No hace ni siquiera un año que viajé por primera vez a la isla italiana de Cerdeña (en septiembre de 2021 me la recorrí de arriba abajo literalmente) y ya he vuelto (secreto: los vuelos Madrid-Alghero con Ryanair son ridículamente baratos la mayoría del tiempo).
En esta ocasión, volamos a Alghero (1h 30 de avión desde Madrid) y el viaje fue muchísimo más calmado: pasamos 5 días en un apartamento precioso en la playa de la Pelosa, y como veréis en el vídeo si habéis pinchado en el link anterior, estuvimos muuuuy tranquilos. Mi recomendación es esa: conocer cada rincón de la isla está bien, pero después elige un lugar y disfruta de ello sin pegarte palizas de coche.
En este post vengo a hablaros sobre Stintino, el pueblecito al que pertenece La Pelosa y que el año pasado solo mencioné, pues nuestra ruta no pasaba por estas callejuelas.
Stintino (Isthintinu en sardo) nació en 1885 cuando diversas familias de pescadores procedentes de la Isla de Asinara (la que está frente a la Pelosa) se asentaron en esta zona de la costa, y a día de hoy apenas tiene 1600 habitantes.
A pesar de la explosión turística de sus alrededores, este núcleo ha mantenido en calma y en paz con la vida típica de los pueblos. La iglesia principal, caminos y casas bajas tradicionales. En la calle principal hay tiendas, bares, restaurantes, mesones donde degustar productos de la zona.
imagen de sardegnaturismo.it
Os animo a perderos por las calles y el paseo marítimo de este pueblo, e incluso es un buen lugar para alojaros y poder visitar sitios de interés alrededor (porque no todo es la playa de la Pelosa, y si no sois de los que disfruta cuando un lugar está abarrotado, incluso preferiréis otros sitios). Aquí os dejo una lista para que no os dejéis nada:
Isla de Asinara: como mencionaba antes, es la que se encuentra frente a la Pelosa. Fue, hace mucho, una cárcel que aún hoy puede visitarse, pero lo más chulo de esta islita es que está llena de burros amistosos.
Playa de Le Saline: amplia y de arena blanca, pero evitad venir aquí en días ventosos, porque al estar tan abierta suele haber muchas olas.
Playa de Ezzi Manu: mucho más virgen, rodeada de vegetación, y compuesta por pequeños guijarros blancos.
Playa de Tamerici: la elección perfecta si queréis mucha, mucha tranquilidad.
Capo Falcone: en el extremo occidental de la isla, con unas vistas increíbles y una puesta de sol que roba el aliento.
imagen de sardegnaturismo.it
Nuestro alojamiento fue todo un acierto (podéis ver imágenes en este vídeo). Se llama Capo Falcone Charming Apartments y es totalmente nuevo (inaugurado en algún momento de 2022), de hecho casi que lo estrenamos. Es una urbanización preciosa, tranquila y con buenas vistas, a solo 5 minutos andando de la playa de La Pelosa, y además súper económica (en este momento – junio 2022 – 68€/noche en un apartamento para 4 personas). Totalmente recomendable.
Y como restaurante favorito de la zona, me quedo claramente con el Ristorante Valentina. Comida riquísima y personal súper amable.
Espero que disfrutéis de Stintino tanto como yo, ¡que estoy deseando volver!
Italia es el país que más veces he pisado después del mío propio, y una de las ciudades en las que más he repetido es Venecia. Por ello, y por su enorme singularidad, por la que es conocida mundialmente, tengo que hacerle un hueco en este blog de ya más de 250 destinos.
Fundada en el siglo V, Venecia es un paraíso para los amantes del arte y de la historia, pero también para los más románticos. Está construida sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas, unidas entre sí por 455 puentes y casi todas ellas imperceptibles, pues realmente lo que se ve a simple vista es únicamente casas «flotando» en el agua. En el interior de la ciudad (que por cierto, es patrimonio de la UNESCO) no hay tráfico rodado, siendo, a excepción de la navegación por los canales que separan a las islas, un núcleo totalmente peatonal. El transporte colectivo se realiza mediante embarcaciones transbordadoras conocidas como vaporetti.
En primavera y otoño tiene lugar la llamada acqua alta, dos veces al día, que inunda completamente la plaza de San Marcos. Esto viene sucediendo desde hace siglos, pero por culpa del cambio climático, Venecia está sometida a inundaciones cada vez más frecuentes que no le auguran un buen futuro.
Visitar esta ciudad puede hacerse en un par de días, pero si queréis entrar a los museos, ir a Murano disfrutar realmente de la esencia veneciana, os recomiendo pasar al menos 3 días aquí.
Y sin más… ¿qué se puede visitar en Venecia?
1. Plaza San Marcos
Tenía que ser la primera parada, la plaza (de hecho, la única de la ciudad) a la cual Napoleón apodó como «el salón más bello de Europa«. Fue construida en el siglo IX pero su forma actual data de 1777.
Es la zona más baja de toda Venecia y por eso es la primera en inundarse, como os contaba anteriormente. Alrededor de ella se congregan edificios muy importantes como el Palacio Ducal, la Basílica de San Marcos o el museo Correr. Además, en ella se puede disfrutar con la llegada del buen tiempo de un café con música en directo en una de las numerosas cafeterías que hay en ella.
2. Palacio Ducal
Situado en la Plaza San Marcos, es otro edificio inconfundible. Combina elementos arquitectónicos bizantinos, góticos y renacentistas. Además, en su interior se pueden ver pinturas de Tiziano, Tintoretto y Bellini. En el siglo IX era un castillo fortificado sin embargo, tras incendiarse y ser reconstruido fue utilizado como prisión y fortaleza. En la actualidad se puede visitar la prisión, armería, las salas de votaciones, los patios y las salas dónde residían los dogos.
3. Basílica de San Marcos
Espectacular, preciosa y espiritual son tres palabras que describen muy bien la Basílica de San Marcos, una de las edificaciones religiosas más importantes de la ciudad. Se trata de una obra maestra de la arquitectura bizantina, y posee el rango de catedral y también el de iglesia patriarcal, además del de basílica. La construcción de esta catedral data de finales del siglo IX, y fue construida, principalmente, para resguardar las reliquias de San Marcos recuperadas (robadas, mejor dicho) de Alejandría. La construcción de esta iglesia determinó, en gran medida, la historia de esta ciudad, pues fue gracias a ella que Venecia pudo erigirse como sede episcopal independiente.
4. Puente de los Suspiros
Situado a poca distancia de la Plaza San Marcos, une al Palacio Ducal de Venecia con la antigua prisión de la Inquisición, y debe su nombre a los suspiros que soltaban los prisioneros que eran trasladados a los calabozos, pues allí, en ese puente, era la última oportunidad que muchos tenían para ver el cielo y el mar.
5. Puente Rialto
Se trata del puente más antiguo de los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal, que es la corriente de agua más grande y la principal de la ciudad. Construido en 1591 por el arquitecto Antonio da Ponte con la finalidad de renovar el antiguo que era de madera, se convirtió en el centro económico más importante de Venecia. Junto a él se encuentra el Mercado de Rialto, en el que se venden frutas y verduras frescas y es de lo más colorido.
6. El Gran Canal
Con sus 4km de longitud, es la arteria principal de Venecia y la divide en dos. Es por aquí por donde circulan los mencionados vaporetti, y también cada pocos metros encontraréis las tipiquísimas góndolas venecianas en las que, a pesar de ser una turistada, es agradable dar una vuelta.
7. La Fenice
Por supuesto, Venecia cuenta con múltiples espacios culturales entre los cuales destaca La Fenice, uno de los teatros que más impresionan, sobre todo por la gran cantidad de elementosdorados que hay en su interior. En él se han estrenado muchas de las óperas italianas más conocidas.
Fue inaugurado en 1792 y sufrió dos incendios uno en 1836 y otro en 1996. A pesar de ello, sigue activo desde el 2003. La reconstrucción de este teatro fue a cargo de Aldo Rossi. Este decidió mantener el aspecto del siglo XIX tan característico de este teatro utilizando para ello viejas fotografías del lugar.
8. Burano
Construido sobre una de las islas de la Laguna de Venecia, más alejado de lo que es el núcleo de la ciudad, Burano es una aldea que impresiona a todo aquel que se acerca a conocerlo sobre todo por lo pintoresco de sus calles, tan llenas de color. Además destaca por sus múltiples restaurantes informales, los cuales, según dicen algunos turistas, constituyen el mejor lugar para probar la gastronomía local.
9. Murano
La segunda isla más grande de la laguna de Venecia tiene fama internacional por sus artesanos del vidrio. Visitar una fábrica de cristal en Murano es una experiencia única y apasionante. Lo ideal es hacer una excursión que incluye las islas de Murano, Burano y Torcello para descubrir la historia y la cultura de los alrededores de Venecia.
10. Basílica de Santa Maria della Salute
Construida en 1630 por petición de los habitantes venecianos que atravesaban una peste que diezmó a la población, esta iglesia fue erigida a la virgen María, llamada por el patriarca de Venecia, Giovanni Tiepolo, Santa María della Salute. Esta basílica está, por lo tanto, profundamente ligada a la historia de la ciudad, y es también una de las obras arquitectónicas mejor logradas que conseguirá en Venecia.
11. Colección Peggy Guggenheim
Se trata de uno de los museos más importantes de Italia y de Europa, al menos en lo que refiere al arte europeo y americano de la primera mitad del siglo XX. Está ubicado en el Palacio Venier dei Leoni, en el Gran Canal, y fue fundado por Peggy Guggenheim, una importante coleccionista de arte de mediados del siglo pasado.
12. Galleria della Academia
Uno de los museos más importantes de Italia, en el que se exponen obras de Tizziano, Bellini, Canaletto, Veronese y Tintoretto, entre otros.
13. El barrio judío
Se encuentra en el sestriere Cannaregio, y es uno de los rincones donde poder ver la vida normal y corriente de la ciudad y, además, tiene un gran valor histórico: fue el primer ghetto judío construido en Europa. En él hay varias sinagogas y un memorial del holocausto, e incluso es posible probar la comida koshér.
14. Scuola Grande di San Rocco
Se trata de un edificio que se conserva casi intacto desde que fuera construido en el sigloXVI. Con una fachada que combina elementos del renacimiento y del barroco, impresiona por las paredes y techos del interior decorados por el gran maestro Tintoretto durante más de 20 años, creando lo que algunos denominan como una pequeña Capilla Sixtina.
15. Calletta Varisco
Famosa por decir ser la más estrecha del mundo, aunque de esas hay muchas (en Praga, por ejemplo). Si bien no es una visita imprescindible, es curiosa por sus 53cm de anchura.
16. Iglesia de la Madonna dell’Orto
Este templo es mucho menos conocido por los turistas, pero merece la pena ser visitado para disfrutar de varias de las pinturas de Tintoretto.
17. Librería Acqua Alta
En ella, los libros se van acumulando formando pilas y pilas en sus estanterías de madera aunque el gran problema que tiene esta librería al estar situada junto a un canal, es el conocido fenómeno Acqua Alta, que provoca que cuando el nivel del agua sube en toda la ciudad, se inunde. Es por esta razón que veréis los libros dentro de unagóndola en mitad de la tienda o incluso en bañeras.
Para añadirle todavía más singularidad, junto a los miles de libros, merodean gatos por dentro de la tienda o durmiendo entre literatura.
18. Scala Contarini del Bovolo
Tenéis que subir a alguna mirador sí o sí, y uno de los mejores, ubicado en una antigua torre, es el del palacio Contarini del Bovolo, un edificio tardo-gótico italiano del siglo XV, que tiene una increíble escalera de caracol exterior que lleva hasta la parte alta, desde donde hay una fantástica panorámica de los tejados naranjas y de las torres de algunas iglesias del centro de Venecia.
Aquí tenéis 18 lugares que visitar en Venecia, pero, como toda ciudad, sino más, Venecia esconde muchos tesoros a los ojos de los turistas. ¿Cuál es vuestro favorito?
Una vez de regreso en España, creo que es interesante un post sobre aquellas cosas que viene bien saber antes de embarcarse en una ruta en coche por Cerdeña.
Si queréis leer nuestra aventura de una semana, os dejo aquí el diario de viaje:
Teniendo en cuenta que se trata de Italia, el nivel de vida es parecido al de España, e incluso un poco más bajo. Por lo tanto, la comida, tanto en supermercados como en restaurantes locales es bastante asequible. Ahora bien, como en todas partes, en pleno centro turístico de las ciudades, todo se encarece.
En alojamientos, nuestra experiencia es en Airbnb’s, y nunca hemos pagado más de 50€/noche por una habitación doble privada (con baño compartido con otra u otras dos habitaciones). También es cierto que era septiembre y es época COVID, que ha hecho que los precios bajen. En cualquier caso, os recomiendo totalmente reservar los alojamientos con tiempo, sobre todo si vais a viajar en verano, para poder así acceder a algo económico a la par que en el centro de la ciudad, o junto a él.
Lo que sí es mucho más alto que en España es la gasolina: en septiembre de 2021 rondaba los 30 céntimos más que en España por litro (unos 1,70€/L de gasolina 95).
Desplazamientos
La isla está muy mal comunicada por transporte público: no hay trenes y los buses que conectan unas y otras ciudades son escasos y os harán perder mucho tiempo. Si elegís esta manera de viajar, tendréis que reducir el número de lugares a visitar y habrá sitios más apartados a los que no podáis llegar.
Por lo tanto, la manera más recomendable de recorrer Cerdeña es alquilar un coche. Hay muchísimas compañías de alquiler en los aeropuertos, tanto internacionales como locales, y los precios varían en muchos cientos de € por la misma gama de coche.
Lo que me parece imprescindible, una vez pasada la experiencia, es reservar el coche con antelación por internet. Es cierto que en los comparadores no aparecen todas las compañías que luego hay en el aeropuerto, pero igualmente lo veo necesario, pues nosotras, llegando un 14 de septiembre, nos encontramos con que casi ninguna empresa tenía coches disponibles, por lo que creo que si viajáis en julio o agosto, más vale no jugárosla y quedaros sin coche o veros obligados a alquilar una furgoneta porque no hay nada más pequeño. Igualmente hay también oficinas en las ciudades, pero tendréis que desplazaros hasta allí y luego devolver el coche allí y volver al aeropuerto en transporte público o taxi, que es un rollo.
En relación a esto último, es importante recordar que las compañías aplican un recargo en caso de que devolváis el coche en una oficina diferente a la de recogida, y que puede encarecer muchísimo el precio del alquiler. Ya nos pasó en Grecia, y tuvimos que pagar 300€ más.
En nuestro caso concreto alquilamos un Fiat Panda (si sois 2 o 3, cabréis en un coche pequeño y es lo mejor para luego aparcar) que nos costó 560€ por 7 días, con seguro a todo riesgo incluido (esto me parece también absolutamente imprescindible porque los italianos están un poco locos conduciendo). La compañía con la que lo hicimos era local y se llama Ruvioli Rent a Car, que no tiene página web, de hecho, pero al estar en el aeropuerto en el mismo lugar que el resto de oficinas, no nos inspiró desconfianza.
En cualquier caso, también preguntamos en la de al lado y nos dijeron que el coste con ellos era de 350€ todo incluido pero que no les quedaban coches. En otra diferente, Sicily by Car (con la que alquilamos el coche para ir a Nápoles), ¡nos pedían 1000€!
Pasemos al tema carreteras. En los últimos años han construido varías autovías, por lo que ir, por ejemplo de Alghero a Olbia es bastante cómodo, o de Cagliari a Olbia, pero para casi cualquier otro lugar la manera de llegar es por carreteras nacionales de un solo carril, así que contad con que los trayectos son más duraderos que en otros países o regiones. De cualquier forma, raro es que el conduce lento allí, así que no se forman muchas caravanas (porque además pasan de todo y adelantan siempre por continua).
De hecho, es bastante normal que si alguien va algo más despacio, circule sobrepasando la línea del arcén, para que así sea más fácil el adelantamiento.
¿Qué ruta hacer?
En nuestro caso, elegimos hacer la vuelta completa, como ya habéis visto en los posts que os he dejado arriba. No está mal como escaneo rápido de la isla, pero para mí fueron demasiadas horas de coche y visitamos sitios que, lejos de estar mal, pueden ser prescindibles dependiendo del caso.
Por otro lado, fue un viaje pensado para ir de playa en playa, y si bien por todas partes las hay espectaculares y dignas de visitar, justamente por ese mismo motivo, vista una, vistas la mayoría.
Por lo tanto, y es de hecho lo que hace mucha gente, prescindiría de bajar al sur, a la zona de Cagliari, o la dejaría para otro viaje.
Mis imprescindibles serían:
La zona de Alghero: el pueblo en sí es una monada, y es buen lugar para reservar el alojamiento. Cerca de él, a una hora en coche, la Spiaggia La Pelosa es una de las más famosas y bonitas de todo Cerdeña. También por allí, el Capo Caccia, sus acantilados y sus grutas también merecen ser visitados.
Golfo de Orosei: también imprescindible, porque las mejores calas están aquí. Hay unas 7 calas que se pueden hacer en ruta con un barco (os lo dejé en el post de Cala Goloritzè), aunque creo que se disfrutan más sin tanta prisa. Elegiría una y pasaría el día allí.
Porto Cervo: alojandoos aquí en vez de en Olbia, si encontráis algo asequible, podréis llegar a las playas de esta zona, y también del Golfo Aranci y subir al archipiélago de la Magdalena, al norte, un parque natural al que hay que llegar en barco y es precioso . En esta ocasión, nosotras no lo visitamos porque nos faltaron días, por lo que si tenéis una semana y no bajáis a Cagliari como hicimos nosotras, tendréis esos días para subir a la Magdalena.
Llegar a Cerdeña
En nuestro caso elegimos el avión: las conexiones de Ryanair Madrid-Alghero se han reanudado y los billetes son extremadamente baratos. También hay aeropuerto en Olbia y en Cagliari.
Existe también la posibilidad, y no es ninguna tontería si no vais justos de días, de llegar en Ferry: se tarda más, pero os saldrá mucho más barato porque os ahorraréis el alquiler del coche. Desde España se puede llegar a Porto Torres desde Barcelona, y desde Italia, a Olbia desde Porto Cecchio (cerca de Roma) o a Cagliari desde Nápoles.
Últimos tips
El idioma: en las zonas turísticas casi todo el mundo habla inglés, pero en cuanto os escuchen hablar español, cambiarán a ese idioma. Muchísima gente habla nuestra lengua allí, y de todas maneras el italiano y el español son parecidos, por lo que hablando despacio en español te podrás hacer entender sin problema.
El clima: mediterráneo, poco que decir. Quizás un poco más de calor que en la zona del levante español.
Los horarios: muy parecidos a los de nuestro país, aunque más tempraneros. No tendréis problema para comer a las 3 o cenar a las 10, pero allí se suele hacer todo un poco antes.
Comida típica: pasta y pizza, como en toda Italia, hay un postre típico llamado seada, unas empanadillas rellenas de queso ricotta y con miel por encima, un poco empalagosas pero muy ricas. Y para beber, la cerveza Ichnusa, original de Cerdeña.
Cerdeña, una isla a la que volveré sin duda, pero una vez pateada de arriba abajo, elegiré una región y me quedaré por allí de playa en playa, porque esas aguas hipnotizan.
¡Feliz viaje!
Actualización: en mayo de 2022 volví a Cerdeña (concretamente a Stintino) y grabé un vídeo para YouTube:
Aprovechando hasta el último minuto! Nuestro avión de vuelta a casa no salía hasta las 17:30, así que tuvimos unas cuantas horas por la mañana antes de poner rumbo a Alghero (a 1h30 de Olbia aproximadamente), que utilizamos para dar un paseo por el casco antiguo de Olbia, una ciudad en la que, dicen, no hay demasiado que ver. Esto es un poco cierto, pues «lugares concretos» como tal, se cuentan con los dedos de una mano, pero es agradable pasear por sus calles y tomar un capuccino en una de sus cafeterías.
Chiesa San Paolo
Se trata de una curiosa y pequeña iglesia del siglo XVII, construida sobre las ruinas de otro templo, muy sobria por fuera y por dentro, a excepción de una cúpula exterior de estilo árabe que le otorga un diseño especial.
Lungomare di Olbia
Es básicamente el paseo marítimo, no muy largo, pero sí agradable y ambientado. Comienza en una gran noria junto al puerto de ferrys, y en los últimos meses se ha ampliado hasta casi las afuera de esta pequeña ciudad, pues han construido un paseo precioso con palmeras de un par de kilómetros de largo.
Basilica di San Simplicio y su Necrópolis
Fue construida entre el siglo XI y XII y dedicada a San Simplicio, un Obispo de la misma ciudad en el siglo III. Queda lejos de ser tan impresionante como otros edificios también denominados basílica, pero tiene su encanto, sobre todo por lo que tiene escondido.
Debajo de la plaza de la Basílica de San Simplicio se encuentra una necrópolis, que salió a la luz durante la renovación de la plaza de la Basílica. Consiste en unas 400 tumbas romanas (200 aC – 300 dC) y también muestran una estratificación de los cultos en 200 años de historia desde la edad púnica hasta la Edad Media.
Museo Arqueológico Nacional
Construido en un islote del puerto, el Museo Arqueológico Nacional alberga una colección de piezas de gran importancia para la cultura sarda. Además, en él se encuentran restos de todos los naufragios que han tenido lugar en este golfo, entre los que destacan 2 de la época de Nerón y 16 del s. V d. C.. La entrada es gratuita.
Corso Umberto I
Es la calle que se considera el corazón de la ciudad, donde más ambiente hay a todas horas del día. No sólo es el centro neurálgico de la ciudad sino que goza de un encanto característico. Hay muchos edificios antiguos, tiendas, cafeterías y plazas.
Y aquí termina nuestra vuelta a Cerdeña (literalmente), una semana de muchos kilómetros para recorrer la isla haciendo una ruta circular (Alghero – Cagliari – Tortolì – Olbia – Alghero). La próxima vez (que la habrá) elegiremos un lugar concreto y disfrutaremos más a fondo de él.
Último día completo en la bella Cerdeña, y primero en la zona de Porto Cervo, la zona más de moda de la isla, donde vienen magnates y famosos cada verano.
Nuestro alojamiento está en Olbia, un poco más al sur, la ciudad más grande de la zona. Aunque Porto Cervo es un pequeño pueblo que se puede resumir en mansiones y yates, la zona a la que se llama Porto Cervo es toda una línea de costa que va desde Olbia hasta La Magdalena, al norte.
Para continuar con nuestros planes de relax, hemos pasado unas horas en otra preciosa playa: la spiaggia del Principe. De nuevo, un agua completamente transparente nos estaba esperando, en esta ocasión de muy poca profundidad, con una arena blanquísima y fina.
Llegar aquí con el coche es muy sencillo, y existe un parking de pago al inicio del camino hacia la playa (unos 10 minutos de caminata por un sendero de tierra estrecho). Ahora en septiembre había hueco incluso fuera, en el arcén de la carretera (donde no se puede aparcar, pero todo el mundo lo hace), pero en pleno verano supongo que será otro cantar. Aún así, merece la pena y sospecho que el resto de playas tendrán también accesos de este tipo.
A pesar de que la playa está en medio de la nada, hay un pequeño chiringuito donde sirven bocadillos, ensaladas y pizzas, además de bebidas, y también servicio de hamacas.
Esta playa fue nuestra elegida porque varias personas de la zona nos la recomendaron, y realmente preferimos elegir una y pasar el día de relax en vez de estar cambiando cada rato de una a otra, pues la verdad es que todas son preciosas pero todas se parecen mucho.
Una vez caída la noche, después de ducharnos, y para celebrar el viaje y que es la última noche, hemos salido a cenar. La primera idea era en el pueblo de Porto Cervo, donde hemos subido a dar un paseo, lo cual siendo de noche no os lo recomiendo demasiado, pues no hay casi luz (es realmente una zona residencial) y aunque tenía pinta de ser un encanto de sitio, apenas vimos nada. Lo de la cena también fue fallido, ya que los precios en ese pequeño reducto son desorbitados, y decidimos que no nos merecía la pena.
Un amigo autóctono de la zona nos recomendó el restaurante Il Galeone, a las afueras de Olbia, y este tipo de recomendaciones son las que más valen, pues llegamos a un sitio nada turísitico, lleno de familias italianas, donde la comida estaba riquísima, y en cantidades grandes (demasiado grandes!).
Seguimos dando la vuelta a la isla; ya de camino hacia el noreste, hemos parado en Cala Goloritzé, en la zona del Golfo di Orosei, probablemente lo más popular y turístico de Cerdeña, junto con la Costa Esmeralda.
Es muy común el plan de alquilar una lancha entre varios amigos (en Cala Gonone) y hacer un recorrido por las calas de la zona, pero nosotras, siendo 2, hemos preferido ahorrárnoslo y visitar solo Goloritzé, para muchos, la mejor de todas, y considerada monumento nacional desde 1995.
La cuestión es que solo a esta y a otra es posible llegar a pie, por lo que están bastante concurridas. No sin sorprenderme, eso sí, ya que el camino hasta la cala es de nada menos que 4km de bajada que se convierten en 4 de subida para volver, con un desnivel de más de 400 metros, ninguna tontería! Pero 100% merece la pena.
A pesar de estar bastante llena (hoy era domingo) es espectacular. Incluso con el cielo nublado se puede apreciar el agua cristalina, y la cantidad de peces que hay la hacen perfecta para el snorkel también.
Llegar es bastante fácil. Primero hay que llegar al pueblo de Baunei, y desde allí la cala está señalizada; aún así podéis buscar en Google Maps, pues el parking está señalado.
Novedades post COVID, utilizar el sendero cuesta 6€, y hay que reservar hasta 72h antes (aquí) porque hay aforo limitado. En caso de no reservar, os harán esperar hasta que alguien vuelva por el sendero en sentido salida.
Imagino, claro, que esto será únicamente en verano, no creo que en épocas de frío el acceso esté controlado, pero tampoco tendría mucho sentido bajar y no poder disfrutar de ese agua.
Os dejo una lista de otras calas del Golfo di Orosei por si queréis aplicar la visita:
Cala Fuili
Cala Luna (la segunda y última a la que se puede acceder a pie, siendo la ruta aún más larga que la de Goloritzé)
Día de cambio de destino, no sin antes hacer turismo por la capital de la isla y la ciudad más grande (con muchísima diferencia) de toda Cerdeña. Sabéis que soy muy de Free Tour, pero esta vez hemos hecho la ruta por nuestra cuenta porque no había ningún disponible; todos están temporalmente detenidos, pero a pesar de ser una ciudad bastante amplia y con historia, no son muchos los lugares para visitar:
Bastione di Saint Remy: construido a finales del siglo XIX, precisamente para unir el casco antiguo con la parte nueva de la ciudad, es uno de los monumentos más llamativos de la ciudad (y que posee una de las mejores panorámicas). Su nombre deriva del primer virrey piamontés, Filippo-Guglielmo Pallavicini, barón de Saint Remy, y aunque es bastante reciente, está construido sobre las murallas de la ciudad antigua (llamada Karal o Karallai), y subiendo por sus escalinatas se accede a toda el casco antiguo.
Cattedrale di Santa Maria: Tanto por fuera como por dentro, me ha parecido espectacular. Construida durante el siglo XIII, fue elevada al rango de catedral en 1258. Cuando Cagliari fue capital del reino de Cerdeña, ahí prestaban juramento los representantes del parlamento sardo. En la década de 1930 fue erigida la actual fachada neorrománica, inspirada en la fachada de la catedral de Pisa.
Torre del elefante: es simplemente una torre medieval (1307) que no tiene más que un elefante que sobresale de ella (un poco al estilo de la rana o el astronauta de Salamanca), y que no he conseguido encontrar la curiosa historia que debe haber detrás. Actualmente no se puede subir a ella porque está de obras.
Anfiteatro Romano: Construido en el siglo II d.C. y con un aforo para 10.000 espectadores, este anfiteatro era el núcleo de la vida social de los ciudadanos durante el dominio romano. Allí se realizaban los populares combates de gladiadores y también las ejecuciones. Lo único que se conserva es la parte excavada de la roca, y de hecho nos hemos llevado una pequeña decepción porque se encuentra en unas condiciones bastante malas.
Marina: En el barrio de Marina se encuentra la antigua vía romana, lugar dónde hoy en día se ubica el puerto de Cagliari. En este lugar también se encuentra el ayuntamiento de la ciudad, la piazza Yenne y los bastiones del barrio de Castello al fondo.
Castello di San Michele: la parada final, a la cual hemos ido en coche por estar más alejada del centro por estar situada en el punto más alto de la ciudad, es una fortificación construida en el siglo XIV para albergar a la alta nobleza de la isla. Se trataba de un fuerte muy sólido, con guardia militar constante, que les permitía vivir a salvo de invasores y piratas. Actualmente se ha convertido en un centro de arte y cultura interesante de visitar. De la estructura original del castillo se conservan tan sólo un par de torres y la muralla, el resto ha sido remodelado, aunque intentando imitar su auténtica arquitectura original.
Tortolì
Después de patear Cagliari, hemos puesto rumbo al norte de nuevo, pero por el lado oriental de la isla. Mañana queremos ir a una playa que está por la mitad, así que hemos reservado un Airbnb en Girasole, una aldea cercana al pueblo de Tortolì. Una zona nada turística, pero que nos ha sorprendido gratamente con el restaurante Chiocho di Ponente, a pie de playa, y especializado en pescado y ostras. Todo ha sido inmejorable, tanto las vistas, como la comida, como el trato. Un 10! Mañana nos iremos de aquí, así que no podré contaros nada más de esta zona, pero quería dejar constancia de este restaurante.
El día de hoy ha salido un poco regular, pero por lo menos ha sido tranquilito. Teníamos unas reuniones por la mañana, así que hasta la 1 no hemos salido del Airbnb. El plan era ir a una de las playas de los alrededores de Cagliari, y la elegida ha sido la de Villasimius, a 1h y 20 de allí. Es la que nos han recomendado varias personas, así que nos hemos fiado.
Peeero lleva toda la semana nublado, y hoy ya no hemos tenido la suerte de que solo haya nubes: ha estado lloviendo un buen rato, así que al llegar nos hemos refugiado en un chiringuito para comer y probar las seadas, el postre típico de Cerdeña.
Con la forma que veis en la foto, es una masa de sémola que se rellena de queso pecorino (o a veces con queso fresco) y se suele acompañar con miel. La verdad es que esta bastante rico y no excesivamente dulce. Pensé que sería un bombazo, pero para nada.
Ya por la tarde, después de hacer tiempo, hemos podido pasar unas horas en la playa, que no es que sea fea, ni mucho menos, pero con las playas que hemos visitado en los últimos días (15 de septiembre: Spiaggia La Pelosa y Sassari y 16 de septiembre: Is Arutas) nos ha dejado un poco que desear; sumado a la paliza de coche de ida y vuelta, el veredicto es que nos lo podríamos haber ahorrado.
Para la cena, queríamos cambiar un poco, y hemos acabado comiendo sushi, nada italiano, lo sé, pero estaba muy muy bueno, y había muchísima variedad de carta, hemos probado hasta uno que llevaba tocino!
El día de hoy era para desplazarnos desde Alghero, al norte de la isla, hasta Cagliari, en el sur. Por autovía son unas 2h30, pero hemos preferido ir por la carretera nacional de la costa, mucho más bonita, y así poder parar en una playa que nos habían recomendado: Is Arutas, cerca de la ciudad de Oristano.
Lástima de día nublado, porque no ha potenciado nada la belleza del lugar, pero es que era igualmente espectacular: una playa de pequeñas virutas de cuarzo blanco en vez de arena común, lo que se traduce en un agua completamente cristalina, y dada su pronta profundidad (al contrario que La Pelosa), era como una piscina natural, y hacer snorkel ahí ha sido una pasada.
Al parecer, solo dos playas más en toda la isla tienen estas características (Mari Ermì y Punta Maimoni, cerca de Is Arutas), así que creo que es una parada imperdible en vuestro futuro viaje a Cerdeña.
Se puede aparcar el coche en los alrededores, ya que hay varios parkings, que nos han dado pistas de lo abarrotada que puede ponerse esta playa en julio y agosto, así que si vais en esa época, mejor será madrugar. Además, son parkings de pago, como en casi todas partes a las que no hay más remedio que llegar en coche. Así son estos sardos.
Ya casi por la noche llegamos a Cagliari, y solo nos quedó tiempo para cenar (en esta ocasión en un restaurante llamado Incógnito – nada del otro mundo).
Después de una carrerita por el paseo marítimo de Alghero, era hora de empezar un día muy tranquilo. Lo hemos pasado en La Pelosa, una playa al norte de la isla, en el pueblo de Stintino (a una hora de Alghero). Una de las playas más bonitas que he visto en mi vida, de arena blanquísima y cero olas, al estar protegida por un islote justo frente a ella.
A día de hoy (y no es por el COVID) es necesario reservar antes de ir a la playa (aquí www.lapelosastintino.com). No hay que pagar, simplemente es una forma de controlar el aforo de la playa. Lo que sí hay que pagar es por aparcar, pues es zona de estacionamiento regulado. Hay vigilantes por todas partes, así que a nada que se te pase el ticket 10 minutos, tendrás una multa (que puedes cancelar por un par de €).
También es necesario usar la típica esterilla de playa, no está permitido poner únicamente la toalla. Creo que es para que no dejemos suciedad en la arena.
La playa es preciosa, y dan ganas de no salir del agua en todo el día. Sus vistas son peculiares porque hay una torre de vigilancia, igual que las que hay por toda la isla, a pocos metros de la orilla; de hecho, se puede llegar andando porque no cubre más que la cintura, eso sí, con cangrejeras, pues al parecer hay erizos de mar. También es recomendable llevar unas gafas de bucear, pues hay bastantes pececillos por ahí.
Sassari
La ciudad residencial por excelencia de la zona es Sassari, y también la universitaria, pues junto a Cagliari, son las dos únicas ciudades de la isla con Universidad. No es muy turística, y de hecho nosotras fuimos a ver a unos amigos que viven allí, pero os dejo algunas de las mejores cosas que ver por si os apetece ir:
Castillo de Sassari: fue construido por la Corona de Aragón en 1330. De todas formas, el castillo original fue derrumbado en 1877 y lo que ha quedado de él son tan sólo 6 de las 36 torres defensivas que lo conformaban y un cúmulo de piedras desorientadas.
Catedral de San Nicolás: Esta catedral del siglo XIII de estilo románico fue reconstruida entre el período gótico y el barroco, lo cual le ha brindado un aspecto sumamente auténtico que combina lo mejor de ambos estilos. Se encuentra justo en el corazón de la ciudad antigua y es una de las catedrales más grandes y, dicen, bonitas de Cerdeña.
Palacio Ducal: Muy cerca de la catedral se encuentra el famoso Palacio Ducale, construido en 1775. En él residían el marqués de Mores y el Duque de Asinara y Vallombrosa. Actualmente, lo han convertido en el Ayuntamiento de la ciudad y te es uno de los edificios más visitados por los turistas ya que posee un encanto particular.
Fuente de Rosello: Una fuente de mármol que es probablemente el símbolo de la ciudad de Sassari y el atractivo turístico más conocido. Fue esculpida por los canteros genoveses en 1606 y se encuentra formada por cuatro estatuas de mármol que representan cada una de las estaciones del año y la figura de San Gavino a caballo y rodeado de delfines.