ese hay que subirlo sí o sí. Discurre por un camino estrecho prácticamente recto que culmina, por fin, en la cima de San Lorenzo.

vistas desde San Lorenzo valdezcaray

Allí arriba hay de todo, desde un púlpito hasta una gran cruz en honor al santo, y por supuesto el fotogénico vértice geodésico del techo de La Rioja.

Desde allí se divisa, según el clima, incluso hasta el País Vasco, y por supuesto el pico que visitamos anteriormente, el Pico San Millán (el techo de Burgos, a apenas unos kilómetros en línea recta).

cima de San Lorenzo La Rioja

En total, mi ruta fue de 8km con +700, pero la que os recomiendo hacer es de 10km con el mismo desnivel. No tiene dificultad más allá de la inclinación, y en el último kilómetro hay que llevar cuidado porque no hay vegetación para protegerte de una posible caída que te hará rodar montaña abajo.

¡Una cima más completada!

(Descarga y sigue aquí la ruta de Wikiloc)