El Algarve es una de las zonas de vacaciones más codiciadas en Europa, y curiosamente una de las que me quedaba por visitar, y de hecho me sigue quedando, porque solo fueron dos los días que pude disfrutar de la Quinta do Lago, una de las mejores playas del sur de Portugal, muy cerca de la ciudad de Faro.
Me alojé en el Ria Park Hotel, un resort escondido en el municipio de Almancil que es muy interesante, ya que a parte del hotel, la zona de piscina, gimnasio y otras típicas zonas comunes, cuenta con una serie de casas independientes que el hotel ha ido haciendo suyas, donde hay unas 7 u 8 habitaciones, y me parece algo muy interesante cuando se va en grupos de amigos o se quiere estar más alejado del barullo del hotel.
Estas casas cuentan con una piscina a parte para ellas (más cerca, pues a lo tonto quizás recorres 700-800 metros hasta la recepción del hotel) y se respira mucha tranquilidad.
Y ahora vamos a lo importante: Quinta do Lago es para muchos la mejor playa de Portugal. En mi opinión, está muy bien, pero tanto como para ser la mejor… no sé yo. Se trata de una playa situada en el Parque Natural da Ria Formosa, un laberinto de canales y marismas, kilómetros de dunas y vegetación que dejan un precioso paisaje.
Sus playas vecinas son la Praia do Ancao y Praia do Garrao, que realmente no se separan unas de otras de ninguna forma. Lo mejor es que a lo largo de estas playas no hay rastro alguno de edificaciones altas típicas de las zonas de playa. Aquí solo hay hueco para casas unifamiliares y hoteles exclusivos.
Por detrás de la playa hay una gran banda de vegetación y lagunas que separan el mar de las casas, y todo ello está también recorrido por un larguísimo paseo de tierra y pasarelas de madera de más de 6km de longitud. De hecho, este mismo camino llega hasta el mismísimo aeropuerto de Faro.
Si buscáis un lugar tranquilo en el que disfrutar de la playa, la naturaleza y de cero aglomeraciones, os recomiendo esta zona sin duda.
A orillas del río Tajo, que baña también ciudades como Aranjuez o Toledo 500km antes, la capital de Portugal es bien conocida por sus innumerables calles empinadas, su tranvía y sus pastéis de Belém. Sus barrios con encanto la han convertido en una de las ciudades más visitadas por los turistas de los últimos años.
Tuve la oportunidad de ir allí durante un fin de semana hace unos años (y quizás repita este verano algún día más para disfrutarla más a fondo) y estos son los lugares que no os podéis perder en otra ciudad a la que también llaman la ciudad de la luz (como París, ya vosotros decidís cual se lo merece más):
1. Plaza del Comercio
Probablemente el lugar más emblemático de la ciudad, esta plaza enorme y peatonal termina en un mirador al Tajo y a las Cais das Colunas, un embarcadero que con buen tiempo se llena de gente mojándose los pies en el rio.
En uno de los lados, el Arco de Rua Augusta conecta la plaza del Comercio con la rua Augusta, que es una de las calles más comerciales de la ciudad, llena de comercios, restaurantes y cafeterías.
imagen de lisboando.com
2. Panteón Nacional
Aquí yacen los restos de personajes ilustres e importantes del país. Su arquitectura exterior, algo sobria, oculta su sorprendente belleza interior, con una gran cúpula espectacular a la que también se puede subir para apreciar las vistas del barrio de la Alfama y del río.
imagen de minube.com
3. Barrio de la Alfama
Es uno de los barrios más auténticos de Lisboa, lleno de cuestas y calles estrechas empedradas que rodean el Castillo de San Jorge y acaban en la orilla del Tajo. Si no quieres perderte nada lo mejor es hacer un free tourpor sus callejuelas.
imagen de lisboando.com
4. Mirador Portas do Sol
De entre los varios que hay, es el mirador más famoso de la ciudad. Sin duda su nombre ya revela cuando es el mejor momento para visitarlo, al amanecer cuando está saliendo el sol, aunque las vistas son buenas a cualquier hora del día.
5. Mirador de Gracia
Otro de los miradores más famosos es el Miradouro de Graça, situado junto al Iglesia de Gracia. Para algunos es incluso mejor que el Mirador Portas do Sol, quizás porque además de que se puede disfrutar de un atardecer bonito mientras se toma algo en su terraza, se pueden observar varios graffitis hasta llegar al mirador, y contemplar así una muestra del street art de la ciudad.
6. Mirador de la Señora del Monte
Tercer y último mirador que mencionaré, que aunque está un poco más alejado de los dos anteriores, es el más alto, y desde él se puede ver toda la otra cara de la ciudad.
imagen de Tripadvisor
7. Barrio alto
Esta zona está de moda por su vida nocturna y sus bares y restaurantes y es un buen lugar para cenar y pasar un buen rato al menos una noche en Lisboa. También podéis encontrar varios locales donde disfrutar del Fado, música típica portuguesa y que os recomiendo escuchar.
imagen de Tripadvisor
8. Elevador de Santa Justa
Debido a sus cuestas y sus colinas Lisboa cuenta con varios ascensores en plena calle que ayudan a subir o bajar a ciertas zonas, y uno de los elevadores más importantes de Santa Justa, que lleva desde la parte de baja del barrio de la Baixa hasta el barrio de Chiado y barrio Alto.
Lo interesante de este elvador no sólo es la comodidad de subir de una zona a otra, sino que, además de ser muy bonito, en su parte superior hay un mirador desde donde apreciar una panorámica perfecta de la zona.
La entrada cuesta unos 5€ que incluyen subida y bajada, ademas del acceso al mirador. No obstante está incluido en la Lisboa Card, que compensa si vas a entrar a los lugares más representativos de la ciudad.
imagen de Wikipedia
9. Tranvía nº28
Es la línea de tranvía más conocida y turística, convertida en toda una atracción, atravesando la ciudad de abajo arriba por empinadas a la par que preciosas calles. Algo que, a pesar de ser tan típico, hay que hacer al menos una vez (también está incluido en la Lisboa Card).
imagen de lonelyplanet.com
10. Castillo de San Jorge
Además de su arquitectura magistral como castillo al estar situado en una colina ofrece varios de los mejores miradores de Lisboa, destacando su Torre del Homenaje, que es la más alta.
También destaca el Periscopio, en la torre de Ulises, situada al entrar al castillo, que es un invento de Leonardo Da Vinci capaz de mostrar una vista de 360 grados de la ciudad.
imagen de viator.com
11. Catedral Sé de Lisboa
Se trata de la iglesia más antigua de la ciudad, construida en 1147. De estilo románico, junto a la misma posteriormente se construyó un convento de estilo gótico, en cuyo claustro en la actualidad se están realizando excavaciones arqueológicas.
imagen de Wikipedia
12. Barrio de Chiado
El barrio de Chiado es interesante porque en él se puede disfrutar del mejor ambiente diurno. Con muchas cafeterias y comercios pequeños, su calles están llenas de músicos y artistas haciendo de él un barrio bohemio para disfrutar durante todo el día.
En este barrio, y a pocos metros de donde nos deja el elevador de Santa Justa, encontraremos el Convento do Carmo, una iglesia gótica en ruinas destruida en 1755 por un terremoto, de la que se conserva la nave central sin techo y además un museo.
imagen de lisboando.com
13. Monasterio de los Jerónimos
Alejándonos un poco del centro llegamos a este monasterio, uno de los edificios más bonitos de Lisboa, que combina el estilo gótico con el renacentista. En él se encuentran las tumbas de Vasco de Gama y Luis Camoes.
La forma más cómoda de llegar es con el tranvía 15 desde la plaza del comercio.
imagen de visitportugal.com
14. Torre de Belém
Justo frente al monasterio, se encuentra la icónica Torre de Belém y con el mismo estilo arquitectónico. Fue un enclave defensivo para defenderse de los ataques de los corsarios y otros enemigos.
Durante la visita se recorren las distintas plantas de la torre y al llegar a la terraza podréis ver la mejorpanorámica del monasterio de los Jerónimos.
15. Monumento a los Descubrimientos
Para terminar nuestro viaje por Lisboa, junto a la Torre de Belém veréis este enorme monolito (al que también es posible subir) que rinde homenaje a los descubridores portugueses que llegaron a América en el siglo XVII.
Domingo 11 de octubre, último finde por Portugal, y eso significa también que hoy ha sido también mi última salida a la montaña por estas tierras.
A diferencia del finde pasado, me ha acompañado un cielo impecable sin una sola nube, lo cual ha invitado a hacer una ruta larguita. Y el sitio que he elegido para hoy era perfecto: la Serra da Freita, que pertenece al llamado Arouca Geopark, una región en la que, como podéis ver en su web, están fomentando mucho el turismo activo (la ruta de los Passadiços do Paiva de hace unas semanas también pertenece a él). Y es que es una sierra llena de senderos súper bien señalizados y que se cruzan unos con otros, así que se pueden hacer rutas de diferente distancia, desnivel y dificultad.
En mi caso, he aparcado en el camping que está pasado el pueblo de Merujal. De ahí parten varias rutas, y he comenzado siguiendo el PR7, que hace una ruta circular por el estrecho valle del río Caima y a la que también llaman la Ruta del Agua (de hecho, durante todo el camino se ve o se escucha agua), puesto que discurre junto a un río y se pasa junto a varias cascadas, entre ellas, la Frecha da Mizarela, que con 60 metros de caída es la más alta del Portugal continental.
Esta parte tiene una bajada bastante pronunciada, con su correspondiente subida de la misma inclinación, y todo por senderos muy estrechos y con rocas, no aptos para todos los públicos.
Antes de terminar la PR 7, que empieza y termina en el pequeño pueblo de Cabreiros, me he desviado para seguir por un camino también señalizado pero que no tenía número, hasta llegar a las Momoas de Monte Calvo, unos túmulos prehistóricos que se calcula que son de la Edad de Bronce. En este mismo punto convergen 3 carreteras y la verdad es que estaba bastante transitado. Desde aquí he seguido por el PR 16 (que, al igual que todos los demás, está señalizado con una marca amarilla y roja en las rocas cada pocos metros), unos cuantos kilómetros hasta llegar a Albergaria da Serra, otra pequeña aldea.
Me quedaba poco para llegar al coche ya, después de 10km, pero un poco antes el sendero que subía al marco geodésico de Sao Pedro Velho se ha cruzado en mi camino… y he tenido que hacerlo! Se trata del punto más alto de la Serra da Freita, con 1014m de altitud, y solo 1km más tarde ya estaba arriba.
Es totalmente «dominguero» pues una carretera llega hasta 300m de distancia de la cima, así que me he encontrado hasta señoras en chanclas, mientras que yo llevaba 12km y 700m de desnivel en las piernas (no es la primera vez que me pasa, también es verdad).
Las vistas sin espectaculares. Hay un mirador circular desde el que ver un 360º literal de todo el paisaje, y con el día tan despejado que hacía se veía hasta el mar y Oporto a lo lejos.
El resto ya ha sido fácil, un par de kilómetros de bajada y estaba de nuevo en el coche. En total, 14,5km con 730m de desnivel por caminos perfectamente señalizados, pero en ocasiones con superficies poco fáciles (en mi ruta de Wikiloc podéis ver y seguirla al detalle). Sin problema se podrían hacer por aquí rutas preciosas desde 5km hasta… infinito🤣.
Situado en el casco histórico de Oporto, el Palácio da Bolsa, llamado así porque su patio central albergó la bolsa de valores portuguesa hasta que finalmente solo quedó la sede actual de Lisboa, es, para muchos, el edificio más bonito de la ciudad. Visitarlo cuesta 10€ y la entrada incluye una visita guiada; de otra forma no se puede ver, puesto que es un edificio aún en uso: actualmente se encuentra la Cámara de Comercio de Oporto.
La actual construcción data de 1910, aunque su construcción comenzó en 1842 sobre las ruinas de un antiguo convento franciscano. A raíz de su largo tiempo de construcción, se pueden observar diferentes estilos arquitectónicos.
Patio de las Naciones
Se trata del patio central, lo primero que uno encuentra nada más entrar, presidido por una enorme y preciosa cúpula de cristal en el techo. Se llama así porque en la parte superior hay murales con los escudos antiguos de Portugal y de otras 27 naciones con las que la Asociación Comercial de Oporto negociaba ya en el siglo XIX.
Sala del Tribunal
En sus muros se ven representados en pintura diferentes juicios antiguos, y los bancos en los que uno se sienta están hechos de madera de roble, tienen 200 años y están como el primer día sin haber sido restaurados nunca (seguro que de Ikea no son).
Sala Dorada
Es en esta sala donde actualmente se reúnen los directivos de la Asociación Comercial de Oporto, y como no podía ser de otra manera, recibe su nombre gracias a que el techo está pintado con pan de oro.
Sala de las Asambleas Generales
También en uso en el presente, parece una sala construida enteramente de madera, pero solo en apariencia, pues desde el primer metro de pared hacia arriba, el muro de yeso está pintado imitando a la madera. Eso sí, los bancos son también de madera de roble centenaria, y el suelo está hecho a partir de un solo árbol, dando lugar a una lámina de parquet de 15 metros de largo sin cortes.
Salón Árabe
Sin duda la mejor estancia de todo el Palacio, cuyo nombre recibe de su decoración al estilo árabe, y cuya construcción fue inspirada por la Alhambra de Granada. Su objetivo principal ya desde su construcción fue la de impresionar al visitante, cosa que consiguen realmente.
Esta sala se utiliza actualmente para eventos oficiales. De hecho, fue aquí donde Portugal firmó su tratado de adhesión a la Unión Europea.
En tiempos de no-coronavirus se podía disfrutar de conciertos de música clásica en el Salón Árabe, pero ya no (aunque si estás leyendo esto en ¿2022? entonces quizás los hayan retomado y tengas la suerte de disfrutar uno de ellos).
Vaya día más desapacible el de ayer! Una pena porque la ruta que hice fue una pasada, y más lo pudo ser con un poco de sol, o al menos sin tanta niebla y viento.
El recorrido fue por la Serra do Marao, entre las ciudades de Amarante y Vila Real. Es una de las cadenas montañosas más altas del Portugal continental, y por supuesto, a donde subí fue al pico Senhora de Serra, el más alto de todos con 1416m, con un vértice geodésico gigantesco que lo corona, además de un observatorio astronómico (que ni de lejos tiene el tamaño del que hice hace no mucho en Calar Alto – Almería) y una ermita… Y es que sí, de nuevo, una cima a la que se puede subir en coche!
La ruta que hice fue esta, y no tiene pérdida ninguna: se trata todo el tiempo de un camino de tierra súper ancho, que salvo un tramo de unos 600m, es una subida muy progresiva y agradable. Uno de los recorridos con mejor relación comodidad-belleza que he hecho (de ahí que sea una pena el mal tiempo que hizo). Además, en la cima las vistas parecen ser espectaculares, aunque yo no vi nada de nada (en ocasiones la niebla no me dejaba ver ni más de 50 metros del sendero), así que ojalá pueda volver algún día y repetirla.
El recorrido parte de una pequeña aldea llamada Mafómedes, lugar pequeño, aislado y poco transitado. De hecho, no me crucé con absolutamente nadie en toda la ruta, salvo un par de personas asomadas a las ventanas de sus casas en el pueblo.
Las vistas son una pasada: en otra época del año todo suele estar cubierto de nieve, pero ahora, a principios de otoño, las montañas eran un manto verde precioso.
La ciudad de Oporto me tiene enamorada: es preciosa y relativamente pequeña. Para no perder costumbre, a los pocos días de llegar hice el Free Tour de la ciudad, con una guía que nos contó muchísimas curiosidades, empezando por el origen de la palabra Portugal, del que Porto y su vecina Gaia tienen mucho que decir (ya se ve por donde van los tiros, no?).
Cuando los romanos conquistaron estas tierras, fundaron una ciudad a la que llamaron Gaia (o Cale, depende de dónde busques la información). En la otra orilla del río construyeron su puerto, y con el paso de los años, la importancia de este puerto a lo largo de la costa atlántica hizo que en muchos lugares se le llamase Portocale o Portusgaia… y esta importancia fue tal, que se acabó llamando a la región entera (que no fue país hasta 1640 tras su guerra de independencia con Castilla) Portugal. Y hasta hoy.
De hecho, es gracioso, porque he llegado a oír por parte de algún autóctono, cuando le preguntas por Lisboa, cómo responden en broma: «pero recuerda que este país se llama Portugal, y no Lisboagal!»
Torre dos Clérigos
Es la torre del campanario de la iglesia con el mismo nombre. Es la torre más alta de Oporto, con 72m de altura, los cuales merece la pena subir aunque sea por escaleras, puesto que la panorámica del casco antiguo desde aquí es la mejor, sin duda (la entrada vale 5€). Tip para no quedaros sordos: no subáis a las 12 de la mañana, porque las campanas suenan a todo trapo durante 10 minutos (sí, en vuestra oreja).
Fue construida en el siglo XVIII por el mismo arquitecto que construyó prácticamente el resto de edificios notables de la ciudad: Nicolau Nasoni, que de hecho hace no mucho se descubrió que estaba enterrado en esta iglesia.
Miradouro da Vitória
Es casi un lugar escondido en medio de todo, porque pocos lo visitan, y ofrece una de las mejores vistas de la ciudad, con el Duero, Gaia y el Puente de Luis I en el horizonte.
La pena es que es propiedad privada, y el dueño no se preocupa nada por su aspecto, así que está siempre bastante sucio y descuidado.
Monasterio de Sao Bento
Es uno de los edificios religiosos más importantes de Oporto. Construido por monjes benedictinos tras su llegada a la ciudad en 1597, aunque fue un proceso lento, dando por concluidas al 100% las obras en 1728.
Durante su uso como monasterio, fue un importante centro de música y canto (el órgano de su iglesia es una muestra de ello) pero en los siglos posteriores tuvo otras funciones no tan bellas: Hospital Militar, Tribunal Militar, Casa de Reclusión y Acuartelamiento de Infantería. No fue hasta 1990, tras su restauración, cuando se convirtió en la sede de la Orquesta Nacional de Oporto, y desde 2007 es sede de espectáculos teatrales y conciertos.
Centro Portugués de Fotografía
Eso ahora, porque hasta los años 70 fue la cárcel de Oporto, y aún se comprueba perfectamente en su diseño interior. En 1974, con la Revolución de los Claveles que puso fin a la dictadura de Salazar, se decidió trasladar a los condenador a una prisión a las afueras debido al agitado clima político que se quedó en el país.
Uno de los autores más representativos de la literatura portuguesa, Camilo Castelo Branco, estuvo recluido aquí en el siglo XIX. El motivo? Adulterio: tuvo una relación con una mujer casada. Y como por aquel entonces ya era un personaje destacado en el país, se le encarceló en la zona VIP, junto con otros presos de alto rango social. Camilo se dedicó a entrevistar a dichos presos, y el resultado fue el libro «Entrevistas en la Cárcel», un ensayo de recomendable lectura. Pero su novela más reconocida fue «Amor de Perdición», de hecho una de las más importantes del Romanticismo en Portugal, y que relata la historia de amor prohibido entre Simao Botelho y Teresa de Albuquerque.
Igreja do Carmo
Lo que parece una iglesia enorme, en realidad son dos (o tres, según se mire): la Iglesia del Carmen (del siglo XVII) y la Iglesia de los Carmelitas (del siglo XVII). Y es que, una era de monjas y otra de monjes, construida después. Y dónde está el tercer edificio? Pues justo entre medias: una estrechísima casa que el jefe religioso de turno obligó construir, puesto que las normas dictaban que dos iglesias no pueden compartir pared. El resultado fue la construcción de la casa más estrecha de la ciudad.
Curiosamente, entrar a la casa es lo único que cuesta dinero, si bien no en las iglesias. Y otra curiosidad es que hay quienes las llaman «las iglesias gemelas» pero lo cierto es que no se parecen en nada.
Estación de Sao Bento
Este sitio es una auténtica pasada. En la entrada de esta estación ferroviaria, que por supuesto sigue usándose, hay toda una sala que cuenta literalmente la historia de Portugal dibujada sobre más de 20.000 azulejos pintados a mano. Calentad el cuello porque os vais a cansar de mirar hacia arriba. Además, nuestra guía nos contó todos los detalles, y me pareció una pasada.
Catedral de Oporto
Aunque aquí la llaman Sé do Porto. Es uno de los monumentos más antiguos (del siglo XII) y que más sobresalen de la ciudad, diría que el segundo después del Puente de Luis I.
Alberga uno de los claustros más hermosos de Portugal, decorado con miles de azulejos que narran la Metamorfosis de Ovidio.
Puente de Luis I
A éste no llegamos con el Free Tour, solo lo vimos a lo lejos, pero no podía faltar en mi primer post sobre la ciudad. El puente marca el final del casco antiguo de Oporto, y conecta las proximidades de la Sé do Porto con la vecina ciudad de Vilanova de Gaia.
Os recuerda a algo? …La Torre Eiffel, quizás? Pues es que el diseño de esta estructura fue elaborado por Gustave Eiffel, pero llevado a cabo por su socio Teófilo Seyrig en 1877.
Tiene dos niveles: el más alto se puede cruzar en metro o andando, y el bajo, en coche o andando.
Y hasta aquí nuestro recorrido por varios de los lugares más notables del centro de Oporto. Pronto os cuento más, que esta ciudad tiene para rato, y yo tengo mucho tiempo para descubrir sus detalles y secretos.
Cuesta encontrar rutas de altura por los alrededores de Oporto, que es donde estoy viviendo estas semanas. Pero nada que se me resista, y para la ruta de este finde he elegido la Serra do Boneca, a tan solo 30 minutos de la ciudad.
Se puede partir de Rio Mau o bien desde Sebolido, dos pueblos en la ribera del Duero, a menos de 3km el uno del otro. De cualquier manera, para hacer la ruta circular, se pasa por ambos. Por fin estoy registrando las rutas en Wikiloc, así que os dejo aquí la que he hecho exactamente, que se me ha quedado algo corta porque el regreso lo he hecho atajando, ya que la lluvia amenazaba a lo lejos. Para una versión más larga, esta es una buena elección.
La misión de hoy era llegar al punto más alto de la sierra, a 518m de altitud, bajito, sí, pero he partido desde casi cero. Un vértice geodésico esperaba en lo alto, y además de las buenísimas vistas de una buena parte del Duero, es posible disfrutar de una perspectiva diferente de los molinos eólicos: justo, justo desde sus pies. Vaya bichos! Ni que decir tiene, claro, que hacía un viento interesante.
Y por este motivo hay una ruta corta y una larga: podéis optar caminar por el camino asfaltado, necesario para llegar a los molinos, o bien por los pequeños senderos que llegan hasta aquí, que son varios y no tienen señalización pero tampoco mucha pérdida si se tiene un mínimo de orientación.
Y lo más curioso y divertido de hoy ha sido encontrarme, a ya muchos kilómetros de «la civilización» un rudimentario columpio hecho con troncos de árbol. Balancearse ahí es como volar sobre el Duero, porque qué vistas!
Hoy os traigo una ruta que hice el finde pasado, conocida, fácil y por este motivo, muy transitada, que discurre junto al río que las da nombre: el Paiva.
Se trata de un recorrido de 8km de pasarelas de madera en cuyos extremos se hayan los pueblos Espiunca y Areinho. Es absolutamente llana excepto por un corto tramo cerca del final (si se empieza por Espiunca) de un desnivel considerable que es salvado por una larga escalera. Para más facilidades, por si no era poco con las pasarelas de madera, hay:
Vestuarios en el inicio de la ruta en Espiunca (y posiblemente también en Areinho, aunque no llegué allí)
Un «chiringuito» a medio camino, alrededor del km 4
Paradas de taxis tantos en los dos extremos como en dicho chiringuito. Es decir, que puedes hacer la ruta completa (16km), solo la ida (8km), o incluso la mitad de la mitad (4km).
Y por estos motivos, no puedo entender por qué en la página oficial de los Passadiços, indican que es una ruta de dificultad alta.
Y es que sí, es un lugar tan transitado y famoso que tiene web propia, y de hecho cuesta 4€ entrar. Su web es esta, y mucho mejor si compráis las entradas por internet (ya que tiene aforo máximo de visitantes y es mejor no jugársela).
Elegí hacer la ruta igualmente, precisamente porque las condiciones meteorológicas eran horribles: predicción de mucha lluvia durante las 24h de toda la semana, incluyendo el finde. Pensé que muchas personas decidirían quedarse en el sofá, y aunque seguro que así fue, resultó haber mucha más gente de la que me imaginaba: me crucé con más de 50 personas.
Pero vamos a lo guay: la ruta es una pasada, las vistas todo el tiempo son preciosas, y lo mejor viene en el extremo cercano a Areinho: allí, en lo alto, hay un puente colgante inmenso recién construido; tan nuevo que ni está inaugurado ni sale siquiera en Google Maps. Pues bien, resulta ser el puente colgante para peatones más largo del mundo; mide 516 metros! Una pasada. Se supone que se abre este otoño, así que si aún estoy por estas tierras, sin duda vendré a cruzarlo.
En resumen: un camino agradable, sencillo y perfecto para un día lluvioso, pues su estructura lo hace absolutamente seguro a pesar del mal tiempo, y porque además cuenta con varias cabinas telefónicas de emergencia por el camino.
Me he trasladado a Portugal, más concretamente a Oporto, durante unas semanas, y hoy, como buen domingo, no podía faltar una ruta de montaña. Tenía Gerês apuntado en mi lista de pendientes desde hace varios años, pero nunca me había dejado caer por sus alrededores, así que lo he cogido con muchas ganas.
Aunque hay varios Parques Naturales y Reservas, Gerês es el único Parque Nacional de Portugal. Está situado al norte del país, y de hecho hace frontera con España.
Además de constar de varias cadenas montañosas, lo más especial de este lugar es que hay agua por todas partes: ríos, lagunas, cascadas… Y no hay ninguna cima especialmente famosa, ni rutas «obligatorias», así que anoche investigué por Wikiloc, y en base a las fotos que vi y la distancia y desnivel que me apetecía, elegí esta, de la cual he tenido que ir bastante atenta en algunas ocasiones porque es como una mezcla de rutas. Unos 15km con 850m de desnivel, en forma circular.
El sendero comienza saliendo del pueblo Vila do Gerês, y enlos primeros 5km se alcanza la altitud máxima: nada menos que 700m de subida, casi nada para «calentar»!
Después es ya todo bajada bastante llana, con alguna pendiente esporádicamente, y el grueso del desnivel hacia abajo se hace en los últimos 6km.
Más o menos a la mitad del recorrido se llega a la Cascata do Arado, donde casualmente estaban haciendo barranquismo esta mañana. El río con el mismo nombre es un popular lugar para las familias portuguesas: estaba lleno de gente bañándose y comiendo de picnic, así que ahí he descansado un rato mientras comía.
Prosiguiendo con la bajada, hay parada obligatorísima en el Miradouro Pedra Bella, qué pasada! Desde allí se ve, desde muy arriba, todo el valle del río Cavado. Una de las mejores vistas que han entrado en mis retinas últimamente.
Como apunte, mi consejo es no venir a esta zona en verano. El valle parece como la playa interior de los portugueses de la zona, y aún hoy (mediados de septiembre) está llenísimo de gente (y en consecuencia, de coches). Por suerte, no debe ser muy común esto del senderismo (o que la ruta no era para cualquiera) y apenas me he cruzado con 2 personas hasta que he llegado a la zona de la cascada.
Os dejo otra ruta que discurre por otra montaña y que también sale de Vila do Gerês; la cual era mi segunda opción.
Último día por Galicia, aunque no ha sido en Galicia. Hemos cruzado la frontera con destino al municipio más al norte de Portugal: Melgaço. Prado es una aldea perteneciente a él, y de aquí parte una ruta súper sencilla, paralela al Miño, que discurre por pasarelas de madera entre un frondoso y precioso bosque.
Podéis encontrar el comienzo de la ruta en Google Maps como Trilho-Percursos Marginais do Rio Minho, pero igualmente os dejo como siempre la ruta de Wikiloc que hemos seguido. El recorrido que aparece es de 7km, pero el tramo de pasarela son apenas 4.
Nosotros hemos vuelto después de comer hacia Ribadavia porque queríamos ir por última vez a las Termas de Prexigueiro, pues las pozas públicas nos tienen enamorados y se nos ha hecho de noche allí más de un día esta semana; pero si queréis investigar un poco más la zona, el pueblo de Melgaço cuenta con un importante castillo y también el Parque Nacional de La Peneda-Gueres es una maravilla que está en mi lista de pendientes desde hace mucho (y que en menos de un mes podré visitar por fin).