Zagreb, la capital de Croacia

Seguimos repasando antiguos viajes, ya voy por diciembre de 2014, cuando en los inicios de la Navidad me acerqué a Zagreb, que se encuentra a poco menos de 2 horas de Ljubljana, la ciudad donde vivía gracias a una beca Erasmus.

Se dice que la capital de Croacia no es extremamente atractiva, y bien es cierto que con las maravillas de la naturaleza que se pueden encontrar por la costa adriática, quizás la ciudad deje un pelín que desear. En cualquier caso, mi recomendación es que juzguéis con vuestros propios ojos.

La ciudad más poblada del país (pero que no sobrepasa el millón de habitantes)puede visitarse en uno o dos días, y creo que la perfecta combinación es hacerlo tomando un vuelo desde nuestra ciudad de origen hasta aquí, y ya después poner rumbo hacia la costa para visitar ciudades como Zadar, Split o Dubrovnik.

Zagreb se caracteriza por su arquitectura austrohúngara (siglos XVIII y XIX). Es una de esas ciudades que aparentemente son menos populares, pero cuya tranquilidad puede embaucaros y que queráis quedaros más días. Tiene un ambiente bohemio, cultural y durante el año se realizan varios festivales aquí.

¿Qué se puede ver en Zagreb en uno a dos días?

1. Iglesia de San Marcos

Teníamos que empezar por aquí, y es que el tejado de esta iglesia (Crkva sv. Marka en croata) es probablemente lo más conocido y fotografiado de Zagreb.

Data del siglo XIII, aunque es cierto que contó con varias reformas a lo largo del tiempo. Se encuentra en la plaza también lleva su mismo nombre. Con el estilo romántico como base, más tarde hubo elementos en ella del gótico tardío. Y en el tejado se pueden ver los escudos de armas de Croacia y de Zagreb bajo un fondo con colores rojo , blanco y azul , entrelazados que forman los colores de la nación.

2. Torre Lotrscak

También data del siglo XIII y era parte de una zona defensiva, acompañada de murallas que ya no se encuentran en pie. Para poder llegar a ella, hay que tomar el llamado tren cremallera. Una vez allí, se puede disfrutar de unas vistas privilegiadas de la ciudad.

Imagen de Wikipedia

3. La Puerta de Piedra

Es uno de los lugares de acceso que tenía la ciudad, ya que como he mencionado, estaba amurallada aunque apenas quedan restos de todo aquello: de las cuatro puertas, solo una sigue en pie.

Tiene una capilla en su interior con una imagen de la Virgen María y Jesús, que salió intacta de un incendio, por lo que se considera que es un lugar milagroso.

Imagen de erasmusu.com

4. Catedral de Zagreb

En el barrio de Kaptol se encuentra la Catedral de la ciudad. Dispone de unas altas torres que se ven a lo largo y ancho de la ciudad. A pesar de que fue reformada, el emplazamiento original se remonta al siglo XI.

Imagen de ciudadesconencanto.com

5. Plaza Ban Jelacic

Aunque ya había aquí una plaza desde tiempos inmemoriales, la actual fue construida durante la II Guerra Mundial en homenaje a los líderes croatas. La plaza se llena de adornos y puestos navideños durante el mes de diciembre, así que es un buen lugar para encontrar algo de ambiente entre tanto frío y oscuridad.

Une el casco antiguo, el mercado de Dolac y la parte más moderna de la ciudad. Es peatonal y el lugar perfecto para ir de compras.

Imagen de Wikipedia

6. Teatro Nacional de Croacia

Este es probablemente el edificio más majestuoso de Zagreb. Se construyó en 1895 siguiendo un estilo neobarroco y fue inaugurado por el emperador de Austria, Francisco José. Su color amarillo y el jardín que lo rodea son lo más peculiar, pero le mejor está dentro, ya que por allí han pasado grandes figuras de la ópera.

7. Mercado de Dolac

 Abre todas las mañanas y es un lugar genial para descubrir la gastronomía croata y comprar souvenirs artesanos. Se encuentra junto al llamativo campanario verde de la iglesia Santa María del siglo XVIII.

Imagen de viajerosblog.com

8. Museo de las Relaciones Rotas

Este curioso museo se ha convertido en todo un reclamo turístico que ver en Zagreb durante los últimos años debido a su originalidad. Se trata de una exposición de objetos relacionados con amores fallidos. Junto a ellos hay cartas y notas explicativas de lo más tristes o divertidas con las que empatizar.

Imagen de eleconomista.es

Y para cerrar este paseo por Zagreb, os invito a visitar un lugar que me falta por visitar en el país balcánico (¡y eso que ya he estado 3 veces!), más o menos a medio camino entre Zagreb y Zadar: los Lagos de Plitvice, probablemente lo más famoso de Croacia después de Dubrovnik. No os los podéis perder (y si os preguntáis por qué, ¡buscad imágenes en Google!).

Dubrovnik, la ciudad más visitada de Croacia

Llegamos a la joya de la corona croata: Drubrovnik, o lo que para los fans de Juego de Tronos es Desembarco del Rey, una espectacular ciudad que tuve el privilegio de visitar hace ya 7 años durante uno de los viajes de mi Erasmus en Eslovenia. De hecho, estaba totalmente decorada para la ocasión, pues tuve la suerte de acudir cuando estaban grabando escenas para la popular serie.

Apodada la Perla del Adriático es Patrimonio de la Humanidad desde 1979. Es imposible no mencionar a los griegos y los romanos como los primeros moradores de la ciudad, pero las civilizaciones que más influyeron en Dubrovnik fueron los bizantinos, los húngaros y los turcos. Sin embargo, alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIII, cuando se convirtió en ciudad comercial. Desde ella viajaba oro y plata hacia toda Europa.

No obstante, la historia de la ciudad se torna más oscura, ya que desde en el siglo XX fue un terreno de disputas contra Serbia, famoso por aquel desafortunado día en que cayeron más de 1000 bombas en la ciudad. Como resultado, sufrió graves destrozos de los que todavía quedan restos visibles.

Pero la guerra de los Balcanes terminó en 1995. Desde entonces el Gobierno ha trabajado duro para devolverle su esplendor. Y desde luego, lo ha conseguido.

Las murallas

Ningún otro punto de referencia domina el paisaje urbano de Dubrovnik tanto como las que son el sistema de fortificación mejor conservado de toda Europa.

La muralla medieval, que data del siglo VIII, se conserva completamente e incluso sobrevivió al asedio de las tropas serbias en 1991 y 1992. Mide 1940 metros de longitud y tiene hasta seis metros de ancho en algunos puntos.

Stradun

En pleno casco antiguo de la ciudad, esta calle data de 1468, aunque muchos de los edificios circundantes fueron construidos en el siglo XVII tras un devastador terremoto en 1667. Se caracteriza por sus pavimentos de piedra caliza blanca, y sus casas con sus puertas y ventanas principales bajo el mismo arco.

Las puertas de la ciudad

Son 2: la famosa Puerta Pile durante siglos fue la entrada principal, y sigue siendo el punto de acceso más interesante a la ciudad antigua, y la puerta Ploce situada detrás de la Torre Asimov y diseñada como un sistema de «doble defensa» que demostró ser muy eficaz en tiempos difíciles. El camino más corto entre ellas es la ya mencionada calle Stradun.

Fuerte Lovrijenac

Situado en un promontorio rocoso justo fuera de la muralla oeste de la ciudad, fue durante mucho tiempo la clave de la defensa de Dubrovnik.

Esta impresionante fortaleza que data del S.XI resultó inexpugnable durante los numerosos asedios emprendidos por los venecianos. Se caracteriza por su inusual disposición triangular y por sus impresionantes murallas que tienen un grosor de hasta 12 metros.

Plaza de la Loggia

Esta bonita plaza que fue el mercado central aún sigue siendo el punto de encuentro de autóctonos y forasteros.

En el centro se yergue la columna de Rolando, el héroe que según la tradición salvó a Dubrovnik de los árabes. Su estatua (de 1418) servía como patrón de medida: la longitud de su antebrazo (51,20 cm) constituía el «codo raguseo», mientras que las muescas practicadas en la piedra, en la base de la columna, servían para calibrar la mercancía.

También se encuentran aquí la famosa Logia de las Campanas que data de 1480 y que se utilizaba como sistema de alerta temprana por los residentes en tiempos de disturbios, la Iglesia de San Blas, con fachada barroca y una valiosa colección de obras de arte, y la Torre del Reloj del siglo XV.

Catedral de Dubrovnik

Conocida como la Catedral de la Asunción, se construyó sobre el emplazamiento de una antigua catedral del siglo VI, destruida por los terremotos.

El tesoro de la catedral contiene muchas reliquias importantes, entre las que destaca un trozo de la cruz sobre la que se cree que Jesús fue crucificado. Otras reliquias famosas incluyen la cabeza, la pierna y el brazo de San Blas, que datan del siglo XIII.

Iglesia de San Salvador

Esta pequeña y bella iglesia de factura gótica y renacentista fue construida a principios del s. XVI. Es uno de los pocos edificios que sobrevivió al devastador terremoto de 1667 sin apenas sufrir daños.

Gran Fuente de Onofrio

Situada justo enfrente de la iglesia de San Salvador y construida entre 1438 y 1444, la famosa Gran Fuente de Onofrio, que data del 1444 es uno de los monumentos históricos de la ciudad más conocidos y simbólicos.

La ciudad de Drubrovnik alberga muchos otros lugares imperdibles, que os invito a descubrir caminando por sus calles, pues de manera parecida (pero de otro estilo) a Roma o Venecia, el simple hecho de pasear por cualquier rincón merece la pena.

Más sobre Crocia…

Zadar y el atardecer más bonito de Croacia

No es la primera vez que hablo de Croacia en este blog, pero es que antes del diario de viaje que os compartí hace un par de años cuando visité Split y alrededores, ya había pisado tierras croatas.

Fue, de nuevo, durante mi Erasmus en Ljubljana (Eslovenia), país que se encuentra justo al norte de Croacia. Hicimos una ruta por Zadar, Split, Duvrovnik e incluso bajamos hasta Montenegro. Y en este post quiero recoger aquellos lugares que ver en Zadar, la más al norte de las mencionadas.

Esta ciudad situada en la costa Dálmata cuenta con más de 3000 años de antigüedad, y su legado romano conserva aún su identidad. Cuenta con restos de murallas de origen romano, estas, fueron declaradas en el 2017 patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Tuvieron casi 30 puertas o accesos, actualmente solo hay seis.

1. Porta Terraferma

Llamada también Puerta de Zara, es la entrada principal al interior de la muralla, y está considerado como el monumento renacentista más bonito de Zadar.

2. Plaza de los Cinco Pozos

Como su propio nombre indica, es una plaza con cinco pozos, y estos fueron los encargados de abastecer de agua a la ciudad hasta mediados del Siglo XIX.

3. Plaza Narodni

Significa Plaza del Pueblo, y se trata también de la más animada actualmente. Es la única plaza medieval que, a pesar de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, ha conservado su valioso patrimonio. En ella podréis encontrar edificios señalados como la Torre del Reloj, la Logia Municipal, el Ayuntamiento de Zadar, o la iglesia de San Lorenzo del Siglo XI, el edificio más antiguo que se conserva en Zadar.

4. Catedral de Santa Anastasia

Es la Catedral de Zadar. Fue construida en el del Siglo XIII y se trata de la más grande de Dalmacia. Desde su campanario, al cual es posible subir por 2€, podréis disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad.

5. Iglesia de San Donato

Esta iglesia, de principios del siglo IX, es considerada el símbolo de la ciudad, por ser, además, el templo más importante de su periodo que se conserva en Dalmacia.

Más que por sus 27 metros de alto, llama la atención su planta en forma circular. Gracias a su buena acústica, a día de hoy se utiliza como sala de conciertos.

6. Foro Romano

Aunque solo queden restos (y pocos), este antiguo foro del siglo I es el más grande de toda Croacia.

7. El órgano de mar

Aunque parecen unos simples escalones de mármol ideales para sentarse y descansar, es un enorme instrumento musical diseñado por el arquitecto Nikola Basic en 2005. En el interior de este órgano en forma de escalera, hay un sistema de tubos, que gracias al aire que entra por el empuje de las olas del mar, produce diferentes y relajantes sonidos.

8. El Saludo al Sol

De nuevo el artista Nikola Basic, una vez acabó con el órgano de mar, empezó con esta obra de 22 metros de diámetro y más de 300 paneles de vidrio. Bajo el vidrio, instaló unas placas fotovoltaicas que acumulan la luz del Sol durante el día, y al anochecer se convierte en un espectáculo de luces y colores.

9. Atardeceres en Zadar

De este último «lugar» viene el título del post. Y es que no son pocos quienes dicen que las puestas de sol más bonitas de Europa e incluso del mundo tienen lugar en Zadar (¡no sé si es mucho decir!).

En cualquier caso, merece la pena disfrutar de uno, y mucho mejor si es junto al órgano de mar. Mejor combinación, imposible.

19 de septiembre: Supetar (Isla de Brac) – Split

Último día por tierras Croatas, y lo que pintaba ser un día de relax en la playa (ya he hecho actividad suficiente estos dos días atrás), ha sido relajado, pero demasiado. Ha amanecido un día nublado y frío, así que de playa nada. Todo el día en sudadera. Una pena, porque podía quedarme en Brac hasta tarde porque seguía teniendo apartamento para dejar la maleta y ducharme.

Supetar

El pueblo en el que me he alojado estos días es lo que me faltaba por ver, y en eso he empleado la mañana.

Esta localidad fue fundada durante la época romana, pero servía sólo como puerto a Nerezisca, la capital de la isla por entonces. Posteriormente pasó a ser independiente de ésta, alrededor del siglo XIII, y desde el XIX se convirtió en la más importante de la isla de Brac. A día de hoy viven aquí unas 4000 personas, y dando que ferrys desde Split llegan aquí casi cada hora, apuesto a que el número de turistas en verano dobla esa cifra.

Por todas partes en el casco antiguo del pueblo hay informaciones sobre, al parecer, su ciudadano predilecto: el artista escultor Ivan Rendic, uno de los más importantes de Croacia. Hay una galería para ver varias de sus obras, y no sólo Supetar contiene obras suyas, sino también ciudades como Zagreb, Venecia o Duvrovnik. Es más, al parecer es considerado el padre de la escultura moderna croata.

Junto al paseo marítimo en la bahía de Supetar, se encuentran la Iglesia de la Anunciación y la Torre del Reloj, para mí, el rincón más bonito de todo el pueblo junto con el propio paseo, donde se concentra casi toda la actividad turística.

El último lugar destacable de la localidad (dejando a parte las playas, que son igual de chulas que las del resto de la isla), es el cementerio. A mí este tipo de cosas me sigue chocando, en España no es común visiar cementerios como parte de la actividad turística de un lugar, pero en otros países sí lo es, y este sitio se encuentra en la propia guía de Supetar. En este caso, es porque muchos de los mausoleos están esculpidos por el mencionado Ivan Rendic, y destaca el de la familia Petrinovic, que se distingue con total facilidad.

Split

No tenía mucho más que hacer por la isla, así que he recogido la maleta y he montado en el ferry de las 14:00 hacia Split. Tampoco aquí me quedaba mucho por ver, así que he decidido disfrutar de los últimos manjares propios de los balcanes, que tanto me gustan y tan imposibles de encontrar en España:

Para comer, un Cevapcici en un lugar llamado Ba!Ce, recomendado por bastante gente en internet. La verdad es que estaba muy rico y bien de precio, pero la camarera-cocinera no ha podido ser más borde… Parecía estresadísima y era yo la única clienta allí en la media hora que he estado.

Después he pasado por la Plaza de la República, fuera del recinto del Palacio Diocleciano. Lo que sería la Plaza Mayor de Madrid o de cualquier ciudad Española, rodeada por todas partes de edificios con arcos, en este caso de color rojos. Fue construida en el siglo XIX por orden del alcalde Bajamonti, imitando a la Plaza San Marco de Venecia como muestra de que Split se apoya en la tradición italiana.

El fresquito, y sobre todo el viento, estaban pudiendo conmigo, así que he decidido buscar una cafetería con wifi para trabajar un rato, y he optado por D16, en pleno casco histórico. Un café buenísimo, y eso que yo no soy muy cafetera, y un remanso de paz entre la locura de las callejuelas atestadas de la ciudad.

Para acabar el día, un paseo sin rumbo acabando en Babis, una de las cadenas de panaderías más conocidas de Croacia, y donde hacen unos bureks bastante decentes. El burek es una especie de empanada de hojaldre crugiente que puede estar relleno de queso, de carne o de espinacas, y en ocasiones también de manzana. Es mi plato predilecto de la Europa del Este, y con él me he despedido de la gastronomía croata.

Y esto ha sido todo sobre mi viaje a Croacia, y aunque es la segunda vez que vengo, creo que no será la última porque este país esconde muchas maravillas. Mañana toda madrugar muchísimo para estar en el aeropuerto a las 7 de la mañana. Es fácil llegar, el bus 37 sale de la estación Sukoisan, a 10 minutos del centro, son 50 minutos un 17 Kunas (menos de 3€).

Alojamiento: Spalato Hostel (12€/noche/cama en habitación de 10). No está mal, pero los espacios son un poco pequeños y el personal no es demasiado atento. Y un fallo muy grande: no tiene cocina, algo muy poco común en este tipo de alojamientos.

18 de septiembre: Vidova Gora y Zlatni Rat (Isla de Brac)

Termina otro día súper activo y entretenido, muy feliz! El plan de hoy era hacer una ruta. En Brac se encuentra la montaña más alta de todas las islas del Mar Adriático, así que no quedaba opción, había que subirla. Para ello, me he desplazado en autobús hasta Bol, un pueblo en la costa contraria a Supetar, donde me encuentro, y es desde allí desde donde parte la ruta. Al final no he alquilado coche en todos los días que llevo por Croacia, y es que el transporte público aquí, especialmente ferrys y autobuses, da gusto: muchos horarios y destinos hacen facilísimo encontrar maneras de llegar a todas partes.

Vidova Gora

Tiene una altura de 778msnm., y como os decía, es el pico más elevado del Adriático. En toda la isla hay un montón de caminos perfectamente señalizados, y es que parece ser que el senderismo es una de las ofertas de turismo activo más comunes de por aquí, algo que me sorprende y me alegra a la vez. En otros lugares a los que he viajado, incluído España, me cuesta encontar senderos bien marcados y me da rabia porque la mitad e las veces acabo perdiéndome por un rato (como por ejemplo en el Maigmó de Alicante).

La ruta entera me ha fascinado: son, desde la que indica el inicio del camino (que incluso está marcado en Google Maps aquí) unos 5km de subida y los mismos de bajada, ya que la vuelta se hace por el mismo lado. El desnivel es de 650 metros aproximadamente, ya que este camino empieza un poco más arriba de Bol. Aunque yo me bajé en la parada de bus del puerto, así que he comenzado desde los 0 metros.

Dado el desnivel en sólo 5km, la ruta es cosstantemente hacia arriba, porque además el último km es ya por la altuta de la cima más o menos, así que los 650m se acumulan en 4km. En resumen: hay que estar un poquito en forma para subir. En internet hablan de que se tarda unas 2 horas en subir. Yo debo de haber puesto el turbo sin querer porque he tardado 1h20.

Durante el trayecto me he cruzado con algunas personas, y al llegar arriba toda la cima estaba bastante concurrida porque llega una carretera hasta allí. Esta vez no me pilló por sorpresa como aquella vez en el Pantokrator de Corfú, porque había leído por internet que hacen excursiones en bici a la cima, y comprobé en el mapa que desde Supetar hay 16km hasta ella por carretera. Sube hasta un autobús de línea, pero claro… perdería la gracia, no? Además, el entorno por el que discurre el sendero es precioso.

Las vistas desde arriba son, sencillamente, espectaculares. Se aprecia toda la costa occidental de Brac, y también todas las islas vecinas, sobre todo Hvar, que es la más cercana. Y por supuesto, puede admirarse la pecular forma de la playa de Zlatni Rat, una de las más famosas y bonitas de Croacia, gracias a su figura picuda.

Después de ver todo eso desde arriba y comer, la recompensa del día estaba claro donde iba a ser: en la playa! Así que otros 5km de bajada, y 3 más hasta llegar a Zlatni Rat.

Zlatni Rat

Esta famosa playa, también situada en Bol, se traduce en español como Cuerno de Oro. Esta atestada de turistas, incluso a estas alturas del verano y a pesar de ser un día nublado y las 4 de la tarde. Pero merece la pena una visita y un baño (o unos cuantos) en ese agua tan extremadamente cristalina que me ha cautivado. Al tener esa forma, uno de los lados frena el oleaje y el otro parece una piscina, y además cubre bastante a pocos pasos de la orilla, y es un gustazo nadar.

Hay quienes dicen que decepciona. Obviamente, si vas con la idea de ver una playa en forma de triángulo, así sera, porque desde la altura del mar no puede apenas apreciarse. Pero ese agua, con el añadido de que las piedrecitas de toda la playa no pinchan los pies y son blancas (lo cual hace que el color sea aún mejor) para mí, la hacen de las mejores en las que he estado.

Y para acabar el intenso día, un paseo por el bonito puerto de Bol antes de coger el bus de vuelta, que tarda aproximadamente 1 hora a pesar de que sólo hay 30km entre ambos pueblos, pero las carreteras aquí son estrechas y con muchas curvas.

17 de septiembre: Skrip y Postira (Isla de Brac)

Cambio de ubicación de nuevo! Ya sabéis que en Split decidí estar poco tiempo porque ya lo conocía y porque es fácil de ver en un día.

Esta mañana he cogido un ferry hacia Brac, una de las islas frente a la costa de Split, a sólo 50 minutos y 5€. Esta isla es una de las más populares de Croacia, al igual que sus vecinas Hvar y Korcula. Elegí esta, además de por ser la que más cerca se encuentra, también porque dicen que es mucho más tranquila que Hvar, así que ni lo pensé. También porque aquí se encuentra la conocida playa picuda de Zlatni Rat, que ya os mostraré cuando vaya.

Estaré aquí 3 días, y el plan era alquilar un coche, pero finalmente he optado por planes alternativos: después de instalarme en mi nuevo alojamiento, he alquilado una bici (90Kunas – unos 13€ por el día entero), he seleccionado varios sitios a los que quería ir, y en marcha!

Skrip

Esta aldea de menos de 200 habitantes es el asentamiento más antiguo de Brac, con historia ya hace más de 5000 años. Se encuentra elevado unos 250m sobre el nivel del mar (y mis piernas lo han notado..), por lo que las vistas desde allí son bastante bonitas, y en él se encuentra el Museo de la Isla de Brac, muy pequeño pero entretenido porque una guía en la entrada se ofrece a contar la historia de la isla (la entrada cuesta 20Kunas – unos 3€).

Aún hoy se conservan edificaciones de un característico color claro, que están hechas del famoso mármol de Brac, el mismo que se usó para construir la Casa Blanca en EEUU o la Iglesia de Santa Sofía de Estambul.

Postira

Segunta y última parada de la ruta, ya que aunque Skrip se encuentra a 250msnm, las carreteras aquí son un sube-baja y he acumulado 400m. Así que, como recompensa, he buscado una bonita playa donde no hacer nada por el resto de la tarde, y la elegida ha sido la Playa de Prvja, en un pueblecito llamado Postira.

El pueblo tiene muchísimo encanto, es como Split o Sibenik pero en tamaño reducido, y pasear por sus calles es súper agradable.

Aunque a decir verdad, me quedo con la playa: amplia, sin arena y con un agua turquesa que enamora. El baño que mejor me ha sentado en mucho tiempo! Todo lo que tiene de bonita, además, lo tiene de tranquila. No es muy conocida ni sale en las guías y por eso conserva este «secretismo».

Lo que más pereza me ha dado, sin duda, es que después de los 22km que me han salido de bici hasta Postira, y después de estar en modo zen por más de 2 horas… tocaba volver, nada menos que 13km más hasta Supetar, el pueblo donde me alojo y uno de los principales de la isla, por tener el puerto principal de ferrys desde el continente. Mañana os lo enseñaré porque también me ha enamorado, realmente Croacia entera es una pasada.

En total 35km de ruta con 500m de desnivel positivo… una calentada de piernas vamos! Así que para acabar el día, ducha, cenita en uno de los restaurantes del paseo marítimo… y a dormir 🙂

Alojamiento: Villa Tatjana (28€/noche/estudio para 2 personas) – en las afueras de Supetar, pero a menos de 1,5km andando. Es un estudio con una habitación, baño y terraza con vistas al mar, que se agradece un montón. Ninguna pega de momento, me parece que está genial para lo que cuesta.

16 de septiembre: Split

Cambio de destino: esta mañana pronto he cogido un bus desde Sibenik hasta Split. En este país y en general en Europa Central y del Este, el sistema de transporte en autobús es bastante bueno, con muchas y muy frecuentes comunicaciones.

He tardado alrededor de 1 hora y media en llegar, y una vez instalada en mi hostel (del que os doy mi opinión al final del post, como siempre), era momento de empezar a investigar.

No es la primera vez que vengo a esta ciudad, una de las más visitadas de la costa Adriática, y aún a día de hoy, que ya no es temporada alta, plagadísima de turistas. La primera y última vez que estuve aquí fue hace 5 años, durante un viaje que hice mientras estaba de Erasmus en Eslovenia. Pero realmente pasé aquí muy poco tiempo y no recordaba muchas cosas, así que no me ha importado repetir.

Había reservado plaza en el Free Tour de las 17:00, y dado que el casco antiguo de Split es pequeño, he decidido ver una panorámica desde las alturas, que tanto me gusta. Resulta que hay un parque llamado Suma Marjan, muy cerca del centro pero hay que andar un rato. Así que he pensado que la mejor opción era, como no, calzarme las zapatillas e ir corriendo hasta allí, y así aprovechaba y entrenaba. La idea era buena hasta que han empezado las escalera, cieeeeentos de ellas. Así que el entrenamiento ha tenido que esperar hasta la parte llana.

Una vez acabado, he subido a la cima del parque, ya que se trata de una montaña. El mirador de la parte de arriba se llama Vrh Marjana – Telegrin, y desde luego merece la pena subir todos los escalones hasta allí porque se ve todo Split en 360º y las islas cercanas.

Lo bueno de que sea una ciudad tan turística es que hay cientos de sitios para comer, y mucha variedad donde elegir, así que he aprovechado para probar algo típico de Croacia: el soparnik, una especie de torta fina de pan parecido al de pita que entre medias lleva acelgas o espinacas. Riquísimo!

Por la tarde era turno del Free Tour. Split tiene muchísimo encanto y pasear por sus calles os llevará a todo lo digno de visitar, que es casi cualquier callecita. Esto se debe a que el casco antiguo de la ciudad es, todo él, el Palacio Diocleciano, una edificación gigantesca que perteneció al emperador con el mismo nombre y que posteriormente fue usada por los croatas para vivir y, en definitiva, fundar la ciudad de Split.

El Palacio Diocleciano

Como decía, ocupa un terreno enorme, y es que este emperador no se andaba con chiquitas. Mandó construirlo en el 293 d.C. y ocupaba nada menos que 30.000m2. Se trasladó a él después de retirarse como emperador romano. Después de su muerte, con el paso de los años, los habitantes de los alrededores fueron ocupando el palacio, destruyendo avenidas y jardines y construyendo sus propias casas, fundando así los croatas Split en el sigo XVII.

Desde entonces han vivido miles de personas en esta zona, por supuesto todos los restos del palacio quedaron en segundo plano, ya que la población era bastante pobre y la cultura quedaba en segundo plano. De hecho, Split no ha sido turística hasta hace más o menos 15 años, y desde entonces su popularidad ha crecido exponencialmente y a día de hoy hay más turistas que habitantes (hay 200.000 censados). Hace 20 años se podía comprar una casa en pleno palacio por menos de 20.000€. La población croata era muy pobre y en consecuencia había mucha criminalidad en lo que ahora es una de las zonas más turísticas del país.

El hecho de que se haya declarado al Palacio como Patrimonio de la UNESCO ha generado problemas, puesto que vive mucha gente entre los muros del mismo, ahora deben acatar ciertas normas que la UNESCO aplica a los lugares protegidos, y por supuesto ellos no pueden entenderlo y no están a gusto con la decisión.

Aún se conservan varías construcciones de lo que fue el Palacio en su día:

  • Puertas de Oro, Plata, Bronce y Hierro: son las 4 entradas que tenía el Palacio, siendo la de Oro la exclusiva de la familia real.
  • Catedral de Split: se encuentra en lo que originalmente era el Mausoleo de Diocleciano, que él mismo se construyó para cuando falleciese. Siglos más tarde, los croatas lo transformaron en catedral (nadie sabe qué hicieron con los restos del emperador, pero la tumba sí se ha encontrado) y actualmente se trata de la catedral más pequeña del mundo.
  • Vestíbulo del Palacio Diocleciano: con una bóveda, ahora abierta, muy imponente, es el lugar elegido por un grupo de múscia para tocar Klapa, una música típica de Croacia, y esto se debe a la buena acústica del lugar.

En Riva, que es como el paseo marítimo de la ciudad, hay una fotografía que muestra cómo era el Palacio en sus inicios, y la verdad es que era una pasada.

Estatua de Grgur Ninski

Se encuentra junto a la Puerta de Oro, y es que este hombre fue (y es) muy importante para Croacia ya que es considerado el padre de la lengua Croata.

Desde el principio de los siglos, el pueblo croata fue un pueblo pobre y en consecuencia prácticamente analfabeto. La lengua hablada era el latín, y para que los ciudadanos pudiesen llegar a entenderlo, Grgur Ninski hizo una adaptación más sencilla del idioma para así poder explicarlo mejor… y de esta forma nació el croata.

A pesar de la gran cantidad de turistas, Split me parece una ciudad que merece una visita, ya que pocos lugares tienen una arquitectura como la suya.

Alojamiento: Hostel Kiss (12€noche/cama en habitación de 8) – este sí que no lo recomiendo. Es verdad que el de Sibenik ha dejado la expectativas muy altas, pero igualmente a éste le falta bastante limpieza, es súper antiguo y no está muy cuidado, y los baños son ridículos, en qué me he visto de ducharme! Menos mal que mañana cambio de destino.

15 de septiembre: Parque Nacional de Krka

El Parque Nacional de Krka ocupa 50km a lo largo del río con el mismo nombre. La peculiaridad de este lugar es que está formado por minerales solubles en agua, o lo que se conoce como formaciones kársticas, como las cuevas de Sorbas, pero esta vez el mineral es el travertino, una especie de piedra caliza.

Este fenómeno ha hecho que se formen varias cascadas a lo largo del río, y la más impresionante de todas ellas se encuentra a pocos kilómetros de Sibenik, la ciudad en la que me encuentro. Su nombre es Skradinski Buk (buk significa cascada en croata), y hasta ella es la ruta que he elegido para hoy, como buen domingo… día de ruta!

El día ha comenzado en la estación de autobuses, muy cerca del casco antiguo, desde donde sale el bus a Skradin, el pueblo más cercano a la cascada. Los horarios de los buses varían cada día y en temporada alta o baja, pero en la oficina de turismo lo saben indicar. También es posible llegar a la cascada bajando en el pueblo de antes, llamado Lozovac, que de hecho está bastante más cerca, pero suelen recomendar Skradin porque la entrada al Parque Nacional en cualquier caso incluye el desplazamiento hasta la misma cascada, y desde Skradin es mejor ya que se llega a ella mediante un recorrido en barco por el río Krka de unos 5km. Por el contrario, desde Lozovac es un bus el que hace el recorrido de 1km hasta ella.

Para mi sorpresa, en la recepción del Parque me han dicho de que el único sendero para caminar en esta zona es uno que mide 2km… Y yo había venido a hacer senderismo! Así que me han dado la opción de hacer el camino del barco caminando. Existe un sendero que va paralelo al río y no tiene ningún tipo de pérdida, que mide unos 5km también. Así que sin pensarlo, por ahí me he ido.

Las vistas son preciosas y además no había ni un alma: la zona de Skradinski Buk permite el baño y todo el mundo va sólo a eso. Al ir solísima todo el camino, al llegar me he llevado un buen chasco: aquello parecía Benidorm. Decenas de puestos de comida, restaurantes, mesas de picnic, tiendas de souvenirs… y miles de personas por todas partes. Hasta el agua estaba menos transparente!

Por supuesto que la cascada y las lagunas que la rodean son espectaculares y dignas de visitar, pero incluso el camino de madera de 2km que discurre por la zona y que es el único que los turistas hacen (o ni eso) es estrecho y parecía la cola del súper (me ha recordado al Preikestolen de Noruega…).

Una vez allí, he visto un mapa que indicaba otros senderos, pero es cierto que el siguiente punto de interés estaba bastante lejos, si no me equivoco, a 14km, y se trata de otra de las cascadas más grandes, llamada Roski Slap. Ésta se puede visitar partiendo desde el pueblo de Rupe.

Curiosamente, en la cascada Skradinski Buk fue construida la primera central hidroeléctrica del mundo a manos de, por supuesto, Nikola Tesla, cuya nacionalidad era croata. Realmente no fue la primera, ya que entró en funcionamiento en 1895 sólo 2 días después de que lo hiciese la de las Cataratas del Niágara. Aún hoy se puede ver el edifició que la constituyó.

En total, 12km de ruta muy muy sencilla y cómoda porque ha sido llana casi todo el tiempo, y mi opinión final sobre este lugar es… que me lo esperaba mejor. Lo realmente impactante es la cascada, y aunque las Lagunas de Plitvice se encuentran más lejos de esta zona, sí están mucho más próximas a Zagreb o Zadar, y son mil veces mejor (no he estado, pero es uno de los lugares más famosos de Croacia y varios conocidos han estado). Lo único es que en Skradinski sí se permite el baño, pero es bastante incómodo entrar y salir del agua, y mucho más sin sandalias de agua.

Al volver a Skradin tenía que esperar al bus de vuelta, que hoy domingo sólo lo hay a las 17:00, así que he subido a la Fortaleza de Skradin, que está en ruinas pero las vistas de todo el valle y el río desde allí son una pasada.

14 de septiembre: Sibenik

Un día muy completo y a la vez tranquilo. Al levantarme he decidido ir a entrenar un rato, y como esta ciudad se encuentra junto al mar pero elevada sobre él, tiene muchísimas escaleras, así que he decidido coger unas cualquiera y hacer unos cuantos ejercicios.

Recompensa tras el entrenamiento: he ido a la playa de Banj, que se encuentra muy cerca del centro, y aún así estaba bastante vacía. Lo bueno (para mí) de las playas de Croacia es que no son de arena, sino de piedras, y aunque es más incómodo para los pies, no te pringas de tierra por todas partes.

Desde esta playa hay unas vistas súper bonitas de todo el casco antiguo, y de hecho tiene un mirador para verlo mejor y hacer fotos. Curiosamente, playa en croata se dice plaža, pero se pronuncia playa!

Después de comer me he metido ya de lleno en el centro. No hay free tour en esta ciudad, a pesar de que una chica del hostel me dijo que había uno, así que he ido a la oficina de turismo para coger un mapa y no dejarme nada, aunque he de decir que el veradero encanto de Sibenik se encuentra simplemente paseando por sus estrechísimas calles, que me han parecido preciosas.

  • Crka Sv. Frane (Iglesia de San Francisco): una de las muchíiiisimas iglesias de la ciudad, muy bonita y con unos alrededores muy silenciosos.
  • Katedrala Sv. Jakova (Catedral de Santiago): Situada junto a la Plaza de la República Croata, en la que se encuentra el Ayuntamiento, esta catedral es única en el mundo porque es la única de este tipo construida sólamente en piedra. Su construcción (o mejor dicho, montaje) comenzó en 1431 y terminó 100 años después.
  • Katedrala Sv. Lovre (Catedral de San Lorenzo): una más! Pero esta cuenta también con una pequeña gruta (aunque artificial) donde han metido una estatua de la Virgen de Lourdes, y además junto a la catedral se pueden visitar los jardines con el mismo nombre.
  • Tvrdava Sv. Mihovila (Fortaleza de San Miguel): Sibenik cuenta con 3 fortalezas, y esta es la única que se encuentra en el casco antiguo, puesto que es la primera que se construyó y a partir de la cual se originó la ciudad. A día de hoy, en su interior, hay un escenario al aire libre permanente, el más grande de la región y el cual es usado muy asiduamente. Hoy mismo estaban preparando un concierto!
  • Tvrdava Barone: la segunda fortaleza de la ciudad, a 10 minutos de la primera y ya fuera del centro, tiene una historia curiosa, y es que durante la Guerra de Creta (en el siglo XVII) Sibenik se veía altamente amenazada por la inminente llegada del Imperio Otomano, y fueron los propios ciudadanos quienes decidieron construir otra fortaleza para aumentar las defensas del lugar. Todo el mundo participó en la construcción, y en consecuencia sólo tardaron 57 días en construirla. Gracias a ello, Sibenik resistió ante un ejércido de 25.000 soldados otomanos.

La antigua Sibenik es una de las ciudades medievales mejor conservadas. Toda la zona que he estado visitando hoy data de los siglos XIV-XV cuando la ciudad prosperó mucho gracias al comercio que traía el río Krka. El principal responsable de esta arquitectura es Juraj Dalmatinac, que de hecho puede también visitarse su casa, que ahora es un pequeñísimo museo donde se encuentra su tumba.

13 de septiembre: Obonjan – Sibenik

El Brooks Best Fest llegaba a su fin hoy. Todas las actividades se concentraron en el día de ayer, y hoy era turno del check out y despedidas. Algunos han salido muy pronto (si se descuida, alguno empalma la fiesta con la vuelta en barco…) y otros no tanto.

Todos los demás han vuelto a sus países, pero yo he decidido quedarme unos días más por Croacia: hace 5 años viví en Eslovenia por unos meses y durante mi estancia allí visité este país, pero los rincones por descubrir son infinitos, así que repito destino, pero diferentes ciudades.

Como no tenía que coger ningún vuelo, he sido de las últimas en abandonar la Isla de Obonjan. Había que recuperar energías de ayer, así que ha sido mañana de hamaca y playa, aunque las playas aquí en Croacia rara vez son de arena, son más bien tipo calas.

A las 15:00 una lancha me ha traído hasta Sibenik, la ciudad más cercana a la isla, y la que dice que es una de las joyas escondidas de Croacia. La mayoría de los turistas acude a Zadar, Split o Duvrovnik, pero Sibenik no tiene nada que envidiar a ninguna (aunque en mi opinión Duvrovnik es la mejor).

Sibenik es nada menos que la ciudad más antigua de la costa adriática y a diferencia de otras ciudades antiguas de esta zona, ésta fue fundada por croatas, en los siglos X-XI, aunque entre los siglos XIV y XX estuvo sometida a dominio extranjero. Volvió a ser plenamente croata hace menos de 30 años, cuando en 1991 toda Croacia se separó de Yugoslavia.

La tarde también ha sido relajada, me he instalado en «mi nuevo hogar» para los próximos 3 días y he ido a ver la puesta de sol a uno de los 3 fuertes que hay en la ciudad, el único que está en ruinas pero el que más alto está y mejores vistas tiene: St. Jhon’s Fortress. He alucinado con la cantidad de islas que se pierden en el horizonte. Sólo la región de Sibenik posee casi 250 de ellas, y a lo largo de Croacia hay más de 1200!

Para acabar el día, y como no podía ser de otra manera, he cenado algo que no comía desde que estuve de Erasmus en Eslovenia: Cevapi (o cevapcici). Es un plato típico que lleva carne muy sabrosa picada, servida sobre un pan parecido a la pita que se llama lepinja, y acompañado de cebolla picada y una salsa anaranjada con pimentón y otras especias. Que recuerdos me ha traido!

Alojamiento: Hostel Splendido – 14€/cama en habitación compartida/noche. De los mejores hostels en los que he estado, súper cuidado, muy bonito, un baño dentro de la habitación mejor que el de un hotel, jardín al salir por la puerta y una dueña que es la mamá de todos.En este viaje, al ir tantos días sola, he optado por dormir en hostels (albergues) para reducir gastos y porque el ambiente es genial y puedo conocer gente parecida a mí: ya he hecho amigos de Austria, Suecia, China y Alemania, es genial! Os dejo el post sobre cómo viajar más barato, en el que hablo de los beneficios de alojarse en hostels.