15 trucos para viajar barato

Hace unos días, durante un Q&A en mi cuenta de Instagram, recibí varias preguntas relacionadas con mi faceta viajera. Una de ellas me pareció muy interesante, y es que me la han hecho muchas veces: ¿cómo consigues viajar tanto? En el sentido de tiempo, tengo bastante facilidad porque mi trabajo no requiere que esté en un lugar concreto, sino que puedo hacerlo desde cualquier parte con mi ordenador y una conexión a internet.

Y en cuanto al aspecto económico, con el el paso del tiempo y de los viajes, he ido aprendiendo una serie de trucos, por llamarlo de algún modo, que me permiten reducir mucho los costes y así no tener que quedarme en casa. Aquí tenéis una lista de los mismos, espero que os sirvan tanto como a mi. Pero, una frase que los resume casi a la perfección es… No seas «tiquismiquis» con nada:

1. Sé flexible con las fechas o con el destino

Si lo que te gusta es viajar, el destino (dentro de unos límites) es menos importante. Seguramente ya lo conozcas, pero la web Skyscanner tiene una funcionalidad interesantísima, y es que puedes buscar vuelos desde tu ciudad hacia cualquier lugar y en cualquier fecha. La web lo ordena de más barato a más caro, y también te indica las fechas exactas en las que el billete es más barato.

¿Cómo aprovecharse de esto? Si tienes preferencia por unas fechas, sé flexible con el destino, y si quieres un destino concreto, sé más flexible con las fechas. ¡Sencillo!

Yo llegué a irme a Luxemburgo un fin de semana por 30€ sin saber muy bien qué me encontraría, ¡y me lleve una muy grata sorpresa!

2. Comprueba la web de la aerolínea

Una vez hayas encontrado un vuelo interesante en algún comparador de vuelos, fíjate en la compañía que lo ofrece y entra en su web para comprar los billetes. La mayoría de las veces, los comparadores cobran comisiones extrañas por comprar el billete en su web, mientras que en la de la aerolínea el precio inicial es el real (siempre y cuando no añadas maletas)

3. No factures maleta

Para viajes cortos es más fácil, para viajes largos o en invierno, menos, pero no facturar una maleta hará que el billete de avión sea más barato: este servicio normalmente suele costar entre 30 y 60€ por trayecto (es decir, entre 60 y 120€ por ir y volver), y esto encarece muchísimo el billete. Si volar a Nueva York te cuesta 500€, quizás no se note mucho la diferencia, pero en Europa hay destinos tan baratos como 40 o 50€ de ida+vuelta; ¡la maleta cuesta más que el propio billete!

Además, no facturar maleta tiene otra gran ventaja, y es que ahorras mucho tiempo en el aeropuerto: no tendrás que llegar tan pronto ni tampoco te entretendrás al aterrizar en el destino, y esto es un punto muy a favor si haces una escapada rápida de fin de semana.

4. Vuelos con escalas

Como todos sabemos, los vuelos con escalas son casi siempre más baratos que los vuelos directos. Si vas a hacer una escapada corta, hacer una escala no suele ser una opción porque perderás mucho tiempo valioso viajando, pero en un viaje más largo sí puedes permitírtelo, y además la diferencia de precio es normalmente bastante grande (a destinos de otros continentes, muchas veces el vuelo directo cuesta el doble que el de escalas).

Una buena opción es que en lugar de lamentar el tiempo que vas a tardar en llegar, busca una buena escala, y por buena me refiero a larga: de esta forma podrás visitar la ciudad en la que haces escala, ¡y eso que te llevas de regalo! Una ciudad nueva sin planearlo, y bastantes euros ahorrados.

5. Utiliza Blablacar

Si vas a viajar en coche, una buenísima opción es utilizar la plataforma Blablacar, todo un invento. Se trata de una web en la que tú, como conductor, publicas el viaje que vas a hacer, incluídas paradas. Si vas de Madrid a Castellón, puedes, por ejemplo, poner paradas en Tarancón, Requena y Valencia, y así tienes más posibilidades de que más gente se interese por el viaje.

Una vez publicado, habrá pasajeros que busquen el viaje, y reservarán un asiento en tu coche. El precio por plaza lo pones tú, pero Blablacar ya tiene unas tarifas recomendadas por kilometraje, y son más altas de la gasolina que gastas en realidad (depende del coche que tengas, más o menos). En mi caso, siempre que lleno el coche, el dinero que obtengo es bastante mayor al que realmente gasto en gasolina, y aunque obviamente hay que contar con los gastos de mantenimiento del coche, es un gran ahorro, más teniendo el cuenta que el viaje lo iba a hacer con o sin pasajeros.

Si tienes suerte de llenar el coche durante todo tu viaje, sacarás mucho más beneficio, y esto te permitirá incluso pagar parte de tu estancia de allá donde vayas. Yo he llegado a irme de fin de semana y pagarme las dos noches en un AirBnb con el dinero sobrante de Blablacar.

Ningún pasajero va a sentirse engañado por el precio, porque tú has puesto el que Blablacar tiene estipulado. Cuando lo bajas, la plataforma te avisa de que el precio está por debajo y puede que no cubras gastos, y si lo pones más caro, te indica que puede que ningún pasajero lo reserve.

Blablacar es una plataforma muy segura: para hacerse un perfil, todo usuario debe introducir una foto que requiere aprobación y añadir el DNI, y además hay un apartado para dejar opiniones una vez finalizados los viajes. Los pagos también son a través de la aplicación, así que no hay ningún riesgo de que el pasajero no pague, y si no se presenta, se te paga igual.

Accede aquí a la web de Blablacar

6. Elegir el hotel

El hotel es algo con lo que se puede ahorrar muchísimo, pero, eso sí, hay que dejar los lujos de lado. Mi filosifía es simple: cuando estoy de viaje no paso casi tiempo en el hotel, sólo cuando duermo y alguna hora suelta más; entonces, ¿para qué quiero un lugar súper guay si no lo voy a disfrutr? A mí, con que cubra unos mínimos, me vale.

De nuevo echaremos mano de los comparadores, en los que se pueden buscar hoteles ordenados por precio y también sobre el mapa para asegurarnos de que la ubicación es buena.

Lo mejor de este tipo de webs es que los viajeros dejan sus opiniones una vez terminan su estancia, así que puedes leer valoraciones reales de cada lugar, algo muy necesario cuando reservas habitaciones en hoteles de precios bajos. Muchas veces tendemos a pensar que barato es igual a baja calidad, y para nada.

Lo que yo suelo hacer es ordenar los hoteles de más barato a más caro, y tras elegir el que más me gusta según las fotos que aparecen, leo muchos, muchos comentarios para asegurarme de que lo que aparenta es real. Creedme cuando os digo que he estado en muchísimos hoteles baratos en todo el mundo y un muy pequeño porcentaje de ellos me ha decepcionado.

Normalmente trato de elegirlos en la mejor localización posible, pero hay ciudades tan tan caras que eso es imposible, así que busco un plano de transporte público de la misma, y trato de coger el hotel que mejor comunicado esté con los lugares de interés turísticos.

Yo suelo usar siempre Booking, porque los precios son muy buenos y la web es bastante sencilla de usar. Además, tiene un sistema de recompensas, si reservas un hotel a través de este enlace, tú ahorras 15€ en esa reserva y yo también la próxima vez que lo haga. No es algo que se pueda hacer infinitas veces, pero sí unas cuantas (con personas diferentes) y sumando unas a otras es un gran ahorro.

7. Atrévete con un hostel

Un hostel, en español, es un albergue, un alojamiento en el que las habitaciones son normalmente compartidas, y también cuenta con cocina y salón común. Antes de probarlo, no pensé que me fuese a gustar, pero es que es realmente una forma diferente de viajar y tiene muchas ventajas a parte de ahorrar dinero. Por supuesto, ni que decir tiene que este tipo de lugares es muchísimo más barato que un hotel al uso, pero viniendo aquí además:

  • Vas a conocer gente nueva, normalmente de países diferentes al tuyo, y eso es muy interesante.
  • Además de ahorrar dinero en el alojamiento, podrás ahorrarlo también en las comidas, puesto que tendrás la oportunidad de cocinar tu propia comida. Incluso puedes hacer un intercambio gastronómico con alguno de esos amigos extranjeros que te eches.
  • Si viajas en grupo, podrás incluso convertir una habitación compartida en una privada con el resto de tus acompañantes. Normalmente las habitaciones tienen de 6 camas en adelante.
  • Es una buena forma de alojarte en pleno centro de las ciudades más caras sin gastarte un ojo de la cara.

Mira esta hostel en el que estuvimos en Uvita (Costa Rica), ¡mil veces mejor que un hotel!

8. O con un AirBnB

Otra de las plataformas que nos están salvando a los viajeros de esta década, AirBnB es una web en la que se ofertan alquileres vacacionales, normalmente en habitaciones dentro de casas privadas, pero también apartamentos o estudios. Incluso hay una gama alta de este tipo de alquileres, que llegan a ser más caros que los hoteles, para reservar villas de lujo y cosas por el estilo.

En principio lo más típico es alquilar una habitación dentro de una casa, y esto tiene beneficios parecidos a un hostel, añadiendo ese plus de intimidad que allí no tienes.

  • Si los anfitriones son atentos, que suelen serlo, puedes entablar conversaciones interesantes y además te van a indicar los mejores lugares, restaurantes a los que ir y secretos de la ciudad que estás visitando y en la que ellos viven.
  • Aunque alquiles la habitación, la cocina suele ser de uso libre, así que podrás cocinar lo que compres en el supermercado.

Al igual que Booking, AirBnB tiene un sistema de invitar a amigos y ganar recompensas. En este caso, la recompensa es para el que invita, pero en el futuro puedes ser tú el que lo haga. Pinchando aquí puedes darte de alta y cotillear los alojamientos.

9. Si es una ciudad cara, elige apartamento

si sabes que el lugar al que vas es muy caro, opta por alojarte en un apartamento/habitación/hostel con cocina, y así podrás comer en casa siempre que quieras. Obviamente hay platos típicos que tendrás que probar, pero no tiene por qué ser todos los días.

Por ejemplo, hace unos años visité Copenhague, ciudad carísima donde las haya, y además, viniendo de España, su gastronomía no tenía mucho que ofrecerme, y no había ningún plato típico que hubiese que probar sí o sí. Al acabar al viaje, había desayunado, comido y cenado todos los días en casa, y eso son muchos € ahorrados.

10. La alternativa más mochilera: el Couchsurfing

Esta opción es una que yo nunca he utilizado de momento, pero he oído hablar muy bien de ella. Se trata de una plataforma en la que las personas ofrecen una cama o sofá para dormir en su propia casa, y lo hacen de manera gratuita. Es una manera de conocer gente diferente y hacer un intercambio cultural que me parece genial. Es algo que tengo pendiente.

Si no me equivoco, al hacerte un perfil en esta web no puedes únicamente ser viajero, también estás obligado a ofrecer una cama/sofá en tu casa. Es el «precio» que se cobra. Hoy por ti, mañana por mí.

Accede aquí a la web de Couchsurfing

11. Organiza el viaje por tu cuenta

Regla de oro de los viajeros ahorradores. Olvídate de agencias de viajes o tours organizados. A día de hoy, todo está en internet y es fácil acceder a una infinidad de datos e información. Lleva tiempo, pero siéntate a planificar el viaje desde casa, analiza las mejores formas de desplazarte dentro de las ciudades y de unas a otras, y checkea también si hay alguna oferta por comprar billetes por adelantado o por internet (que suele haberlas).

Reservar alojamientos con tiempo, además, suele ahorrar costes porque tendrás más donde elegir.

Evidentemente, hay lugares en los que necesariamente necesitas ir de manera organizada, ya sea por no poder acceder de otra forma a determinados lugares de interés o por la seguridad del país. Un claro ejemplo sería Egipto.

Yo fui al siguiente nivel con esto de organizar viajes por mi cuenta y escribí el año pasado mi propio libro: una guía con todo lo necesario para viajar a Tailandia por libre.

12. Ojo con el alquiler de coches

Alquilar un coche es una forma muy cómoda y rápida de desplazase durante un viaje, pero aquí no se cumple eso de reservarlo con tiempo: normalmente, las compañias multinacionales (Sixt, Europcar, Avis…) son las que ofrecen los alquileres por internet, pero son mucho más caras. Infórmate antes, pero en la mayoría de las ciudades hay agencias de alquiler de vehículos locales que son muchísimo más baratas que las grandes, y no son menos seguras ni los coches son peores.

Y ¡ojo! Piensa antes de coger los billetes de avión de ida y vuelta desde lugares diferentes cuando vayas a hacer una ruta por un país, ya que depositar el coche en una oficina diferente a la de origen es muy (pero que muy) caro. Las compañías locales no permiten hacer esto, mientras que las grandes sí, pero suelen cobrar entre 200 y 400€ (o incluso más) extras por dejar el coche en otra ciudad (esto es lo que me pasó este verano en Grecia).

13. Utiliza el transporte público

El taxi es algo muy cómodo, sí, pero de lo más caro que existe, y además, dependiendo de en qué países, hasta te pondrán de mal humor por sus constantes intentos de timos (el año pasado en Tailandia fue realmente horrible).

Teniendo en cuenta de que nuestra preferencia es ahorrar todo lo que podamos, tómate tu tiempo, infórmate, busca en internet, pregunta, y aprende cómo ir a los sitios en transporte público, y será 10 veces más barato que un taxi. Claro está, si sois 4 personas, quizás sí os salga a cuenta un taxi en algunos lugares.

14. Ahorrar en entradas a museos y monumentos

Aquí todo es muy dispar, ya que en muchas ciudades europeas este tipo de atracciones turísticas suele ser gratis siempre o en determinados días/horas. En ese caso, infórmate de cuáles son y acude en ese momento.

En otros lugares, por el contrario, los gobiernos se hacen de oro con los turistas, pero siempre suele haber descuentos:

  • Si eres universitario, ni se te ocurra olvidar tu carnet en casa. Es muy probable que tengas descuento o incluso entrada gratis en muchos sitios (como es el caso de Grecia).
  • En muchas ocasiones venden algo así como un pase único, que incluye entradas a un conjunto de monumentos y museos por un precio menor a que si lo comprases de uno en uno (en Tarragona así lo hacen, por ejemplo)
  • Piensa si realmente te interesa y haz una selección. Muchas veces entramos en los sitios por inercia, porque lo dicen las guías o porque sólo por llamarse museo ya pensamos que hay que entrar. Conozco gente que se pasa el viaje metidos en museos, viendo esculturas de otras civilizaciones que no corresponden al país en el que están o cuadros de gente que ni siquiera nació en ese lugar. No pretendo desprestigiar estos lugares y por supuesto me parece genial si te gusta, pero a lo que me refiero es que en ocasiones te das cuenta de que no merecía la pena haber entrado porque no te gustaba lo que había dentro, así que un buen consejo para ahorrarte el dinero de entradas a algunos lugares es estudiando qué contienen o cómo son realmente, y seleccionando aquellos a los que no te apetece tanto ir. Buena forma, además, de ahorrar tiempo si estás haciendo un viaje corto.

15. Define un presupuesto diario

Muchas veces nos pasa que al principio del viaje estamos más derrochadores, y conforme van pasando los días nos damos cuenta del ritmo de gastos que estamos llevando. Para que esto no te pase, establece un presupuesto detallado de lo que vas a gastar cada día: conociendo ya los precios del lugar en el que estás, determina cuánto gastarás en comida y transportes, y así podrás controlarlo mucho mejor. Y si algún día sobra, puedes ahorrarlo… o pegarte un festín al final del viaje con lo sobrante, ¡tú eliges!

En resumen, si quieres viajar barato no puedes olvidar estas tres cosas:

  1. Sé flexible con el destino o con las fechas (o con ambas cosas).
  2. Comparte gastos
  3. No seas quisquilloso con los alojamientos
  4. Sé independiente
  5. Organiza y planifica con antelación

¡Feliz viaje!

2 comentarios en “15 trucos para viajar barato

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