San Gimignano, un pequeño pueblo en el corazón de la Toscana, es conocido como «la ciudad de las torres». Este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, parece salido de un cuento medieval, con sus calles empedradas, su arquitectura intacta y su ambiente tranquilo. Es uno de los destinos más icónicos de Italia, perfecto para quienes buscan historia, paisajes espectaculares y la deliciosa gastronomía toscana.
San Gimignano tiene sus raíces en la época etrusca, pero alcanzó su apogeo en la Edad Media. Durante los siglos XII y XIII, las familias nobles competían por construir las torres más altas como símbolo de poder y riqueza. Llegaron a existir más de 70 torres, aunque hoy solo sobreviven 13.
La ciudad también era un punto importante en la Vía Francígena, la ruta de peregrinación que conectaba Canterbury con Roma. Su riqueza y prosperidad comenzaron a decaer en el siglo XIV, lo que ayudó a preservar su aspecto medieval casi intacto.
Estas torres son el emblema de la ciudad. Algunas de las más destacadas son:
Torre Grossa: Con 54 metros, es la más alta de San Gimignano y ofrece vistas espectaculares del paisaje toscano.
Torre Rognosa: Una de las torres más antiguas, situada en la Piazza della Cisterna.
2. Piazza della Cisterna
Esta pintoresca plaza triangular es el corazón de San Gimignano. Rodeada de edificios medievales, su nombre proviene del pozo que se encuentra en el centro. Es el lugar perfecto para relajarse, disfrutar de un helado y sumergirse en el ambiente local.
3. Piazza del Duomo y la Collegiata
La catedral o Collegiata di Santa Maria Assunta destaca por sus impresionantes frescos del siglo XIV, que representan escenas bíblicas. Cerca de la catedral, también puedes visitar:
El Palazzo Comunale (Ayuntamiento), que alberga el Museo Cívico y la Torre Grossa.
La Loggia del Podestà, una estructura elegante que añade encanto a la plaza.
4. Museo de San Gimignano 1300
Este museo ofrece una reconstrucción a escala de cómo era San Gimignano en la Edad Media. Es una visita interesante para entender la historia y la importancia de sus torres.
5. Rocca di Montestaffoli
Un lugar tranquilo donde disfrutar de vistas panorámicas de las colinas toscanas. Este antiguo bastión defensivo es ideal para pasear y desconectar.
Qué comer en San Gimignano
La cocina de San Gimignano es un reflejo de la rica tradición toscana. Aquí tienes algunos imprescindibles:
Vernaccia di San Gimignano: Este vino blanco, producido localmente, es uno de los más prestigiosos de Italia. Su sabor fresco y afrutado es ideal para acompañar platos de la región.
Panzanella: Una ensalada refrescante de pan, tomate, cebolla y albahaca, perfecta para el verano.
Cinghiale in umido: Un guiso de jabalí, una especialidad toscana llena de sabor.
Ribollita: Una sopa tradicional de verduras y pan, sencilla pero deliciosa.
Gelato: San Gimignano alberga la Gelateria Dondoli, considerada una de las mejores heladerías del mundo. No te pierdas sabores únicos como el helado de azafrán y piñones.
Ubicada en el corazón de la Toscana, Siena es una de las ciudades más encantadoras y mejor conservadas de Italia. Famosa por su impresionante patrimonio medieval, su histórica carrera de caballos Il Palio y su cocina toscana, Siena ofrece una experiencia auténtica que no puedes dejar pasar en tu ruta por el norte de Italia.
La historia de Siena se remonta a los etruscos, pero alcanzó su apogeo durante la Edad Media, cuando se convirtió en una poderosa ciudad-estado rival de Florencia. Su riqueza provenía del comercio y la banca, y este esplendor quedó reflejado en su arquitectura gótica y su arte. Siena logró mantener su esencia medieval a lo largo de los siglos, lo que la convierte hoy en un destino imprescindible para los amantes de la historia y la cultura.
El corazón de Siena y una de las plazas más bellas de Europa. En esta plaza en forma de abanico, se celebra cada año Il Palio, la famosa carrera de caballos. No te pierdas:
Palazzo Pubblico: Sede del gobierno municipal y hogar del Museo Cívico, con frescos impresionantes como el «Buen Gobierno» de Ambrogio Lorenzetti.
Torre del Mangia: Sube a esta torre para disfrutar de vistas espectaculares de la ciudad y el campo toscano.
2. Catedral de Siena (Duomo di Siena)
Una obra maestra del gótico italiano, el Duomo destaca por su fachada de mármol blanco, verde y rosa. En su interior encontrarás:
El suelo de mosaicos: Una obra de arte única que combina escenas bíblicas y mitológicas.
La Biblioteca Piccolomini: Decorada con frescos de Pinturicchio que narran la vida del Papa Pío II.
El Baptisterio de San Juan: Con una pila bautismal esculpida por Donatello y otros artistas renombrados.
3. Basílica de San Domenico
Este edificio gótico es un lugar de peregrinación por su conexión con Santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa. Aquí se conservan reliquias de la santa, incluida su cabeza.
4. El Barrio Medieval
Piérdete en las calles empedradas de Siena y descubre su arquitectura medieval, sus fuentes históricas como Fonte Gaia y pequeños rincones que parecen sacados de un cuento.
5. Santa Maria della Scala
Antiguamente un hospital, este complejo es ahora un museo que narra la historia de Siena y su papel en el cuidado de peregrinos y pobres.
Qué Comer en Siena
Siena es conocida por su gastronomía rústica, que utiliza ingredientes frescos y locales. Algunos platos y productos que no te puedes perder son:
Pici: Un tipo de pasta gruesa y casera, normalmente servida con salsa de ajo, tomate (aglione) o ragú de jabalí.
Cinta Senese: Carne de cerdo procedente de una raza autóctona de la región, con un sabor único.
Panforte: Un postre típico hecho con miel, frutos secos y especias. Ideal para los amantes del dulce.
Ricciarelli: Galletas suaves de almendra con un toque de limón. Perfectas con un café o un vino dulce.
Vinos toscanos: Como el Chianti, Brunello di Montalcino o Vernaccia di San Gimignano, ideales para maridar cualquier comida.
Eventos imprescindibles en Siena
Il Palio: Esta tradicional carrera de caballos se celebra dos veces al año (2 de julio y 16 de agosto) y es una de las manifestaciones culturales más emocionantes de Italia. Los diferentes barrios (contrade) compiten en un ambiente cargado de pasión y tradición.
Semana Santa: Siena se llena de procesiones religiosas y eventos culturales.
Mercato nel Campo: Un mercado medieval que recrea cómo se vivía el comercio en la Edad Media, ideal para los amantes de la historia y los productos artesanales.
San Marino, uno de los países más pequeños del mundo, es un enclave único rodeado por Italia, que combina historia, vistas impresionantes y un encanto medieval que te transportará a otra época. Con solo 61 km², este microestado situado en la región italiana de Emilia-Romaña es un destino que sorprende por su legado, su independencia y su belleza.
¿Y por qué San Marino es un país? Y es que es la república más antigua del mundo, fundada en el año 301 d.C. según la tradición, por un cantero cristiano llamado Marino que buscaba refugio de las persecuciones romanas. Con el tiempo, este pequeño enclave logró mantener su independencia a pesar de las vicisitudes de la historia, incluidos los intentos de anexión por parte de sus vecinos italianos.
Hoy, San Marino es un estado soberano reconocido internacionalmente, con su propia constitución, moneda (aunque utiliza el euro), y gobierno. Su independencia y neutralidad han sido respetadas a lo largo de los siglos, convirtiéndolo en un símbolo de libertad y autodeterminación.
La capital, también llamada San Marino, está situada en la cima del Monte Titano y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus calles empedradas, casas medievales y vistas panorámicas la convierten en un lugar único para explorar.
Las Tres Torres: La Guaita, la Cesta y la Montale son los iconos del país. Estas fortalezas medievales ofrecen vistas impresionantes de la región y te transportan al pasado.
Piazza della Libertà: El corazón de la ciudad, donde se encuentra el Palacio Público, sede del gobierno. Aquí puedes presenciar el cambio de guardia si tienes suerte.
Basilica del Santo: Esta iglesia neoclásica está dedicada a San Marino, el fundador del país, y alberga sus reliquias.
Museos: Explora el Museo Estatal de San Marino o el curioso Museo de la Tortura, que ofrece una visión sobre los castigos en la Edad Media.
2. Monte Titano
El Monte Titano es perfecto para los amantes del senderismo y la naturaleza. Sus caminos bien señalizados te llevarán a miradores espectaculares, desde donde puedes ver hasta el mar Adriático en días despejados.
3. Compras libres de impuestos
San Marino es famoso por sus tiendas duty-free. Desde relojes y perfumes hasta productos electrónicos y ropa, puedes encontrar buenos precios en muchas tiendas del centro histórico.
Gastronomía de San Marino
La cocina de San Marino está influenciada por la tradición culinaria de Emilia-Romaña y Las Marcas, pero también tiene platos únicos que reflejan su identidad.
Torta Tre Monti: Un postre emblemático que simboliza las tres torres del Monte Titano. Es un pastel de capas de barquillo con chocolate y crema.
Nidi di Rondine: Un plato típico de pasta rellena enrollada en forma de «nido», con salsa de tomate y bechamel.
Piadina: Similar a la versión italiana, esta torta de pan plano puede rellenarse con quesos, embutidos o vegetales.
Cacciatello: Un flan dulce típico de la región, perfecto para cerrar una comida.
Vinos locales: Prueba el Sangiovese de San Marino o el Biancale, vinos locales que maridan perfectamente con los platos tradicionales.
Cómo llegar a San Marino
San Marino no tiene aeropuerto propio, pero está bien conectado con Italia:
Desde Rímini: La ciudad italiana más cercana, a solo 25 km, tiene trenes y autobuses frecuentes que conectan con San Marino.
En coche: Si prefieres conducir, San Marino es accesible por carretera desde cualquier punto del norte de Italia.
Documentación: No necesitas pasaporte ni visado para entrar, pero puedes obtener un sello en tu pasaporte como recuerdo por una pequeña tarifa en la oficina de turismo.
Riccione, conocida como «La Perla Verde del Adriático», es uno de los destinos más vibrantes de la costa italiana. Este pueblo costero en la región de Emilia-Romaña combina playas de arena dorada, vida nocturna animada, compras exclusivas y una gastronomía que enamora.
Riccione es famosa por sus extensas playas bien organizadas. Aquí encontrarás tumbonas, sombrillas, bares y actividades acuáticas para todos los gustos. Las familias suelen optar por sus servicios de calidad, mientras que los jóvenes disfrutan del ambiente animado y los beach clubs.
2. Pasear por Viale Ceccarini
Es el corazón de Riccione, una calle peatonal llena de boutiques de lujo, restaurantes y cafeterías. Tanto de día como de noche, es el lugar ideal para disfrutar de un paseo mientras sientes la vibrante energía del lugar.
3. Parque Acuático Aquafan
Si viajas en familia o con amigos, no puedes perderte Aquafan, uno de los parques acuáticos más grandes de Europa. Con toboganes emocionantes y áreas para relajarse, es una actividad perfecta para los días calurosos.
4. Vida Nocturna
Riccione es conocida por su animada vida nocturna, con discotecas legendarias como Cocoricò o Villa delle Rose. Si prefieres un ambiente más relajado, los bares de la playa ofrecen música en vivo y cócteles al atardecer.
5. Deportes y Actividades al Aire Libre
Senderismo: A pocos kilómetros, puedes explorar el Parque Natural Monte San Bartolo, ideal para caminatas con vistas al Adriático.
Ciclismo: La región es un paraíso para los ciclistas, con rutas que te llevan por colinas y pequeños pueblos cercanos.
Deportes acuáticos: Windsurf, paddle surf o paseos en barco son solo algunas de las opciones en la playa.
Qué Comer en Riccione
La gastronomía local es uno de los grandes atractivos de Riccione, con sabores auténticos de la región de Emilia-Romaña. Algunos platos imperdibles son:
Piadina Romagnola: Una especie de pan plano relleno de embutidos, queso y vegetales.
Pasta fresca: Prueba los tortellini, tagliatelle o lasagna, siempre acompañados de salsas caseras.
Pescado fresco: Riccione es famosa por sus platos de pescado y mariscos, como el fritto misto o los mejillones al vapor.
Vinos locales: No te pierdas un buen Sangiovese o un refrescante Albana di Romagna.
Bolonia, capital de la región de Emilia-Romaña, es una de las ciudades más fascinantes de Italia. Conocida como La Dotta (la sabia), La Rossa (la roja) y La Grassa (la gorda), Bolonia combina una rica historia, una vibrante vida cultural y una gastronomía que enamora a cualquier paladar. Lo de La Rossa se debe tanto al color de sus tejados como a su historia política de tendencia izquierdista.
Bolonia tiene raíces antiguas, siendo habitada desde la época etrusca y posteriormente colonizada por los romanos en el año 189 a.C. Durante la Edad Media, se convirtió en un importante centro cultural y educativo gracias a su universidad, fundada en 1088 y considerada la más antigua de Europa. Bolonia también fue un próspero centro comercial debido a su ubicación estratégica entre el norte y el sur de Italia.
¿Y sabías esto? Aquí se inventó el plato conocido como «salsa boloñesa», aunque los locales lo llaman ragù y lo sirven tradicionalmente con tagliatelle, no con espaguetis.
Las Torres Asinelli y Garisenda: Bolonia fue famosa por sus torres medievales, de las cuales más de 20 sobreviven hoy. Las más icónicas son la Torre Asinelli (a la que puedes subir para una vista panorámica) y la inclinada Torre Garisenda.
Piazza Maggiore y Piazza del Nettuno: El corazón de Bolonia, esta plaza alberga algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como la Basílica de San Petronio y el Palacio del Podestà. En la cercana Piazza del Nettuno, no te pierdas la majestuosa Fuente de Neptuno.
La Basílica de San Petronio: Esta impresionante iglesia gótica es una de las más grandes del mundo. Aunque inacabada, su interior es magnífico, con frescos y un reloj solar único.
Archiginnasio de Bolonia: Este histórico edificio fue la sede principal de la Universidad de Bolonia. Su Teatro Anatómico, utilizado para clases de anatomía en el siglo XVII, es una visita fascinante.
Los Pórticos de Bolonia: Bolonia cuenta con más de 40 kilómetros de pórticos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pasear bajo ellos es una experiencia única, especialmente en la ruta hacia el Santuario de la Madonna di San Luca, en la colina de la ciudad.
El Mercado del Quadrilatero: Un rincón lleno de vida donde puedes degustar productos locales como queso parmesano, mortadela, y vinos de Emilia-Romaña. Perfecto para los amantes de la gastronomía.
Museo de Arte Moderno de Bolonia (MAMbo): Ideal para los aficionados al arte contemporáneo, con una colección vibrante y exposiciones temporales.
Bolonia es famosa por sus canales ocultos, que puedes descubrir paseando por la Finestrella di Via Piella, una ventana que revela uno de estos encantadores canales.
Florencia, conocida como la cuna del Renacimiento, es una ciudad italiana que rezuma arte, historia y belleza en cada rincón. Situada en la región de Toscana, es uno de los destinos más fascinantes del mundo, ideal para los amantes de la cultura y la arquitectura. Si estás planeando una visita, aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre esta joya italiana.
Fundada por los romanos en el año 59 a.C., Florencia tuvo su auge durante la Edad Media como un próspero centro de comercio y banca. Sin embargo, su verdadero esplendor llegó en el Renacimiento (siglos XIV al XVI), cuando se convirtió en el epicentro cultural y artístico de Europa, gracias al mecenazgo de la poderosa familia Medici. Artistas como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Botticelli dejaron su huella en esta ciudad, transformándola en un museo al aire libre.
Como dato curioso, Florencia fue la primera ciudad europea en tener pavimento en sus calles, allá por 1339.
La Catedral de Santa María del Fiore (Duomo): Uno de los edificios más icónicos de Florencia, el Duomo, destaca por su imponente cúpula diseñada por Brunelleschi. Sube los 463 escalones para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. Y por cierto, la cúpula del Duomo sigue siendo la más grande del mundo construida en ladrillo y mortero.
El Ponte Vecchio: Este puente medieval sobre el río Arno es famoso por sus tiendas de joyería y su diseño pintoresco. Es uno de los lugares más fotografiados de Florencia y fue el único que sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
La Galería Uffizi: Este museo alberga una de las colecciones de arte más importantes del mundo, con obras maestras de Botticelli, Rafael, Caravaggio y más. No te pierdas El Nacimiento de Venus y La Primavera de Botticelli. Para visitarla, es importante que reserves tus entradas con algo de tiempo, ya que puedes no tener espacio en el día que quieres si vas directamente.
El Palacio Pitti y los Jardines de Bóboli: Este antiguo palacio renacentista es un testimonio del poder de los Medici. Detrás del palacio se extienden los magníficos jardines de Bóboli, ideales para pasear y disfrutar de vistas espectaculares.
La Galería de la Academia: Hogar del icónico David de Miguel Ángel, esta galería es una visita obligada para los amantes del arte.
Piazza della Signoria y Palazzo Vecchio: Esta plaza histórica es el corazón político de Florencia y un museo al aire libre. El Palazzo Vecchio, con su imponente torre, es uno de los edificios más representativos de la ciudad.
Basílica de Santa Croce: Conocida como el «Panteón de Florencia», esta iglesia alberga las tumbas de grandes figuras como Miguel Ángel, Galileo y Maquiavelo.
Piazzale Michelangelo: Para disfrutar de la mejor vista de Florencia, visita este mirador al atardecer. Es el lugar perfecto para capturar la ciudad en todo su esplendor.
Si patear Florencia te da hambre, te animo a probar platos típicos de la ciudad, como la bistecca alla fiorentina, los crostini toscani o el gelato artesanal.
No hace ni siquiera un año que viajé por primera vez a la isla italiana de Cerdeña (en septiembre de 2021 me la recorrí de arriba abajo literalmente) y ya he vuelto (secreto: los vuelos Madrid-Alghero con Ryanair son ridículamente baratos la mayoría del tiempo).
En esta ocasión, volamos a Alghero (1h 30 de avión desde Madrid) y el viaje fue muchísimo más calmado: pasamos 5 días en un apartamento precioso en la playa de la Pelosa, y como veréis en el vídeo si habéis pinchado en el link anterior, estuvimos muuuuy tranquilos. Mi recomendación es esa: conocer cada rincón de la isla está bien, pero después elige un lugar y disfruta de ello sin pegarte palizas de coche.
En este post vengo a hablaros sobre Stintino, el pueblecito al que pertenece La Pelosa y que el año pasado solo mencioné, pues nuestra ruta no pasaba por estas callejuelas.
Stintino (Isthintinu en sardo) nació en 1885 cuando diversas familias de pescadores procedentes de la Isla de Asinara (la que está frente a la Pelosa) se asentaron en esta zona de la costa, y a día de hoy apenas tiene 1600 habitantes (por cierto, planazo: pasar el día en un velero en la isla de Asinara).
A pesar de la explosión turística de sus alrededores, este núcleo ha mantenido en calma y en paz con la vida típica de los pueblos. La iglesia principal, caminos y casas bajas tradicionales. En la calle principal hay tiendas, bares, restaurantes, mesones donde degustar productos de la zona.
imagen de sardegnaturismo.it
Os animo a perderos por las calles y el paseo marítimo de este pueblo, e incluso es un buen lugar para alojaros y poder visitar sitios de interés alrededor (porque no todo es la playa de la Pelosa, y si no sois de los que disfruta cuando un lugar está abarrotado, incluso preferiréis otros sitios). Aquí os dejo una lista para que no os dejéis nada:
Isla de Asinara: como mencionaba antes, es la que se encuentra frente a la Pelosa. Fue, hace mucho, una cárcel que aún hoy puede visitarse, pero lo más chulo de esta islita es que está llena de burros amistosos.
Playa de Le Saline: amplia y de arena blanca, pero evitad venir aquí en días ventosos, porque al estar tan abierta suele haber muchas olas.
Playa de Ezzi Manu: mucho más virgen, rodeada de vegetación, y compuesta por pequeños guijarros blancos.
Playa de Tamerici: la elección perfecta si queréis mucha, mucha tranquilidad.
Capo Falcone: en el extremo occidental de la isla, con unas vistas increíbles y una puesta de sol que roba el aliento.
imagen de sardegnaturismo.it
Nuestro alojamiento fue todo un acierto (podéis ver imágenes en este vídeo). Se llama Capo Falcone Charming Apartments y es totalmente nuevo (inaugurado en algún momento de 2022), de hecho casi que lo estrenamos. Es una urbanización preciosa, tranquila y con buenas vistas, a solo 5 minutos andando de la playa de La Pelosa, y además súper económica (en este momento – junio 2022 – 68€/noche en un apartamento para 4 personas). Totalmente recomendable.
Y como restaurante favorito de la zona, me quedo claramente con el Ristorante Valentina. Comida riquísima y personal súper amable.
Espero que disfrutéis de Stintino tanto como yo, ¡que estoy deseando volver!
Italia es el país que más veces he pisado después del mío propio, y una de las ciudades en las que más he repetido es Venecia. Por ello, y por su enorme singularidad, por la que es conocida mundialmente, tengo que hacerle un hueco en este blog de ya más de 250 destinos.
Fundada en el siglo V, Venecia es un paraíso para los amantes del arte y de la historia, pero también para los más románticos. Está construida sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas, unidas entre sí por 455 puentes y casi todas ellas imperceptibles, pues realmente lo que se ve a simple vista es únicamente casas «flotando» en el agua. En el interior de la ciudad (que por cierto, es patrimonio de la UNESCO) no hay tráfico rodado, siendo, a excepción de la navegación por los canales que separan a las islas, un núcleo totalmente peatonal. El transporte colectivo se realiza mediante embarcaciones transbordadoras conocidas como vaporetti.
La mejor forma es comprar una especie de «bonobús» para moverse por Venecia y sus islas, podéis comprarlo aquí por 9,50€.
En primavera y otoño tiene lugar la llamada acqua alta, dos veces al día, que inunda completamente la plaza de San Marcos. Esto viene sucediendo desde hace siglos, pero por culpa del cambio climático, Venecia está sometida a inundaciones cada vez más frecuentes que no le auguran un buen futuro.
Visitar esta ciudad puede hacerse en un par de días, pero si queréis entrar a los museos, ir a Murano disfrutar realmente de la esencia veneciana, os recomiendo pasar al menos 3 días aquí.
Y sin más… ¿qué se puede visitar en Venecia?
Si queréis que os guíen, podéis reservar el Free Tour aquí.
1. Plaza San Marcos
Tenía que ser la primera parada, la plaza (de hecho, la única de la ciudad) a la cual Napoleón apodó como «el salón más bello de Europa«. Fue construida en el siglo IX pero su forma actual data de 1777.
Es la zona más baja de toda Venecia y por eso es la primera en inundarse, como os contaba anteriormente. Alrededor de ella se congregan edificios muy importantes como el Palacio Ducal, la Basílica de San Marcos o el museo Correr. Además, en ella se puede disfrutar con la llegada del buen tiempo de un café con música en directo en una de las numerosas cafeterías que hay en ella.
2. Palacio Ducal
Situado en la Plaza San Marcos, es otro edificio inconfundible. Combina elementos arquitectónicos bizantinos, góticos y renacentistas. Además, en su interior se pueden ver pinturas de Tiziano, Tintoretto y Bellini. En el siglo IX era un castillo fortificado sin embargo, tras incendiarse y ser reconstruido fue utilizado como prisión y fortaleza. En la actualidad se puede visitar la prisión, armería, las salas de votaciones, los patios y las salas dónde residían los dogos.
3. Basílica de San Marcos
Espectacular, preciosa y espiritual son tres palabras que describen muy bien la Basílica de San Marcos, una de las edificaciones religiosas más importantes de la ciudad. Se trata de una obra maestra de la arquitectura bizantina, y posee el rango de catedral y también el de iglesia patriarcal, además del de basílica. La construcción de esta catedral data de finales del siglo IX, y fue construida, principalmente, para resguardar las reliquias de San Marcos recuperadas (robadas, mejor dicho) de Alejandría. La construcción de esta iglesia determinó, en gran medida, la historia de esta ciudad, pues fue gracias a ella que Venecia pudo erigirse como sede episcopal independiente.
4. Puente de los Suspiros
Situado a poca distancia de la Plaza San Marcos, une al Palacio Ducal de Venecia con la antigua prisión de la Inquisición, y debe su nombre a los suspiros que soltaban los prisioneros que eran trasladados a los calabozos, pues allí, en ese puente, era la última oportunidad que muchos tenían para ver el cielo y el mar.
5. Puente Rialto
Se trata del puente más antiguo de los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal, que es la corriente de agua más grande y la principal de la ciudad. Construido en 1591 por el arquitecto Antonio da Ponte con la finalidad de renovar el antiguo que era de madera, se convirtió en el centro económico más importante de Venecia. Junto a él se encuentra el Mercado de Rialto, en el que se venden frutas y verduras frescas y es de lo más colorido.
6. El Gran Canal
Con sus 4km de longitud, es la arteria principal de Venecia y la divide en dos. Es por aquí por donde circulan los mencionados vaporetti, y también cada pocos metros encontraréis las tipiquísimas góndolas venecianas en las que, a pesar de ser una turistada, es agradable dar una vuelta.
7. La Fenice
Por supuesto, Venecia cuenta con múltiples espacios culturales entre los cuales destaca La Fenice, uno de los teatros que más impresionan, sobre todo por la gran cantidad de elementosdorados que hay en su interior. En él se han estrenado muchas de las óperas italianas más conocidas.
Fue inaugurado en 1792 y sufrió dos incendios uno en 1836 y otro en 1996. A pesar de ello, sigue activo desde el 2003. La reconstrucción de este teatro fue a cargo de Aldo Rossi. Este decidió mantener el aspecto del siglo XIX tan característico de este teatro utilizando para ello viejas fotografías del lugar.
8. Burano
Construido sobre una de las islas de la Laguna de Venecia, más alejado de lo que es el núcleo de la ciudad, Burano es una aldea que impresiona a todo aquel que se acerca a conocerlo sobre todo por lo pintoresco de sus calles, tan llenas de color. Además destaca por sus múltiples restaurantes informales, los cuales, según dicen algunos turistas, constituyen el mejor lugar para probar la gastronomía local.
9. Murano
La segunda isla más grande de la laguna de Venecia tiene fama internacional por sus artesanos del vidrio. Visitar una fábrica de cristal en Murano es una experiencia única y apasionante. Lo ideal es hacer una excursión que incluye las islas de Murano, Burano y Torcello para descubrir la historia y la cultura de los alrededores de Venecia.
10. Basílica de Santa Maria della Salute
Construida en 1630 por petición de los habitantes venecianos que atravesaban una peste que diezmó a la población, esta iglesia fue erigida a la virgen María, llamada por el patriarca de Venecia, Giovanni Tiepolo, Santa María della Salute. Esta basílica está, por lo tanto, profundamente ligada a la historia de la ciudad, y es también una de las obras arquitectónicas mejor logradas que conseguirá en Venecia.
11. Colección Peggy Guggenheim
Se trata de uno de los museos más importantes de Italia y de Europa, al menos en lo que refiere al arte europeo y americano de la primera mitad del siglo XX. Está ubicado en el Palacio Venier dei Leoni, en el Gran Canal, y fue fundado por Peggy Guggenheim, una importante coleccionista de arte de mediados del siglo pasado.
12. Galleria della Academia
Uno de los museos más importantes de Italia, en el que se exponen obras de Tizziano, Bellini, Canaletto, Veronese y Tintoretto, entre otros.
13. El barrio judío
Se encuentra en el sestriere Cannaregio, y es uno de los rincones donde poder ver la vida normal y corriente de la ciudad y, además, tiene un gran valor histórico: fue el primer ghetto judío construido en Europa. En él hay varias sinagogas y un memorial del holocausto, e incluso es posible probar la comida koshér.
14. Scuola Grande di San Rocco
Se trata de un edificio que se conserva casi intacto desde que fuera construido en el sigloXVI. Con una fachada que combina elementos del renacimiento y del barroco, impresiona por las paredes y techos del interior decorados por el gran maestro Tintoretto durante más de 20 años, creando lo que algunos denominan como una pequeña Capilla Sixtina.
15. Calletta Varisco
Famosa por decir ser la más estrecha del mundo, aunque de esas hay muchas (en Praga, por ejemplo). Si bien no es una visita imprescindible, es curiosa por sus 53cm de anchura.
16. Iglesia de la Madonna dell’Orto
Este templo es mucho menos conocido por los turistas, pero merece la pena ser visitado para disfrutar de varias de las pinturas de Tintoretto.
17. Librería Acqua Alta
En ella, los libros se van acumulando formando pilas y pilas en sus estanterías de madera aunque el gran problema que tiene esta librería al estar situada junto a un canal, es el conocido fenómeno Acqua Alta, que provoca que cuando el nivel del agua sube en toda la ciudad, se inunde. Es por esta razón que veréis los libros dentro de unagóndola en mitad de la tienda o incluso en bañeras.
Para añadirle todavía más singularidad, junto a los miles de libros, merodean gatos por dentro de la tienda o durmiendo entre literatura.
18. Scala Contarini del Bovolo
Tenéis que subir a alguna mirador sí o sí, y uno de los mejores, ubicado en una antigua torre, es el del palacio Contarini del Bovolo, un edificio tardo-gótico italiano del siglo XV, que tiene una increíble escalera de caracol exterior que lleva hasta la parte alta, desde donde hay una fantástica panorámica de los tejados naranjas y de las torres de algunas iglesias del centro de Venecia.
Aquí tenéis 18 lugares que visitar en Venecia, pero, como toda ciudad, sino más, Venecia esconde muchos tesoros a los ojos de los turistas. ¿Cuál es vuestro favorito?
Una vez de regreso en España, creo que es interesante un post sobre aquellas cosas que viene bien saber antes de embarcarse en una ruta en coche por Cerdeña (compara todas las compañías de alquiler de coche en Cerdeña aquí).
Teniendo en cuenta que se trata de Italia, el nivel de vida es parecido al de España, e incluso un poco más bajo. Por lo tanto, la comida, tanto en supermercados como en restaurantes locales es bastante asequible. Ahora bien, como en todas partes, en pleno centro turístico de las ciudades, todo se encarece.
En alojamientos, nuestra experiencia es en Airbnb’s, y nunca hemos pagado más de 50€/noche por una habitación doble privada (con baño compartido con otra u otras dos habitaciones). También es cierto que era septiembre y es época COVID, que ha hecho que los precios bajen. En cualquier caso, os recomiendo totalmente reservar los alojamientos con tiempo, sobre todo si vais a viajar en verano, para poder así acceder a algo económico a la par que en el centro de la ciudad, o junto a él.
Lo que sí es mucho más alto que en España es la gasolina: en septiembre de 2021 rondaba los 30 céntimos más que en España por litro (unos 1,70€/L de gasolina 95).
Desplazamientos
La isla está muy mal comunicada por transporte público: no hay trenes y los buses que conectan unas y otras ciudades son escasos y os harán perder mucho tiempo. Si elegís esta manera de viajar, tendréis que reducir el número de lugares a visitar y habrá sitios más apartados a los que no podáis llegar.
Por lo tanto, la manera más recomendable de recorrer Cerdeña es alquilar un coche. Hay muchísimas compañías de alquiler en los aeropuertos, tanto internacionales como locales, y los precios varían en muchos cientos de € por la misma gama de coche.
Lo que me parece imprescindible, una vez pasada la experiencia, es reservar el coche con antelación por internet. Es cierto que en los comparadores no aparecen todas las compañías que luego hay en el aeropuerto, pero igualmente lo veo necesario, pues nosotras, llegando un 14 de septiembre, nos encontramos con que casi ninguna empresa tenía coches disponibles, por lo que creo que si viajáis en julio o agosto, más vale no jugárosla y quedaros sin coche o veros obligados a alquilar una furgoneta porque no hay nada más pequeño. Igualmente hay también oficinas en las ciudades, pero tendréis que desplazaros hasta allí y luego devolver el coche allí y volver al aeropuerto en transporte público o taxi, que es un rollo.
En relación a esto último, es importante recordar que las compañías aplican un recargo en caso de que devolváis el coche en una oficina diferente a la de recogida, y que puede encarecer muchísimo el precio del alquiler. Ya nos pasó en Grecia, y tuvimos que pagar 300€ más.
En nuestro caso concreto alquilamos un Fiat Panda (si sois 2 o 3, cabréis en un coche pequeño y es lo mejor para luego aparcar) que nos costó 560€ por 7 días, con seguro a todo riesgo incluido (esto me parece también absolutamente imprescindible porque los italianos están un poco locos conduciendo). La compañía con la que lo hicimos era local y se llama Ruvioli Rent a Car, que no tiene página web, de hecho, pero al estar en el aeropuerto en el mismo lugar que el resto de oficinas, no nos inspiró desconfianza.
En cualquier caso, también preguntamos en la de al lado y nos dijeron que el coste con ellos era de 350€ todo incluido pero que no les quedaban coches. En otra diferente, Sicily by Car (con la que alquilamos el coche para ir a Nápoles), ¡nos pedían 1000€!
Pasemos al tema carreteras. En los últimos años han construido varías autovías, por lo que ir, por ejemplo de Alghero a Olbia es bastante cómodo, o de Cagliari a Olbia, pero para casi cualquier otro lugar la manera de llegar es por carreteras nacionales de un solo carril, así que contad con que los trayectos son más duraderos que en otros países o regiones. De cualquier forma, raro es que el conduce lento allí, así que no se forman muchas caravanas (porque además pasan de todo y adelantan siempre por continua).
De hecho, es bastante normal que si alguien va algo más despacio, circule sobrepasando la línea del arcén, para que así sea más fácil el adelantamiento.
¿Qué ruta hacer?
En nuestro caso, elegimos hacer la vuelta completa, como ya habéis visto en los posts que os he dejado arriba. No está mal como escaneo rápido de la isla, pero para mí fueron demasiadas horas de coche y visitamos sitios que, lejos de estar mal, pueden ser prescindibles dependiendo del caso.
Por otro lado, fue un viaje pensado para ir de playa en playa, y si bien por todas partes las hay espectaculares y dignas de visitar, justamente por ese mismo motivo, vista una, vistas la mayoría.
Por lo tanto, y es de hecho lo que hace mucha gente, prescindiría de bajar al sur, a la zona de Cagliari, o la dejaría para otro viaje.
Mis imprescindibles serían:
La zona de Alghero: el pueblo en sí es una monada, y es buen lugar para reservar el alojamiento. Cerca de él, a una hora en coche, la Spiaggia La Pelosa es una de las más famosas y bonitas de todo Cerdeña. También por allí, el Capo Caccia, sus acantilados y sus grutas también merecen ser visitados.
Golfo de Orosei: también imprescindible, porque las mejores calas están aquí. Hay unas 7 calas que se pueden hacer en ruta con un barco (os lo dejé en el post de Cala Goloritzè), aunque creo que se disfrutan más sin tanta prisa. Elegiría una y pasaría el día allí.
Porto Cervo: alojandoos aquí en vez de en Olbia, si encontráis algo asequible, podréis llegar a las playas de esta zona, y también del Golfo Aranci y subir al archipiélago de la Magdalena, al norte, un parque natural al que hay que llegar en barco y es precioso . En esta ocasión, nosotras no lo visitamos porque nos faltaron días, por lo que si tenéis una semana y no bajáis a Cagliari como hicimos nosotras, tendréis esos días para subir a la Magdalena.
Llegar a Cerdeña
En nuestro caso elegimos el avión: las conexiones de Ryanair Madrid-Alghero se han reanudado y los billetes son extremadamente baratos. También hay aeropuerto en Olbia y en Cagliari.
Existe también la posibilidad, y no es ninguna tontería si no vais justos de días, de llegar en Ferry: se tarda más, pero os saldrá mucho más barato porque os ahorraréis el alquiler del coche. Desde España se puede llegar a Porto Torres desde Barcelona, y desde Italia, a Olbia desde Porto Cecchio (cerca de Roma) o a Cagliari desde Nápoles.
Últimos tips
El idioma: en las zonas turísticas casi todo el mundo habla inglés, pero en cuanto os escuchen hablar español, cambiarán a ese idioma. Muchísima gente habla nuestra lengua allí, y de todas maneras el italiano y el español son parecidos, por lo que hablando despacio en español te podrás hacer entender sin problema.
El clima: mediterráneo, poco que decir. Quizás un poco más de calor que en la zona del levante español.
Los horarios: muy parecidos a los de nuestro país, aunque más tempraneros. No tendréis problema para comer a las 3 o cenar a las 10, pero allí se suele hacer todo un poco antes.
Comida típica: pasta y pizza, como en toda Italia, hay un postre típico llamado seada, unas empanadillas rellenas de queso ricotta y con miel por encima, un poco empalagosas pero muy ricas. Y para beber, la cerveza Ichnusa, original de Cerdeña.
Cerdeña, una isla a la que volveré sin duda, pero una vez pateada de arriba abajo, elegiré una región y me quedaré por allí de playa en playa, porque esas aguas hipnotizan.
¡Feliz viaje!
Actualización: en mayo de 2022 volví a Cerdeña (concretamente a Stintino) y grabé un vídeo para YouTube:
Aprovechando hasta el último minuto! Nuestro avión de vuelta a casa no salía hasta las 17:30, así que tuvimos unas cuantas horas por la mañana antes de poner rumbo a Alghero (a 1h30 de Olbia aproximadamente), que utilizamos para dar un paseo por el casco antiguo de Olbia, una ciudad en la que, dicen, no hay demasiado que ver. Esto es un poco cierto, pues «lugares concretos» como tal, se cuentan con los dedos de una mano, pero es agradable pasear por sus calles y tomar un capuccino en una de sus cafeterías.
Chiesa San Paolo
Se trata de una curiosa y pequeña iglesia del siglo XVII, construida sobre las ruinas de otro templo, muy sobria por fuera y por dentro, a excepción de una cúpula exterior de estilo árabe que le otorga un diseño especial.
Lungomare di Olbia
Es básicamente el paseo marítimo, no muy largo, pero sí agradable y ambientado. Comienza en una gran noria junto al puerto de ferrys, y en los últimos meses se ha ampliado hasta casi las afuera de esta pequeña ciudad, pues han construido un paseo precioso con palmeras de un par de kilómetros de largo.
Basilica di San Simplicio y su Necrópolis
Fue construida entre el siglo XI y XII y dedicada a San Simplicio, un Obispo de la misma ciudad en el siglo III. Queda lejos de ser tan impresionante como otros edificios también denominados basílica, pero tiene su encanto, sobre todo por lo que tiene escondido.
Debajo de la plaza de la Basílica de San Simplicio se encuentra una necrópolis, que salió a la luz durante la renovación de la plaza de la Basílica. Consiste en unas 400 tumbas romanas (200 aC – 300 dC) y también muestran una estratificación de los cultos en 200 años de historia desde la edad púnica hasta la Edad Media.
Museo Arqueológico Nacional
Construido en un islote del puerto, el Museo Arqueológico Nacional alberga una colección de piezas de gran importancia para la cultura sarda. Además, en él se encuentran restos de todos los naufragios que han tenido lugar en este golfo, entre los que destacan 2 de la época de Nerón y 16 del s. V d. C.. La entrada es gratuita.
Corso Umberto I
Es la calle que se considera el corazón de la ciudad, donde más ambiente hay a todas horas del día. No sólo es el centro neurálgico de la ciudad sino que goza de un encanto característico. Hay muchos edificios antiguos, tiendas, cafeterías y plazas.
Y aquí termina nuestra vuelta a Cerdeña (literalmente), una semana de muchos kilómetros para recorrer la isla haciendo una ruta circular (Alghero – Cagliari – Tortolì – Olbia – Alghero). La próxima vez (que la habrá) elegiremos un lugar concreto y disfrutaremos más a fondo de él.