Valle del Naviego
Último día de desconexión máxima (o conexión, según se mire) por estos lares asturianos. Para terminar nuestras andadas por aquí, y nunca mejor dicho, hemos optado por hacer una ruta sin planificar, simplemente a donde nos llevasen nuestros pies en los alrededores de nuestro alojamiento (Apartamentos Sierra, del que os hablé ayer).
Hemos tratado de seguir el cauce del río Naviego, el denominador común de todas las aldeas de esta zona. Así que, tratando de ir lo más pegados posibles a él, misión difícil porque todo esto está lleno de campos de cultivo y tierras de pasto, hemos conseguido hacer una rutita bastante llana de unos 8km, pasando por las aldeas de Naviego, Palacio de Naviego, Regla de Naviego y Pontarás; un paseo muy agradable, sencillo y que muestra la esencia más profunda de la vida de campo.
Museo del Vino
Ya lo mencioné el otro día en el post sobre qué hacer en Cangas del Narcea, y hoy después de comer hemos encontrado el hueco perfecto para visitarlo. No somos muy de vino, pero sí nos encanta aprender cosas nuevas y como hay visitas guiadas en el museo, no lo hemos dudado.
Lo cierto es que ha sido muy interesante: la entrada al pequeño museo cuesta 1,30€, y con visita guiada (unos 30 minutos de duración) son 2,35€. Hay visitas cada hora, en las que una guía nos ha contado la historia del vino en esta región y la manera en que tradicionalmente lo elaboraban aquí.
Al parecer, lo primero que se construyó en la zona fue un monasterio (el de Corias, del que os hablaré después), y como todo esto se encuentra rodeado de montañas y es bastante inaccesible, los monjes, que necesitaban vino para sus liturgias, decidieron producir su propio vino y así no depender de comprarlo a terceros. Es decir, que nunca fue con objetivo de venderlo. Poco a poco, según crecía el pueblo, sus habitantes fueron copiando el sistema de los religiosos y produciendo también vino para consumo propio, y no fue hasta casi el siglo XX cuando se empezó a comercializar el vino de Cangas.
A día de hoy, y gracias al trabajo de dar a conocer el vino de Cangas que han hecho los propietarios de varias bodegas, éste cuenta con Denominación de Origen, y además existe un concepto llamado «Viticultura Heroica«, con el que cuenta también: la orografía del viñedo, que se asienta sobre las montañas con una fuerte pendiente, hace imposible la mecanización. Por otro lado y por el mismo motivo, las parcelas son pequeñas y están muy dispersas; y por ello, junto al clima adverso de la zona, hacen de la producción de este vino un acto «heroico». Más allá del reconocimiento, los vinos catalogados con esta categoría tienen «permiso» para ser algo más caros que otros, pues su producción es más lenta, difícil y requiere más personal.
Solo hay, a parte de Cangas, tres zonas más con esta denominación: la Ribeira Sacra en Galicia, el vino de Canarias y el vino del Priorat de Cataluña.
Monasterio de Corias
La última parada de la tarde ha sido el Monasterio San Juan Bautista de Corias, el que fue el primer asentamiento en Cangas y que actualmente es un hotel de lujo de la famosa cadena Paradores.
Conocido como «el Escorial asturiano», fue fundado en 1032 por los condes Piniolo y Aldonza, ocupado por monjes benedictinos y su mayor época de esplendor se desarrolló en los siglos XII y XIII, llegando a poseer tierras en la mayor parte del occidente de Asturias e incluso de la vecina provincia de León.
En 1773 tuvo que ser reconstruido en su mayor parte debido a que sufrió un grave incendio en el que solo quedó en pie la iglesia, y más tarde, en 1835 pasó a ser escuela y cárcel a la vez. En 1860 fue cedido a los dominicos, que lo utilizaron como colegio para formar a los misioneros. Finalmente, en 1982, fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional y no fue restaurado y convertido en parador hasta el año 2013.
Se pueden reservar también visitas guiadas (solo en verano) de lunes a sábado a las 10:00, 11:00, y 19:00 y el domingo a las 10:00 y a las 11:00 por 4,50€. Esta no la hemos hecho, sino que hemos tomado algo en la cafetería del monasterio, en uno de sus patios interiores, y luego hemos visitado algunas de las salas abiertas al público.